/ martes 16 de agosto de 2022

La voluntad de servir

Por: Óscar Barraza

Cualquier promesa , incluso la ley misma, sólo son palabras huecas si por parte de quien tiene el poder no existe la voluntad de cumplir.

A días de cumplir un año de iniciadas las administraciones municipales, las nuevas actividades legislativas y el Gobierno del Estado, los ciudadanos “seguimos esperando”, por decirle de alguna manera a esta esperanza que hace tiempo ya murió.

Mucho se podrá decir en los espectáculos que los políticos acostumbran para alimentar una realidad que sólo existe en sus mentes, en donde lo que han hecho es lo necesario y lo suficiente, pero que en la realidad de los ciudadanos es muy diferente y distante; nosotros sí vivimos una realidad donde las carreteras están en pésimas condiciones, las escuelas batallan hasta para los más básico y los servicios de salud únicamente están al alcance de quienes pueden pagar.

Este es un tema por demás trillado, explotado una y otra vez por los políticos en busca del poder, por eso en mi opinión, la esperanza ya murió.

Vivimos la era de una política decadente, donde en algún momento se perdió el objetivo fundamental de servir a la gente y se convirtió en un negocio donde para llegar se usa a las personas y sus necesidades. Si no, cómo explicar a las madres de desaparecidas y desaparecidos, clamando justicia y atención por parte de las autoridades; si no, cómo explicar a los agricultores que este año no recibieron subsidios para el campo; si no, cómo explicar que hay diputados que a estas alturas no han presentado una sola iniciativa en pro de su distrito y su gente.

“Todo se resolvería, todo cambiaría cuando los que hoy están en el poder llegaran”. Qué inocentes fuimos.

La ciudadanía ya no está ni en condiciones ni en ánimo de tolerar más inacción, ni más simulación, ni más cinismo político. Y aunque es lamentable que haya quienes prácticamente ya desperdiciaron un año de gestión utilizando tiempo y recursos en posar para fotografías, organizar reuniones para ser centro de atención y acudir a graduaciones escolares, es más tiempo el que les queda para “enderezar el camino”.

Aunque es relevante lo que informemos este año, lo importante es: ¿La gente que informará sobre nosotros? La decisión es personalísima, es elección individual si estar en los informes ciudadanos como aliados de sus causas o como uno más de los políticos que viven de la gente y se convierten en una carga más.

El análisis interno de cada político que ocupa un cargo público y dispone de recursos de la gente para sus funciones debe ser muy claro: ¿Nuestro paso por este espacio mejoró la vida de otras familias diferentes a las de los funcionarios del gobierno?. Si nuestro trabajo en el gobierno no acerca a los ciudadanos a sus objetivos, estamos en el sitio equivocado y le robamos oportunidades a los chihuahuenses.

Todo se resume en tres palabras: voluntad de cumplir. No queremos que nos resuelvan todo, lo que sí queremos es, cuando menos, ver que tratan.

Por: Óscar Barraza

Cualquier promesa , incluso la ley misma, sólo son palabras huecas si por parte de quien tiene el poder no existe la voluntad de cumplir.

A días de cumplir un año de iniciadas las administraciones municipales, las nuevas actividades legislativas y el Gobierno del Estado, los ciudadanos “seguimos esperando”, por decirle de alguna manera a esta esperanza que hace tiempo ya murió.

Mucho se podrá decir en los espectáculos que los políticos acostumbran para alimentar una realidad que sólo existe en sus mentes, en donde lo que han hecho es lo necesario y lo suficiente, pero que en la realidad de los ciudadanos es muy diferente y distante; nosotros sí vivimos una realidad donde las carreteras están en pésimas condiciones, las escuelas batallan hasta para los más básico y los servicios de salud únicamente están al alcance de quienes pueden pagar.

Este es un tema por demás trillado, explotado una y otra vez por los políticos en busca del poder, por eso en mi opinión, la esperanza ya murió.

Vivimos la era de una política decadente, donde en algún momento se perdió el objetivo fundamental de servir a la gente y se convirtió en un negocio donde para llegar se usa a las personas y sus necesidades. Si no, cómo explicar a las madres de desaparecidas y desaparecidos, clamando justicia y atención por parte de las autoridades; si no, cómo explicar a los agricultores que este año no recibieron subsidios para el campo; si no, cómo explicar que hay diputados que a estas alturas no han presentado una sola iniciativa en pro de su distrito y su gente.

“Todo se resolvería, todo cambiaría cuando los que hoy están en el poder llegaran”. Qué inocentes fuimos.

La ciudadanía ya no está ni en condiciones ni en ánimo de tolerar más inacción, ni más simulación, ni más cinismo político. Y aunque es lamentable que haya quienes prácticamente ya desperdiciaron un año de gestión utilizando tiempo y recursos en posar para fotografías, organizar reuniones para ser centro de atención y acudir a graduaciones escolares, es más tiempo el que les queda para “enderezar el camino”.

Aunque es relevante lo que informemos este año, lo importante es: ¿La gente que informará sobre nosotros? La decisión es personalísima, es elección individual si estar en los informes ciudadanos como aliados de sus causas o como uno más de los políticos que viven de la gente y se convierten en una carga más.

El análisis interno de cada político que ocupa un cargo público y dispone de recursos de la gente para sus funciones debe ser muy claro: ¿Nuestro paso por este espacio mejoró la vida de otras familias diferentes a las de los funcionarios del gobierno?. Si nuestro trabajo en el gobierno no acerca a los ciudadanos a sus objetivos, estamos en el sitio equivocado y le robamos oportunidades a los chihuahuenses.

Todo se resume en tres palabras: voluntad de cumplir. No queremos que nos resuelvan todo, lo que sí queremos es, cuando menos, ver que tratan.