El arzobispo de Chihuahua, monseñor Constancio Miranda Weckmann presidió la sagrada eucaristía del Segundo Domingo de Pascua, en la que durante su homilía, llamó a la feligresía a practicar las virtudes de la primera Iglesia, quienes conocieron y siguieron al Señor Jesús.
“Estamos aquí reunidos, en nuestra santa Iglesia Catedral, celebrando el segundo domingo de la Pascua; la celebración pascual no se limita a las ceremonias del pasado domingo, sino que se extiende estos 50 días, y terminaremos en el Pentecostés, como un solo día, en el que celebramos la Pascua, y al final, la venida del Espíritu Santo. Este es el tiempo fuerte del Año Litúrgico, de alegría y gozo, cuando proclamamos que Jesús ha resucitado y vive para siempre”, afirmó el arzobispo Miranda.
Refirió que de acuerdo a la Palabra de este domingo, se narra los acontecimientos de la primera comunidad cristiana de la Iglesia, con un estilo de vida que es una enseñanza para los cristianos del siglo XXI, que se han olvidado de la solidaridad y amor que debe existir entre ellos; también como la forma de alabar a Dios y de tratarse entre hermanos, lo que evangelizaba con el ejemplo.
“Queridos hermanos, la eficacia en nuestra misión, siempre dependerá de la Gracia de Dios. Sin Dios, sin el Espíritu Santo, no surte efecto lo que hagamos, pero la oración, nuestro comportamiento, ayudará a caminar en los planes del Reino y a que otros también, viéndonos, caminen en la senda de la gracia”, invitó.
Llamó a meditar en la enseñanza de la fe del apóstol Tomás, cuando Jesús resucitado, se reúne con sus discípulos, pero no estaba Tomás; y después con alegría, los otros discípulos, le dijeron que Jesús estaba vivo, pero no les creyó. Pensaba que el Señor estaba muerto, aunque le aseguraron que lo habían visto y oído.
“La actitud de los apóstoles, es una enseñanza. Nuestra fe en Jesucristo resucitado, debe impulsarnos a pregonar a los cuatro vientos, que el Señor vive hoy, entre nosotros. Para algunas personas, desgraciadamente es como si Cristo estuviera muerto, porque apenas significa algo para ellos, y esta gente necesita recibir la Buena Noticia de la resurrección del Señor y nos toca dar testimonio como los apóstoles con Tomás”, llamó el arzobispo a edificar la Iglesia.
Don Constancio destacó que es necesario que la fe en Jesucristo vaya creciendo día a día; y que la eucaristía les haga crecer en la fe y que difundan por todas partes, evangelicen con palabras, pero sobre todo, con sus actos.
