"Con el ejemplo de Santa María de Guadalupe, el Señor nos invita a pasar del odio al amor, del rencor al perdón, de la violencia a la paz, de la indiferencia a la fraternidad y del individualismo a la solidaridad. Participemos pues en la construcción de una sociedad donde la justicia, la paz, la verdad y la vida se respeten y se vivan", enfatizó don Constancio Miranda Weckmann, arzobispo de Chihuahua al presidir la misa concelebrada del homenaje presbiteral a la Emperatriz de América.
Los sacerdotes que integran la Diócesis de Chihuahua participaron con entusiasmo en la celebración eucarística donde elevaron sus plegarias para continuar su camino en el ministerio sacerdotal.
"Padre celestial que nos has dado a Santa María de Guadalupe, como madre y causa de nuestra alegría, concédenos amarla y venerarla como verdaderos hijos tuyos y así poder recibir los bienes de la fe que nos invitas a esperar", fue el clamor principal de la oración comunitaria a la cual se unieron los feligreses y devotos de la Virgen de Guadalupe que se dieron cita en la ermita donde se construye la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe.
La comunidad católica reflexionó fragmentos de la lectura del libro de Isaías, la Carta de San Pablo a los Gálatas y el evangelio según San Lucas, donde se hace énfasis en la aceptación de María, quien con su alma glorifica al Señor y su espíritu se alegró cuando los ojos de Dios se posaron en la humildad de ella.
En la homilía el arzobispo señaló la alegría de los presbíteros por encontrarse en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, donde dieron gracias por el gran regalo que Dios les dio en la persona, vocación y misión de la Virgen María, quien los ha hecho cercanos al salvador del mundo al haber aceptado convertirse en tierra fértil para la humanidad.
Dijo que María de Guadalupe ha ayudado a la grey católica a entender la importancia de alimentarse con la palabra de Dios y los sacramentos para poder colaborar en la construcción de una sociedad donde la justicia, la verdad, la paz y la vida se vivan.
"Santa María de Guadalupe nos enseña a ser mensajeros de verdad y nos bendice con su mirada compasiva, nos motiva a ser rostros amables confiables, a ser evangelizadores por excelencia", dijo el jerarca de la Iglesia católica en la diócesis de Chihuahua.
Así mismo mencionó que ante el cambio de época que estamos viviendo, como pastores deben de purificar sus opciones personales y llevarlas a ser expresiones de amor cercano y total, a fin de ser hombres y sacerdotes de una fe más auténtica que sepan compartir.
Los exhortó a convertirse en casita sagrada de Dios y de María, a hacer un buen ambiente de fraternidad, unidad, paz y compromiso misionero. "Seamos como Santa María, testigos vivientes del evangelio, amémonos los unos a los otros, seamos constructores de paz, recordemos que vivir en el amor es una tarea permanente que no debe de descuidarse".
Finalmente los sacerdotes vitorearon a Cristo Rey, a la Virgen de Guadalupe, a San Pedro de Jesús Maldonado, al Papa Francisco, al obispo, al clero y a la Iglesia.