Una joven en silla de ruedas que asistió al concierto de la cantante Kenia Os el pasado sábado 23 de septiembre, denunció que durante el evento no se habilitó una zona para las personas con discapacidad, siendo ocho personas quienes pasaron un mal rato por esta decisión.
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Según contó la joven, desde que compraron los boletos para el concierto les dijeron que no se habilitaría una zona para discapacitados, pero al ser el Estadio Manuel L. Almanza donde se realizaría el evento, pensó que encontraría una zona donde poder ver cómodamente a su artista favorito.
El día del concierto les volvieron a decir lo mismo, que debía de acomodarse en la zona de las gradas porque no iban a habilitar ninguna zona especial para personas en situación de discapacidad, siendo que había alrededor de cinco personas más en silla de ruedas, además de tres más que llevaban muletas; todos fueron colocados en las gradas, sin recibir apoyo de parte de los organizadores ni respeto de los demás asistentes al concierto.
La joven tuvo que ser cargada por sus acompañantes para llegar a sus lugares en las gradas, lo que según su hermana, la llevó a sufrir dolor, aparte de ser peligroso ese tipo de manipulación en su cuerpo, por lo que sus familiares fueron a hablar con elementos de Protección Civil, policías y guardias para resolver el asunto, sin embargo, les dijeron que no había forma de arreglarlo, dado que los organizadores son quienes se deben encargar de habilitar esas zonas.
Debido al peligro que representaba dejar a la joven en la silla de ruedas, por el riesgo de que le quitaran los frenos y cayera hacia las escaleras, decidieron sentarla en las gradas, sin embargo, la hermana contó que el lugar era muy reducido y como las personas seguían pasando por donde estaban ellas, lastimaron a su hermana.
Más adelante en el evento, la gente comenzó a pararse para ver mejor, obstruyendo la vista de los jóvenes en silla de ruedas y muletas, por lo que la hermana volvió a intentar hablar con los organizadores para que los sentara, a lo que según ella solo recibió un “pues la gente no se debería de parar”, sin realizar acciones para solucionarlo.
Terminando el concierto el martirio continuó hasta salir del estadio, tuvieron que cargar de bajada a la joven una vez más, además que la salida fue una catástrofe, donde terminaron lastimándola otra vez, dado que las personas se amontonaron en la salida.
Los familiares de la joven consideran que estas acciones de parte de los organizadores fueron discriminatorias para las personas que viven con alguna discapacidad, el habilitar una zona en específico para las personas en sillas de ruedas o en muletas, es una cuestión que se encuentra en la ley, además de ser por cuestión humana, así lo expresó la hermana de la joven.
Esta es una experiencia que se quedara con estos jóvenes toda la vida, donde en lugar de ser un concierto que recuerden con cariño, será uno que deseen olvidar por los malos tratos de parte de los organizadores y de los demás fans que no respetaron su condición y decidieron contribuir a esta mala experiencia.