En Ciudad Juárez, Chihuahua, tras horas de agonía, finalmente, un pequeño de 9 años atacado salvajemente a cuchilladas por su padre, murió en la sala de urgencias del Hospital Infantil, mientras que su hermanita y su madre se debaten entre la vida y la muerte. Todo ocurrió la mañana del domingo, cuando Gerardo Orozco, de 28 años de edad, aprovechó que todos estaban dormidos y bajo el influjo de alguna droga comenzó a atacarlos.

En un intento por evadir la justicia, el responsable se autolesionó y dijo a los agentes que todos habían sido víctimas de un asalto con violencia. Dicha coartada de poco le sirvió, ya que varias inconsistencias en sus declaraciones lo delataron. Los agentes policíacos dieron a conocer que el desquiciado actuó con tal saña que intentó sacarle los ojos a su esposa y a su hija de 6 años, con la intención de no ser descubierto en caso de que sobrevivieran al ataque.

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