Como la historia de amor de William Shakespeare donde Romeo y Julieta yacen uno junto al otro sin aliento, fueron encontrados sin vida Sergio y Michell, en lamentables hechos ocurridos el pasado 17 de diciembre en la habitación número 21 del hotel “Onix Suite”. Según registros del lugar, los jóvenes ingresaron desde el viernes 14.
En base a declaraciones de testigos de la escena, familiares y material fotográfico, se afirma que el joven de 25 años pretendía ayudar a su novia a levantarse pero no fue posible a causa de la debilidad ocasionada por la llamada muerte silenciosa, quedando postrado junto a ella como si la estuviera abrazando.
La diferencia en esta historia es que ellos soñaban con una toda una vida por delante, un futuro con sus familias, padres, hermanos y además sus hijos, ya que cada uno tenía hijos pequeños de una relación anterior. Seis meses bastaron para que cada uno se enamorara del otro, según cuentan familiares y amistades de los dos jóvenes.
Dos familias lloran la pérdida repentina de sus hijos y buscan consuelo en la semilla que dejaron en esta tierra, por parte de Michell se dio a conocer que dejó a un pequeño de nombre Dylan de un año de edad aproximadamente y por parte de Sergio le extrañaran sus hijos, Alain David, de 7 años e Ian Yoel, de 5 años de edad.
Ambos trabajaban juntos, Sergio un joven caballeroso y detallista, pues regalaba flores y chocolates a su “Chaparrita” como él le decía de cariño a Michell. Compartían amistades que les tenían cariño e inundaron las redes sociales con mensajes de consternación, tristeza y esperanza para los dolientes cercanos.
En los informes hasta el momento se ha dado a conocer que la causa de muerte de Sergio Agustín Hernández Vargas de 25 años de edad, con domicilio en la colonia obrera y de Michell Lizeth Luján Bracamontes, de 20 años, con dirección en el fraccionamiento de Monte Albán, fue por intoxicación con monóxido de carbono, por falla de un calentador de agua que se encontraba dentro del baño.
En redes sociales se le juzgó por morir dentro de la habitación de un hotel, situación que lamentan sus familiares, sin embargo ninguno de ellos tenía un compromiso con otras personas, eran novios ante la visa de ambas familias, seres humanos amables y amados por muchas personas.
Como servicial, platicador y cariñoso, describieron familiares y amistades a Sergio, para Doña Silvia y Don Agustín, le recuerdan como un hijo obediente que solamente agachaba la cabeza cuando le regañaban, sin contestar nada, lloraba en silencio. Para su única hermana Moraima, era el conejillo de indias para experimentar en cortes de cabello.
Era dócil y trabajador pues de más chico me pedía que le pagara a cambio de hacer mis labores en casa, recordó Moraima, quien es mayor que su hermano 10 años. Aunque teníamos discusiones normales entre hermanos es una pérdida irreparable, agregó.
Con la muerte no se termina el lazo de sangre que les unió, siempre estará un espacio vacío en la mesa acompañado de un recuerdo agradable a la hora de la comida o la cena y así cada una de las actividades compartidas, en los gestos de sus hijos se asomará un poco de sus padres, que aunque eran muy jóvenes, amaban a sus pequeños.
A dos semanas del lamentable hecho las familias lloran en silencio la ausencia de sus hijos, rezan un rosario por el descanso eterno de sus almas y además con la idea de que dios les de la resignación necesaria para superar el dolor.
“Vino mi papá-checho le decía de cariño-, se sentó cerca de mí y me dijo, te amo mucho”, asegura, Alain David, hijo mayor de Sergio, mientras que la misma noche su sobrina de 10 años, afirma que alguien tocó a la puerta y al abrir era él, -le dije que pasara y me contestó, ¡no, solo vine a darte un abrazo y un beso!
Los padres de Sergio, Doña Silvia y Don Agustín, afirman sentirse en paz pues dios les acompaña y tienen el apoyo de mucha gente que les ha expresado la gran persona que era su hijo, lo servicial y platicador le ayudo a relacionarse con mucha gente, igual platicaba con los adultos mayores que con pequeños que apenas aprendían a hablar.
Sin duda son dos caminos que terminaron antes de tiempo y dejan un dolor irreparable a sus familias, jamás pensaron que al ingresar a un lugar seguro y de descanso ya no saldrían con vida, afortunadamente la paternidad los sorprendió muy jóvenes y dejaron las semillitas de la vida en sus hijos. Que en paz descansen Michell y Sergio.
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