Los hijos, nietos, familiares y amigos de Eloy Santiago Vallina Lagüera, despidieron con profunda admiración y respeto al patriarca de la familia, con profunda admiración y respeto, por el legado que dejó entre los suyos y también, el que formó a través de años de trabajo en su amada Chihuahua.
“Sería interminable hablar de todo lo que fue mi padre, y de todo lo que nos enseñó y nos dio, no nada más a mis hermanas y a mí, sino a nuestra familia y amigos. Los que tuvimos oportunidad de compartir con él, conocieron en Don Eloy, a un hombre intenso, visionario, alegre, entregado, bondadoso, preocupado por el bienestar de todo aquello que lo rodeaba, y de lo que ocurría en nuestra ciudad, estado y país”, expresó su hijo Eloy Vallina Garza.
Al dirigirse a las personas presentes en la misa celebrada en la parroquia maronita de San Charbel, en la despedida de su señor padre, Eloy Santiago expresó que la partida de Eloy Vallina Lagüera deja un hueco inmenso, pero perdurará y se quedarán por siempre con el recuerdo de sus amenas pláticas, anécdotas, consejos, sabiduría, ejemplo de fortaleza, éxito, perseverancia, entrega y trabajo.
“A nombre de toda mi familia, quisiera dar gracias por su compañía y palabras de aliento. De todo corazón, les quería comentar, que si yo pudiera escoger, exactamente, escogería el mismo padre que me tocó. Les agradezco mucho por venir y acompañarnos”, expresó.
Posteriormente, sus nietas y nietos tomaron la palabra, para agradecer las muestras de cariño, expresiones de aliento, y condolencias recibidas por la sensible pérdida de su abuelo.
“Abuelo, tú trascendiste: cambiaste y mejoraste la vida de muchas personas. Quisiste mucho a tu familia y amigos, pero también a tu ciudad, tu estado y tu país. Eres mi gran ejemplo, te quiero mucho. Te extrañaré el resto de mi vida”, dijo uno de sus nietos mayores.
Con orgullo, sus nietas compartieron sobre el ejemplo, amor, buen humor, alegría y espiritualidad que recibieron de su amado abuelo Eloy, en quien reconocieron a un hombre de pocas palabras, pero de profundo significado de lo que decía.
Para finalizar, acompañaron el féretro hasta la salida de la iglesia, y en el atrio, dieron la despedida final, con lágrimas de dolor por la pérdida, pero también con profunda gratitud.