Más de 20 minutos de miedo y angustia, acompañados de gritos, empujones y golpes, son los que tuvieron que pasar los empleados de “Roxo”, un negocio ferretero dedicado a la venta de materiales de construcción ligera, que fue asaltado por un par de sujetos, los cuales eran dirigidos mediante una llamada de celular, por lo que del otro lado del teléfono, les daban instrucciones certeras para llevarse poco más de 300 mil pesos en efectivo.
Nunca pensaron que el par de presuntos responsables, que entraron ataviados con ropa de trabajo pesado, de la conocida como “chirroquera”, tuvieran la finalidad de cometer el asalto que llevaron a cabo en el establecimiento ubicado en la avenida Juan Escutia, justo enfrente de la maquila Safran.
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“Todo el tiempo a uno de ellos le decían por teléfono qué hacer, traía unos audífonos como manos libres y desde ahí le decían mi apodo, que me amarraran, que nos pasaran a un cuarto, que preguntaran por la caja fuerte, que les diéramos dinero, todo lo manejaban desde una llamada”, comentó la encargada del negocio, quien dijo que al estar en el piso, la amarraron con una cinta gris, la cual todo parece indicar que horas antes, los presuntos compraron en el establecimiento.
La encargada del lugar, quien pidió se omitieran sus datos por cuestiones de seguridad, junto con los otros dos empleados, comentó que al ingresar los dos sujetos, a los cuales describieron como de estatura promedio, complexión regular y de vestimenta de trabajo pesado; con todo y chaleco de color naranja vivo, les pidieron que se tiraran al piso, que hicieran caso o de lo contrario, accionarían el arma que traían consigo.
Aún consternados por el hecho, los encargados comentaron que, junto con el dinero se llevaron también sus pertenencias como los bolsos de las mujeres, carteras de empleados y teléfonos celulares, además de la camioneta de la mujer que estaba como encargada, pero que no pudieron llevarse al no poder retirarle el freno de mano.
“Sabían cómo me tienen de apodo amigos cercanos y familiares, porque el sujeto que estaba por llamada les decía, háblale por tal nombre, que te diga dónde está la caja fuerte; todo lo conocían a la perfección”, narró.
De acuerdo a lo narrado, para poder controlar la situación, los ladrones brincaron los mostradores para someter a las víctimas, amarrando de las manos sólo a la gerente, a la cual también patearon y le giraban indicaciones de que les dieran el dinero, en tanto que a los demás empleados los encerraron en uno de los cuartos.
“Me patearon en varias ocasiones, incluso me pusieron el pie encima, a mí a es quien me exigían el dinero, la caja fuerte, a los demás sólo los tiraban al piso y les daban instrucciones”, comentó la afectada, previo a que presentaran la denuncia formal.