/ domingo 8 de agosto de 2021

Lo cuantitativo y cualitativo de la primera consulta popular 

La consulta popular que se realizó el domingo 1 de agosto de este año ha sido evaluada por la mayoría de los medios de comunicación, los opositores a AMLO y los expresidentes Vicente Fox y Felipe Calderón como un fracaso, lo que es un sofisma.

Cierto es que el porcentaje de ciudadanos que votaron, cuantitativamente, fue reducido (6.7 millones), que representa el 7.11% de la Lista Nominal de Electores, cantidad sumamente insuficiente para lograr un resultado vinculatorio, esto es, “ejercer” el derecho procesal de las acciones de los expresidentes acusados de la adquisición de bienes y derechos a cambio de una equivalencia económica, corrupción e impunidad, traición a la patria y violación de los derechos humanos y la justicia, histórica y fehacientemente documentados a lo largo y ancho de nuestro país.

Es incuestionable que la Suprema Corte de Justicia de la Nación y el INE hicieron todo lo posible a su alcance para evitar que el voto de los ciudadanos a favor del SÍ no alcanzara el 40% de la consulta popular vinculatoria a los poderes Ejecutivo y Legislativo federales y para las autoridades competentes, con dos propósitos:

Proteger a los expresidentes del PRI y el PAN que dejaron en quiebra a nuestro país y, vulnerar la democracia participativa en ciernes y, posteriormente, la revocación de mandato del presidente de la República.

No obstante, toda esa manipulación de la SCJN y del INE, cualitativamente la consulta popular del domingo pasado, fue un ejercicio político y social significativo del pueblo, por más que las cofradías de la derecha se burlen de que no logró el porcentaje de votación del 40%, que establece el Artículo 35 constitucional, y los expresidentes festinen que no se le vincule a proceso judicial por sus fechorías.

El 97% de los ciudadanos que votaron en esta primogénita consulta popular aprobaron el SÍ, lo cual deja en claro para la sociedad que, pese a las artimañas jurídicas y electorales a las que hemos hecho referencia, millones de mexicanos han sembrado ya la semilla de la democracia participativa.

Veremos y diremos que alcance social tendrá en marzo del año próximo, otro eje fundamental del mecanismo de la democracia participativa: La revocación de mandato del presidente de la República que, en el fondo, para la oligarquía es determinante que no proceda para cancelar su investidura presidencial y recuperar el régimen neoliberal que la 4a transformación se ha abocado a desmantelar, para construir un proyecto de nación más igualitario y justo, que consolide un genuino y soberano Estado democrático, ajeno a la corrupción, la violencia e impunidad del sistema neoliberal que los expresidente de Carlos de Salinas a Enrique Peña Nieto consolidaron en su beneficio, en detrimento del pueblo y de nuestro recursos naturales.

La consulta popular que se realizó el domingo 1 de agosto de este año ha sido evaluada por la mayoría de los medios de comunicación, los opositores a AMLO y los expresidentes Vicente Fox y Felipe Calderón como un fracaso, lo que es un sofisma.

Cierto es que el porcentaje de ciudadanos que votaron, cuantitativamente, fue reducido (6.7 millones), que representa el 7.11% de la Lista Nominal de Electores, cantidad sumamente insuficiente para lograr un resultado vinculatorio, esto es, “ejercer” el derecho procesal de las acciones de los expresidentes acusados de la adquisición de bienes y derechos a cambio de una equivalencia económica, corrupción e impunidad, traición a la patria y violación de los derechos humanos y la justicia, histórica y fehacientemente documentados a lo largo y ancho de nuestro país.

Es incuestionable que la Suprema Corte de Justicia de la Nación y el INE hicieron todo lo posible a su alcance para evitar que el voto de los ciudadanos a favor del SÍ no alcanzara el 40% de la consulta popular vinculatoria a los poderes Ejecutivo y Legislativo federales y para las autoridades competentes, con dos propósitos:

Proteger a los expresidentes del PRI y el PAN que dejaron en quiebra a nuestro país y, vulnerar la democracia participativa en ciernes y, posteriormente, la revocación de mandato del presidente de la República.

No obstante, toda esa manipulación de la SCJN y del INE, cualitativamente la consulta popular del domingo pasado, fue un ejercicio político y social significativo del pueblo, por más que las cofradías de la derecha se burlen de que no logró el porcentaje de votación del 40%, que establece el Artículo 35 constitucional, y los expresidentes festinen que no se le vincule a proceso judicial por sus fechorías.

El 97% de los ciudadanos que votaron en esta primogénita consulta popular aprobaron el SÍ, lo cual deja en claro para la sociedad que, pese a las artimañas jurídicas y electorales a las que hemos hecho referencia, millones de mexicanos han sembrado ya la semilla de la democracia participativa.

Veremos y diremos que alcance social tendrá en marzo del año próximo, otro eje fundamental del mecanismo de la democracia participativa: La revocación de mandato del presidente de la República que, en el fondo, para la oligarquía es determinante que no proceda para cancelar su investidura presidencial y recuperar el régimen neoliberal que la 4a transformación se ha abocado a desmantelar, para construir un proyecto de nación más igualitario y justo, que consolide un genuino y soberano Estado democrático, ajeno a la corrupción, la violencia e impunidad del sistema neoliberal que los expresidente de Carlos de Salinas a Enrique Peña Nieto consolidaron en su beneficio, en detrimento del pueblo y de nuestro recursos naturales.