Cuerpos abandonados, homicidios, violaciones y desapariciones, son algunas de las problemáticas que convergen en la zona oriente de la ciudad, sin dejar de mencionar la venta de drogas, el consumo y la adicción, todo ello lacera la vida de miles de ciudadanos de Aquiles Serdán y Chihuahua.
Alrededor de diez fraccionamientos se encuentran en la zona oriente de la mancha urbana, justo en los linderos de los municipios de Chihuahua y Aquiles Serdán, cuyas autoridades se encuentran rebasadas o coludidos, los vecinos afirman que la autoridad no responde a los llamados de auxilio.
La zona se encuentra como un foco rojo en la seguridad, tan sólo en las últimas semanas se ha registrado la desaparición de varias mujeres, una de ella fue víctima de feminicidio. María Ermelinda Jiménez López fue capturada en un tramo pequeño, comprendido entre su vivienda y la parada del autobús en la colonia Jardines de Oriente, el 21 de agosto. Después nadie supo de ella, hasta el 10 de septiembre que su cuerpo fue localizado en un terreno baldío en el Ejido de Rancho En Medio.
Asesinaron a balazos a una mujer en su domicilio, asesinaron a balazos a otros hombres, a una mujer la mataron a bordo de una camioneta, matan a golpes a otra mujer, localizan cuerpos en estado de descomposición, ejecutan a hombres, son algunas de las notas del archivo periodístico que dan cuenta de la violencia que se vive a diario en las colonias del sector que incluye Jardines de Oriente, Camino Real, Punta Oriente, Puerta Savona, Jardines de San Agustín, Laderas de San Guillermo, entre otros, donde ninguna de las corporaciones policiacas ha podido darle un respiro a la comunidad, que tienen miedo de ser víctimas del crimen.
Aunado a la violencia e inseguridad, hay muchas viviendas abandonadas, las cuales son utilizadas como nido de malvivientes, lo que acentúa más el abandono por parte de las corporaciones policiales y autoridades municipales.
La queja de abandono y falta de auxilio es reiterada, los residentes se quejan de las bandas delictivas que operan, desde robo, extorsión, desaparición y homicidio, sin dejar de mencionar la venta de estupefacientes.
La zona además presenta un alto índice de violencia familiar, por lo que en pasadas administraciones había sido foco de intervenciones sociales, que si bien se anunciaron con gran entusiasmo, sólo ha quedado una calca en las casas que se censaron o que fueron parte de la estrategia de prevención del delito.
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