Arturo es taxista y hace cuatro años y medio fue víctima dedos delincuentes que lo golpearon, robaron y amenazaron de muerte.Aunque las autoridades nunca dieron con el paradero de losresponsables en esa ocasión, posteriormente Arturo pudo reconocera sus agresores cuando éstos atacaron a otro compañero taxista;los ladrones fueron detenidos y su identidad fue dada a conocer enmedios de comunicación. “Esta es la muestra más clara del errorque se comete al no dar a conocer el rostro de las personas”,señaló el entrevistado.
Arturo relata que él se dirigía sobre calles del Centro de laciudad, cuando fue abordado por dos sujetos, “se veían no tanmalandros, así que nunca me imaginé que iban a hacerme algo. Meparé, me dijeron que los llevara a la colonia Aeropuerto, pero queno sabían bien la calle, que me iban diciendo por dónde cuandoestuviéramos cerca”, refirió.
Uno de los individuos, relata, estaba en el asiento trasero yotro iba con él, incluso platicando, y cuando el chofer se sintióen confianza, el delincuente que iba atrás lo amagó del cuello yle ordenó que parara el automóvil.
“Uno no se resiste porque sabe que ahí queda, pero sí tratéde gritar y me golpearon, me quitaron mi cartera con dos mil pesosy de buena suerte no se llevaron el carro. Ahí me dejaron todogolpeado y me dijeron que donde dijera algo volverían paramatarme”, relató la víctima.
Aunque Arturo interpuso la denuncia, en su momento no se logróla detención de los responsables, pero después surgió un nuevocaso y él al verlo publicado en medios de comunicación pudoreconocerlos e informar a las autoridades.
Por esto para Arturo resulta incomprensible que ahora se protejala identidad de las personas, pues en su opinión se quita el apoyoque la ciudadanía pudiera dar a las autoridades para reconocer aun delincuente.
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