Alrededor de 30 niñas y niños, hijos de artesanas rarámuris no recibieron regalos en Navidad, por lo que piden ayuda a la ciudadanía, pues requieren de ropa abrigadora y zapatos.
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A diario, las mujeres artesanas llegan a las inmediaciones de la Plaza de Los Frisos, ubicada a un costado del templo de San Francisco, esperanzadas en vender sus productos y obtener el sustento de su hogar.
Desde las 9:00 horas y hasta las 21:00 permanecen en el sitio, las ventas están muy bajas lo que no les permitió comprar regalos para sus hijas e hijos.
Eso las motivó a pedir ayuda: “Nosotras también necesitamos regalos para los niños, dulces, ropa y zapatos para este frío”, señaló una de las artesanas.
Son alrededor de 39 niñas y niños, cuyas edades oscilan entre los 7 meses y los 12 años, quienes necesitan ropa abrigadora y zapatos.
Flor Vega es artesana originaria de Sisoguichi, tiene dos niñas de 8 y 6 años, quienes también merecen recibir un obsequio.
Otra de las vendedoras es Carmen Virgilio, originaria de San Ignacio, en el municipio de Bocoyna, quien emigró en busca de mejores oportunidades, pero las ventas no han sido buenas. Ella tiene dos niñas de 7 meses y 4 años.
Desde hace años, éste es su punto de venta, pero en esta temporada han estado muy flojas, el sábado no vendieron nada. Este domingo rogaban para que la gente quisiera una pulsera, wares, llaveros, alguna artesanía o hierba. Estas mujeres dependen del turismo local y extranjero, a quienes ofertan sus productos, pues no reciben apoyos gubernamentales.
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