De acuerdo al Secretariado de Seguridad Pública Federal, cada año, 5.4 millones de niños, niñas y adolescentes son víctimas de abuso sexual en México, de las cuales seis de cada 10 de estas violaciones se producen en casa y en el 60 por ciento de los casos, el agresor es un familiar o pertenece al círculo cercano a la familia, es por ello que la Dirección de Seguridad Pública Municipal de Cuauhtémoc, a través de Programas Preventivos, trabaja de manera constante con talleres para ayudar a las personas a identificar cuándo un menor de edad está sufriendo este delito.
Para ello, las policías Ayde Estrada y Melisabeth Quezada, quienes están al frente del programa PASMI (Programa de Prevención al Abuso Sexual y Maltrato Infantil), realizaron una serie de talleres con padres y madres de familia de diferentes escuelas de la localidad, incluyendo a docentes, para que estén atentos a las señales de alarma que puedan detectar en los menores de edad.
En esta ocasión, se trabajó con maestros y padres de familia de escuelas de la Zona 21, USAER, Francisco Villa, Leona Vicario, Secundaria Federal 90, Primaria Ignacio Zaragoza, así como del Jardín de Niños Carl Orff, alcanzando a 104 personas en total.
Explicaron la importancia de que los maestros y maestras tengan la capacidad de detectar a un alumno o alumna cuando está siendo víctima, ya sea de maltrato físico, como abuso sexual, de igual manera en el entorno, ya que recordaron que la mayor parte de las agresiones, provienen del círculo cercano a las familias.
Asimismo, se informó que algunas personas todavía perciben el abuso sexual infantil con vergüenza, culpabilizan al niño o miran hacia otro lado, por lo que surge la interrogante: ¿Qué conductas deben preocuparnos?
La conducta del niño origina situaciones en las que los demás se sienten incómodos.
La conducta del niño entra en conflicto con los valores y las reglas del entorno.
La conducta del niño le coloca en situación de riesgo o de daño físico.
El menor percibe la conducta como un problema.
Las especialistas explicaron que si se observa alguna conducta que indique que el menor es o ha sido víctima de abuso sexual es importante apoyar al niño en todo momento.
Escuchar lo que el niño tiene que decir sin interrupciones, sin juzgar y mantener la calma (no dramatizar).
Dejar en claro al menor que no es culpable de lo ocurrido, ni de lo que suceda a raíz del abuso.
No olvidar agradecer al niño la confianza depositada para contarlo. Evitar culpabilizar al niño, avergonzarle o avergonzarse por lo ocurrido.
Será importante contactar con un profesional que oriente sobre cómo afrontar el suceso y cómo ayudar al niño a superar el abuso.