La maestra Leticia Ivette Valenzuela Luna tiene 9 años sufriendo discriminación de género y violencia laboral, por lo que exige que la gobernadora María Eugenia Campos Galván atienda su caso, porque hace seis quincenas que no recibe sueldo.
Denunció que en 2016 inició su viacrucis, luego de que César Gerardo Muñoz Araiza, subdirector de la escuela Preparatoria Maestros Mexicanos Norte turno vespertino, la empezó a acosar y discriminar por su escote y sus uñas, aludiendo que no era vestimenta para una profesional de la educación.
Actualmente, Leticia es subdirectora de la Preparatoria Estatal 4003, ha interpuesto denuncias ante la Fiscalía General del Estado y la Comisión Estatal de Derechos Humanos, organismo que le otorgó medidas cautelares debido a que se han violentado varios de sus derechos.
“Por el simple hecho de ser mujer nos violentan”, aseguró Leticia, quien fue puesta a disposición por César Gerardo, quien presuntamente coludido por trabajadores de la educación corruptos han ejercido acoso laboral.
La resolución de la CEDH fue determinante para que la restituyeran en su puesto, pero en el turno matutino, donde la exesposa del sujeto la siguió violentando al grado que la puso a disposición en las oficinas de Educación Media Superior. “Me sentía denigrada, me tenían sentada sin hacer nada, nadie me escucha, era invisible, la loca, la problemática, la maestra a la que todos podían juzgar y criticar, el abuso y violencia laboral hacia mi persona era el pan de todos los días”.
El vigilante de las oficinas fue quien la animó a concursar en USICAMM para salir del hoyo en el que estaba. Aceptó irse a la Prepa 8420 Zaragoza en Ciudad Juárez. Para entonces César Gerardo Muñoz Araiza fue premiado con una supervisión en Juárez, por lo que el acoso continuó. La directora de la prepa Olga Lidia García Neri le volvió a hacer la vida imposible por instrucciones de César Gerardo y por denunciar que se cobraban los exámenes ordinarios en 20 pesos, al grado que la mandaron a las oficinas en Pueblito Mexicano en Juárez donde la sentaron en un sillón. “Lo que quiero es trabajar, pero ellos me quitan mis funciones”.
Luego la mandaron a Práxedis G. Guerrero pensando que todo iría mejor, hizo los trámites necesarios para que sus 3 hijos estuvieran bien, realizó el cambio de escuela y al llegar la directora le dijo que no podía trabajar ahí.
Gracias al concurso de USICAMM pudo salir de esa situación, llegó a la subdirección de la Preparatoria 8411 en San Buenaventura, donde el director Mario Mendoza Camacho empezó a gritarle y ejercer abuso de poder. En la escuela no había agua potable y se obligaba a los alumnos a comprar el agua en la tiendita, al decirle al director éste le gritó: “Que si quería darle agua a los alumnos fuera a mi casa a hervir el agua como lo hace cualquier mujercita”.
Volvió a sufrir el acoso y la discriminación, por lo que interpuso denuncia en la FGE por discriminación de género y violencia laboral, al grado que están por hacerle un nuevo peritaje en el C4. Aunado a ello, Amada Vázquez Avitia, encargada de enlace de Recursos Humanos de Educación Media Superior, está coludida al grado que empezaron a dejarla sin sueldo, y ahora exige que se les pague la recategorización con retroactivo al 2018.
Hace unos días la reasignaron a una subdirección en Ojinaga, pero sólo hasta agosto.
El daño que tiene Leticia es severo, por lo que exige que le regresen su salario al 100%, que le fue retirado de manera arbitraria, más los 2 mil 200 pesos que le descontaron durante 15 quincenas que se le aplique la recategorización que ha solicitado desde hace cinco años.
A la fecha teme por su seguridad y la de sus hijos, “lo único que quiero es tener un trabajo normal y que todas estas personas dejen de causarme daño”.
Leticia afirma que incluso está buscando interponer un amparo para que las autoridades puedan responderle, incluida la gobernadora María Eugenia Campos, a quien le solicita 10 minutos de su atención.
“Solicito mudarme de centro de trabajo, por salud mental, emocional, laboral y familiar. Solicito por humanidad me reubiquen a un centro de trabajo, en el cual pueda laborar con dignidad, lejos de estas personas, con la certeza y seguridad, que daré todo de mi parte, a sabiendas que quiero hacer mi trabajo en función y bienestar de la sociedad chihuahuense, he concursado 4 años en USICAMM, conozco las leyes, se cómo ser directivo, por lo cual solicito un puesto directivo donde pueda desarrollar mi conocimiento y mis aptitudes de manera adecuada como profesional de la educación”.
