De acuerdo con comentarios de los migrantes que llevan menos de dos días en el campamento del sur de la ciudad capital, están evitando viajar en los trenes debido a que temen ser dejados en medio del desierto o ser atrapados por agentes de Migración, por lo que están optando por medios de transporte alternos.
Brayan, un venezolano que lleva en el país aproximadamente un mes, comentó que su principal medio de transporte han sido los vehículos particulares de ciudadanos que lo encuentran en el camino, de esta forma, ha estado viajando de pueblo en pueblo hasta llegar a Chihuahua y pretende continuar con este método de viaje hasta llegar a Estados Unidos.
➡️ Únete al canal de WhatsApp de El Heraldo de Chihuahua
Al igual que el venezolano, otros migrantes han decidido alejarse de los trenes para aventurarse a tomar aventones por parte de los ciudadanos mexicanos de los diferentes pueblos y ciudades en los que se encuentran.
Luis, un colombiano que viaja con su familia en conjunto con otras seis personas, llegaron a la capital durante la tarde del pasado miércoles 8 de mayo por medio de un camión, el cual los recogió en Jiménez y les ofreció llevarlos a la ciudad sin cobrarles nada, dado a que ya se dirigía a la capital.
Sin embargo, Brayan contó que desde que estuvo en Aguascalientes fue que comenzó a pedir "raite" para llegar al siguiente pueblo, donde también se encontraba gente lo llevaban a la siguiente ciudad sin pedirle dinero a cambio.
En caso de que alguna de las personas le pida un pago por llevarlo, prefiere caminar hasta la siguiente ciudad, debido a que contó que suelen triplicar los precios que normalmente costaría si pudiera viajar en un camión.
Asimismo, el venezolano indicó que la razón por la que la mayoría de los migrantes ya no se están subiendo a los trenes no es en sí por miedo a caerse y lesionarse, de quedarse dormido y terminar bajo las llantas del tren, sino que temen que el tren sea obligado a pararse en el desierto, dejándolos alejados de toda civilización por días.
De igual forma, el temor por terminar siendo capturados por los elementos del Instituto Nacional de Migración es latente, debido a que no desean volver a iniciar un trayecto en el que ya han sufrido las inclemencias del clima y en la que han gastado cientos de pesos.
No obstante, por la necesidad que algunas personas tienen de llegar a Estados Unidos para reunirse con sus familiares o bien, para al fin lograr descansar y encontrar un ritmo diferente de vida, siguen decidiendo viajar en la gran bestia sin importar las consecuencias.
Por otro lado, Brayan también comentó que México es uno de los países más duros, pero al mismo tiempo es uno de los pocos lugares donde más en paz se ha sentido, esto siendo gracias a la generosidad y empatía que han tenido las personas con él y sus compañeros de viaje.
“A veces no te pueden dar dinero o comida, pero te brindan palabras de aliento y de bendición, muchas veces eso es lo que más nos hace falta”, mencionar Brayan, quien añadió que se siente acogido por los mexicanos, a pesar de que sabe que mucha gente le da la bienvenida por ser migrante.