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La vitivinicultura en Chihuahua está en auge y los vinos que se producen son de gran calidad, por lo que la investigación para fortalecer el Sistema Producto Vid la realiza la Facultad de Ciencias Agrotecnológicas donde han detectado las necesidades en materia de fertilizante, suelo, agua y manejo.
El doctor en enología, Rodrigo Alonso Villegas explicó que Alma de Jaguar y Quinta Gameros son vinos que se producen en la Facultad de Ciencias Agrotecnológicas, donde existe el proyecto de llegar a la comercialización.
La cata de un vino es todo un arte, por lo que el doctor afirma que con el auge en la producción es necesario que los consumidores puedan saborear esos sabores afrutados, suaves, críticos y madera.
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El doctor Ricardo Aarón González Aldana, director de Faciatec destacó que la producción es artesanal, ya que por añada son entre 2 mil y 3 mil botellas, todo ese vino se consume durante los eventos que la Universidad Autónoma de Chihuahua tiene durante el año, todos son vinos jóvenes de alta calidad y ninguno de los vinos se estandariza, ya que cada año se produce con variedades de uva de diversas regiones del estado.
El objetivo de la producción con las diversas variedades es apoyar a los productores locales, quienes poco a poco han ido extendiendo la superficie para la vid. Un cultivo con menor huella hídrica y que por ende se ha convertido en una opción para la reconversión.
El doctor Rodrigo Alonso es evaluador de la Organización de la Uva y el Vino y en sus investigaciones ha podido determinar algunos indicadores para que los integrantes del Sistema Producto Vid puedan mejorar y con ello ser aún más competitivos.
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Un viaje visual, olfativo y gustativo
Una cata de vino es un viaje para los sentidos, interviene la vista, el olfato y el gusto.
En las instalaciones del Laboratorio de Enología, el doctor Alonso explicó que Faciatec ha sido parte importante del trabajo de producción de vid y vino, una cata es el escaparate de presentación de los vinos de una cosecha.
En esta ocasión, los vinos que los catadores pudieron degustar fueron de la cosecha 2022, un Alma de Jaguar Chennin Blanc, un vino joven donde predominan sabores afrutados. Elaborado con uva de la región de El Sauz. Además de un vino tinto Quinta Gameros con uvas tempranillo de los viñedos universitarios que se encuentran en la extensión Cuauhtémoc y en la huerta La Semilla en Santa Ana ubicada en Oscar Soto Máynez, Namiquipa.
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Cabe señalar que el año pasado, Faciatec inició la producción de vino blanco.
El viaje a través de los sentidos inicia con el descorche de la botella, primero Alma de Jaguar. Desde el corcho se puede oler para identificar algún defecto.
El enólogo recomendó tomar la copa de la base o del tallo a fin de evitar la producción de calor.
La primera fase de la cata es beber a través de los ojos, el vino debe estar limpio. En el vino blanco las tonalidades son amarillas.
El siguiente paso es la fase olfativa, por lo que el catador debe mover la copa en forma circular, donde podrán apreciar que se forma un halo que se debe al glicerol que le da consistencia al vino. Una vez que la movieron hay que olerla. La primera sensación debe ser agradable, fresca e intensa.
La tercera fase es como saborear el vino, la recomendación es tomar un poco de vino, pasarlo por la boca, paladar, cachetes, hay quien prefiere hacer pequeños enjuagues para lograr que llegue a todos lados y puedan percibir todos los sabores.
Para los que ya son más profesionales es la vía retronasal, que es sacar el aroma de vino por la nariz, es tomar un poco de vino mantenerlo en la boca meter aire y sacarlo por la nariz.
La degustación del vino es un viaje de sensaciones.
El doctor Alonso explicó que en el caso de los vinos tintos se puede apreciar el ribete del vino, para ello se inclina la copa a unos 60 grados para ver el halo que se forma, lo cual revela la edad, conservación, tipo de vino y estructura.
Los tintos tienen un proceso de envejecimiento en dos etapas: en crianza y en guarda, esta última puede ser en barricas de roble francesas o americanas, que dan perfil distinto. Los vinos de madera americana tienen más tanino y por la estructura de la madera brinda sabores a especias dulces como avellana, vainilla y nuez. En maderas francesas los sabores a especias balsámicas como son eucalipto, laurel, tomillo, mentol, anís.
La madera es para darle un plus al producto, ya que una barrica francesa tiene un costo por encima de los mil dólares.
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Chihuahua se posiciona
El sabor del vino viene desde el suelo, el agua y la planta. Del suelo y del agua depende el 80 por ciento de la calidad de la uva, explicó el enólogo.
Chihuahua se caracteriza por tener clima cálido la mayor parte del año y las variedades de uva se adaptan al clima de las regiones. Los vinos blancos tienen aromas afrutados de cáscara verde o amarilla, en climas más templados tienen a frutas más tropicales ya sea piña, plátano, kiwi, maracuyá. Los vinos tintos son frutas de cáscara negra o más opacas y aromas de frutas maduras. El color al vino se lo brinda la cáscara de la uva, donde su cáscara es más gruesa y el tamaño más pequeño.
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Los vinos que se producen con uva cien por ciento chihuahuense son de muy buena calidad, por lo que el próximo 15 de noviembre competirán en México Selection by Concours Mondial de Bruxelles, donde se reconoce a los mejores vinos y bebidas espirituosas de las regiones productoras.
El director de Faciatec mencionó que el vino blanco tuvo la puntuación para ganar medalla de plata en la última competencia, sin embargo por reglas de concurso no se logró debido a que solo se otorgan 30 reconocimientos y se agotaron en las medallas de oro.
A la fecha trabajan en el proyecto para organizar un concurso del vino como el que se realiza en la UABC, el Mexico International Wine Competition.
