En plena pobreza sobrevive la familia Ayala, provenientes de Urique, luego de que María quedara desempleada y las ganancias de su marido en la construcción disminuyeran, con lo que apenas les alcanza para alimentar a sus tres hijos y llevar un embarazo con los mínimos cuidados necesarios.

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Ante la crisis económica, se vieron en la necesidad de abandonar la casa de renta que los resguardaba de las lluvias y demás inclemencias del clima. Ahora, viven en dos cuartos de madera con techo de madera que fueron improvisadamente instalados en la colonia Cerro Grande, sin drenaje, luz, ni agua.

Hasta hace dos años, las ganancias laborales de María y su esposo les permitían rentar una vivienda y llevar a sus hijos a la primaria, aunque con mucho esfuerzo para afrontar todos los gastos que conlleva una familia.

Sin embargo, al perder ambos sus trabajos, el jefe de la familia recurrió a dedicarse al oficio de albañil, de forma esporádica al depender de las oportunidades que se presentaran. Mientras que María se dedicaba a limpiar casas o rotar entre empleos de auxiliar en lavanderías y demás pequeños comercios, trabajos que finalizaron cuando su embarazo avanzó, impidiéndole trabajar.

La reducción de las ganancias los llevó a instalarse en un jacal en las faldas del Cerro Grande, al igual que decenas de familias que viven en precarias condiciones, sin electricidad instalada de forma correcta, sin drenaje y subtiendo con agua proveniente de pipas que es depositada en tinacos.

Aunque con el paso de los meses lograron conseguir láminas para formar una barda, reforzar el techo e incluso, adquirir unas cuantas masetas para mejorar el aspecto del lugar, las carencias continúan agravándose. Por ello, la familia Ayala solicita la ayuda de la familia para alimentación y material para reforzar la seguridad de la vivienda, para lo cual el teléfono 6141172429 se encuentra disponible.