El arzobispo de Chihuahua, monseñor Constancio Miranda Weckmann presidió la solemnidad de la Sagrada Familia, la mañana de este domingo 31 de diciembre de 2023, desde la Catedral Metropolitana de Chihuahua, en la que exhortó a los feligreses a revalorizar a la familia.
Monseñor Miranda Weckmann discernió que la salvación de los hombres, solo se hace con la colaboración de la misma comunidad humana, cada uno de quienes crecen en una familia, donde también, se adquiere personalidad y capacidad para ser miembros útiles de la comunidad.
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Expresó que si se tratara de imaginar a la Sagrada Familia, es una familia normal, que vive en una dinámica propia de la santidad, que consiste en hacer con perfección y por amor a Dios lo que hacen todos. Con un padre carpintero, una madre generosa, capaz de guardar en su corazón los tesoros de la experiencia de tener un hijo, como el hijo de Dios, un hijo que sigue las tradiciones de su pueblo, en un hogar armonioso, donde Jesús pudo prepararse para su misión en el mundo de salvar a la humanidad.
Don Constancio Miranda mencionó que Jesús, en familia, escuchó de los labios de su madre las escrituras, y aprendió del testimonio de su padre las virtudes humanas, las virtudes terrenas.
“Seguramente que la Sagrada Familia fue una maravillosa escuela de diálogo, comprensión; un ejemplo para vivir de acuerdo a lo que Dios quiere, por eso, en esta fiesta vamos a pedir a Dios que nos ayude a revalorizar a la familia, para que sea realmente signo de la presencia de Dios en el mundo”, exhortó el arzobispo de la Provincia Eclesiástica de Chihuahua.
Constancio Miranda destacó que Jesús se preparó para su misión de salvar la humanidad, dentro de un hogar, y no concurrió a las escuelas rabínicas de Jerusalén; sin embargo, en aquella humilde familia donde trabajo, meditó y vivió, experimentó la sabiduría, aprendió a ser hombre y se preparó para la delicada misión que el Señor le encomendaba.
“La interacción de Jesús, José y María continúa siendo ejemplo para todos nosotros, para nosotros viene siendo una epifanía, un sacramento de Dios, una vida normal de familia que quiso compartir el hijo de Dios. Con eso, podemos sacar la enseñanza que la vida en familia es el lugar privilegiado, de vivir el amor que dios ha sembrado en nosotros. La iglesia es una familia: la familia de los hijos de dios. Una experiencia satisfactoria de vida familiar, nos ayudará a vivir la experiencia comunitaria de iglesia, y viceversa”, afirmó.
En ese sentido, el arzobispo Miranda, sostuvo que no se celebraría bien la navidad, si no se dieran cuenta de lo importante que es cuidar a las familias.
Aseveró que la desintegración de las familias hace que la sociedad se deshumanice y Dios no esté en el centro de la vida de los creyentes. La familia es el hogar donde todo lo humano tiene cabida y sentido, es el lugar donde se aprende a ser amado por Dios.
Reflexionó en que puede que la vida familiar no sea perfecta, que no se logre la ansiada feliz, pero a la familia de Dios no le tocó una suerte distinta, fue igual porque fue ignorada cuando iba a nacer el niño, fue perseguida, Herodes quería matar al niño, y se fue a Egipto, tuvo que exiliarse para salvar la vida del hijo y pudo retornar hasta la muerte del perseguidor.
“La familia de Nazaret ha ido hoy al templo de Jerusalén, acude a orar unida, a celebrar como nosotros hoy, en familia la eucaristía dominical, es así como las familias pueden alimentar su fe, su unión, su ilusión, su querer vivir lo que Dios manda, es unidos solo a Dios, como se puede lograr. Hoy, en esta fiesta que celebramos de la Sagrada Familia, tengamos en las manos de dios a nuestras familias y defendámosla porque es el regalo que dios nos ha dado, que el Señor bendiga a todas y cada una de nuestras familias, con la ayuda de Jesús, José y María”, finalizó.