/ miércoles 13 de septiembre de 2023

Historias de Frontera, EU-México | El Chamizal

El conflicto del Chamizal entre Estados Unidos y México es un episodio histórico, que ilustra la complejidad de las relaciones bilaterales entre dos países vecinos. Este enfrentamiento territorial se centró en una franja de tierra de aproximadamente 1.77 kilómetros ubicada en la frontera entre El Paso, Texas, y Ciudad Juárez, México, conocida como "El Chamizal".

El origen de la disputa se remonta al Tratado de Guadalupe Hidalgo de 1848, que puso fin a la Guerra México-Estados Unidos. Según este tratado, el límite entre ambos países se estableció en el río Bravo (conocido como río Grande en Estados Unidos). Sin embargo, debido a la dinámica natural de los ríos, el cauce del río Bravo cambió con el tiempo, lo que resultó en que parte del territorio mexicano quedara al norte del nuevo curso del río. El Chamizal fue una de las áreas afectadas por este fenómeno.

A medida que El Paso y Ciudad Juárez crecían, la situación en El Chamizal se volvía cada vez más compleja. Los residentes y propietarios de tierras en esta zona enfrentaban incertidumbre legal y dificultades para el desarrollo de la región. Las tensiones entre los dos países se agravaron hasta que en 1963 los presidentes John F. Kennedy y Adolfo López Mateos abrieron el diálogo sobre El Chamizal, con la Guerra Fría en ciernes, Kennedy viajó a Ciudad de México en 1962, donde fue recibido por miles de personas en un gran desfile acompañado del presidente mexicano, López Mateos, el cual abordó el tema de El Chamizal.

Se dice que la plática entre ambos mandatarios acerca de la disputa del territorio duró casi dos horas. Una anécdota cuenta que, ante la insistencia de López Mateos para que EU aceptara devolver a México El Chamizal, Kennedy le dijo al traductor: —Pregúntele que cuánto vale el pedazo de tierra. A lo que López Mateos le respondería: —Dígale que no soy agente de bienes raíces.

Después de la muerte de Kennedy, en 1963, el presidente López Mateos informaba que El Chamizal se devolvía íntegramente a México y se firmó ya con el presidente Jonhson, el Tratado sobre la Distribución de las Aguas del Río Bravo, que estableció los términos para resolver el conflicto del Chamizal. Este acuerdo fue ratificado por ambos países y marcó el fin de una larga y tensa disputa territorial. Según este tratado, México cedería la mayor parte de El Chamizal a Estados Unidos, mientras que, a cambio, Estados Unidos entregaría una cantidad equivalente de tierra y compensación monetaria a México, la devolución efectiva de El Chamizal se dio en 1967.

El conflicto del Chamizal es un ejemplo de cómo las diferencias bilaterales pueden resolverse a través de la diplomacia y el compromiso mutuo. En lugar de recurrir a la violencia o prolongar un conflicto que había perdurado durante más de un siglo, Estados Unidos y México optaron por encontrar una solución pacífica que beneficiara a ambas partes, también demuestra que incluso los conflictos más arraigados pueden resolverse pacíficamente cuando ambas partes están dispuestas a comprometerse y encontrar soluciones mutuamente beneficiosas.


El conflicto del Chamizal entre Estados Unidos y México es un episodio histórico, que ilustra la complejidad de las relaciones bilaterales entre dos países vecinos. Este enfrentamiento territorial se centró en una franja de tierra de aproximadamente 1.77 kilómetros ubicada en la frontera entre El Paso, Texas, y Ciudad Juárez, México, conocida como "El Chamizal".

El origen de la disputa se remonta al Tratado de Guadalupe Hidalgo de 1848, que puso fin a la Guerra México-Estados Unidos. Según este tratado, el límite entre ambos países se estableció en el río Bravo (conocido como río Grande en Estados Unidos). Sin embargo, debido a la dinámica natural de los ríos, el cauce del río Bravo cambió con el tiempo, lo que resultó en que parte del territorio mexicano quedara al norte del nuevo curso del río. El Chamizal fue una de las áreas afectadas por este fenómeno.

A medida que El Paso y Ciudad Juárez crecían, la situación en El Chamizal se volvía cada vez más compleja. Los residentes y propietarios de tierras en esta zona enfrentaban incertidumbre legal y dificultades para el desarrollo de la región. Las tensiones entre los dos países se agravaron hasta que en 1963 los presidentes John F. Kennedy y Adolfo López Mateos abrieron el diálogo sobre El Chamizal, con la Guerra Fría en ciernes, Kennedy viajó a Ciudad de México en 1962, donde fue recibido por miles de personas en un gran desfile acompañado del presidente mexicano, López Mateos, el cual abordó el tema de El Chamizal.

Se dice que la plática entre ambos mandatarios acerca de la disputa del territorio duró casi dos horas. Una anécdota cuenta que, ante la insistencia de López Mateos para que EU aceptara devolver a México El Chamizal, Kennedy le dijo al traductor: —Pregúntele que cuánto vale el pedazo de tierra. A lo que López Mateos le respondería: —Dígale que no soy agente de bienes raíces.

Después de la muerte de Kennedy, en 1963, el presidente López Mateos informaba que El Chamizal se devolvía íntegramente a México y se firmó ya con el presidente Jonhson, el Tratado sobre la Distribución de las Aguas del Río Bravo, que estableció los términos para resolver el conflicto del Chamizal. Este acuerdo fue ratificado por ambos países y marcó el fin de una larga y tensa disputa territorial. Según este tratado, México cedería la mayor parte de El Chamizal a Estados Unidos, mientras que, a cambio, Estados Unidos entregaría una cantidad equivalente de tierra y compensación monetaria a México, la devolución efectiva de El Chamizal se dio en 1967.

El conflicto del Chamizal es un ejemplo de cómo las diferencias bilaterales pueden resolverse a través de la diplomacia y el compromiso mutuo. En lugar de recurrir a la violencia o prolongar un conflicto que había perdurado durante más de un siglo, Estados Unidos y México optaron por encontrar una solución pacífica que beneficiara a ambas partes, también demuestra que incluso los conflictos más arraigados pueden resolverse pacíficamente cuando ambas partes están dispuestas a comprometerse y encontrar soluciones mutuamente beneficiosas.