No acude arzobispo Miranda Weckmann a eucaristía por Domingo de Ramos

En su lugar, el vicario de la Catedral, Pbro. Alfredo Gómez presidió la santa misa, quien bendijo los ramos y palmas sin agua bendita, desde el altar, al pronunciar la bendición verbalmente

Paloma Sánchez | El Heraldo de Chihuahua

  · domingo 28 de marzo de 2021

Fotos: Oracio Chávez | El Heraldo de Chihuahua

Con aforo restringido de forma presencial y transmisión vía Facebook, este 28 de marzo se celebró el Domingo de Ramos que da inicio a la Semana Santa 2021, desde la Catedral Metropolitana de Chihuahua, como parte de la nueva normalidad causada por la pandemia de Covid, en la que se cubren las medidas de prevención de contagio entre la feligresía.

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Por el control de aforo, un numeroso grupo de personas se quedaron esperando poder ingresar al sacro recinto, en largas filas que se formaron en el atrio por las entradas de las calles Libertad y Victoria.

Así mismo, sorprendió la ausencia del arzobispo de Chihuahua, Constancio Miranda Weckmann, y en su lugar, celebró el vicario de la Catedral, Pbro. Alfredo Gómez, quien al iniciar la misa, pidió a los presentes que sostuvieran en alto sus palmas y los ramos, para otorgarles la bendición verbalmente, sin uso de agua bendita, como se acostumbraba tradicionalmente.

Al cuestionar sobre la ausencia de Monseñor Miranda, Notidiócesis explicó que surgió un imprevisto que le impidió acudir a la celebración, y que afortunadamente, se encuentra bien.

Durante la homilía del Padre Gómez, mencionó que en el Domingo de Ramos, se encuentra un buen resumen de la vida del hombre, y de Nuestro Señor Jesucristo que ha vivido estos altibajos, que por la encarnación del Hijo de Dios, se hizo un verdadero hombre.

Al rememorar el momento de la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, cuando toda la gente que lo acompañaba, se emocionaba y le tendía los mantos para que él pasara; los del pueblo tomaban ramos de donde fuera y los agitaban proclamando que él, era el Rey de los Judíos por todo el bien que había hecho proclamando el amor entre los hermanos, el amor hacia el Padre, había sanado enfermos, expulsado demonios, había hecho tanto bien que todos lo proclamaban como su rey.

“Y, será momento en que hoy proclamemos a Nuestro Señor Jesucristo, como rey de nuestras vidas, y eso significan esos ramos, que han traído de sus casas. Proclamar que el Señor se ha hecho presente en medio de nosotros, y que ha querido reinar en medio de su pueblo. Pues que estos ramos sean ese recordatorio de que Jesucristo es el Rey de nuestras vidas”, explicó.

El padre Gómez refirió que esta alegría y algarabía, se presenta a unos días de la Pasión, muerte y resurrección de Cristo, celebrada por todos los cristianos.

“Así tendrá que ser nuestra vida, con momentos de mucha alegría, de mucha bendición y que nunca se nos olvide que el Señor está en medio de tanta bendición, pero cuando tengamos tristeza, en los que nos sentimos abandonados, recordar, que Nuestro Señor Jesucristo lo vivió primero que nosotros, y él nos enseñó y vimos que salió triunfante en la resurrección”, disertó.

De esa manera, exhortó a que la vida de la Iglesia nunca se detenga y que la obra de Dios esté siempre presente, por la responsabilidad de llevar al mundo la Buena Nueva, que el Señor ha muerto; pero ha resucitado.