/ viernes 24 de mayo de 2024

Morena, un peligro para el país

El principal peligro para la democracia está en el idealismo falso y mal entendido. Nadie podría ser más intolerante y despiadado que un gobernante ignorante o equivocado; o peor aún, que pueda creer que está obrando con justicia. Cuidado con aquel que pretenda utilizar la democracia para llegar al poder para luego abolirla. Y sí, tal es el caso de Morena.

Es alarmante, que al igual que Obrador, o Claudia los seguidores de esta secta, sean automáticamente seguidores de lo peor en el mundo. Apoyan al terrorismo de Hamas, a los dictadores de Corea del Norte, de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Rusia, etc…,

Estimable lector, dejaría Ud. que sus hijos se juntaran con narcos, maleantes, sicarios, extorsionadores, secuestradores, y más? Pues ni más ni menos, es el caso de Morena, escogen lo peor para apoyarlos, darles el dinero de los mexicanos y ahora con su proyecto de amnistía para el país, liberar presos al por mayor.


Por mucho que digan saber los candidatos es imposible que lo sepan todo. Analicemos todo lo que nos dicen antes de creerles. Es imposible obtener algún beneficio como país con filosofías que contradigan nuestra propia experiencia y la experiencia de otros pueblos.


Es prudente huir de la impostura de los candidatos. Esto es lo que en religión se le llama superstición, en sabiduría se le dice arrogancia y en política anarquía. Y si nos empeñamos en creer algo, tratemos que nuestras creencias coincidan con la realidad. Pongamos los pies sobre tierra firme. Existe un enorme abismo entre los sueños de algunos y los hechos que muchos conocemos.


Algunos políticos, al igual que algunos jugadores de golf, empeoran cada día con la práctica. Han practicado tanto tiempo sus errores que los han vuelto perfectos. No pueden entender que el progreso social no es nunca fruto de la habilidad o de la sabiduría de un solo hombre, de un solo partido, o de una sola filosofía económica y social, sino en todos aquellos en quienes radica la fuerza social: los ciudadanos. El pensar que nadie tiene la razón sino ellos, es lo que enloquece a los cuerdos y a los ya desequilibrados, los convierte en locos furiosos y deseosos de poder. Estas actitudes son las que convierten una democracia en una dictadura.


Una sociedad donde sus ciudadanos trabajadores y productores no son escuchados al hacer las leyes que ellos mismos han de obedecer, no es una democracia, sino una dictadura.


Los que pretenden que el gobierno sea de los hombres y no de las leyes, en realidad desean estar oprimidos, pues todo queda sujeto al estado de ánimo, a los caprichos, a la prepotencia del gobernante en turno. Por medio del temor y el odio convierten a los ciudadanos en viles esclavos, que o son aduladores o son ahogados en sangre.


El candidato que pretende saber mejor que nosotros cómo educar a nuestros hijos, curar a nuestros enfermos, cultivar nuestro campo, cuidar a nuestros viejos, conducir nuestras empresas y que para colmo promueve la ilegalidad en el comercio permitiendo productos pirata así como vendedores ambulantes ilegales, no será otra cosa que la desgracia para el país.


La única forma de remediar las injusticias es oponernos decididamente a ellas. De nada nos sirve solamente indignarnos y comentarlo en reuniones de café. Si hemos de indignarnos, al menos vamos haciéndolo con unión y acción.


Licenciado en Administración de Empresas. Director de Reingeniería Humana.

mgongorah@hotmail.com


El principal peligro para la democracia está en el idealismo falso y mal entendido. Nadie podría ser más intolerante y despiadado que un gobernante ignorante o equivocado; o peor aún, que pueda creer que está obrando con justicia. Cuidado con aquel que pretenda utilizar la democracia para llegar al poder para luego abolirla. Y sí, tal es el caso de Morena.

Es alarmante, que al igual que Obrador, o Claudia los seguidores de esta secta, sean automáticamente seguidores de lo peor en el mundo. Apoyan al terrorismo de Hamas, a los dictadores de Corea del Norte, de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Rusia, etc…,

Estimable lector, dejaría Ud. que sus hijos se juntaran con narcos, maleantes, sicarios, extorsionadores, secuestradores, y más? Pues ni más ni menos, es el caso de Morena, escogen lo peor para apoyarlos, darles el dinero de los mexicanos y ahora con su proyecto de amnistía para el país, liberar presos al por mayor.


Por mucho que digan saber los candidatos es imposible que lo sepan todo. Analicemos todo lo que nos dicen antes de creerles. Es imposible obtener algún beneficio como país con filosofías que contradigan nuestra propia experiencia y la experiencia de otros pueblos.


Es prudente huir de la impostura de los candidatos. Esto es lo que en religión se le llama superstición, en sabiduría se le dice arrogancia y en política anarquía. Y si nos empeñamos en creer algo, tratemos que nuestras creencias coincidan con la realidad. Pongamos los pies sobre tierra firme. Existe un enorme abismo entre los sueños de algunos y los hechos que muchos conocemos.


Algunos políticos, al igual que algunos jugadores de golf, empeoran cada día con la práctica. Han practicado tanto tiempo sus errores que los han vuelto perfectos. No pueden entender que el progreso social no es nunca fruto de la habilidad o de la sabiduría de un solo hombre, de un solo partido, o de una sola filosofía económica y social, sino en todos aquellos en quienes radica la fuerza social: los ciudadanos. El pensar que nadie tiene la razón sino ellos, es lo que enloquece a los cuerdos y a los ya desequilibrados, los convierte en locos furiosos y deseosos de poder. Estas actitudes son las que convierten una democracia en una dictadura.


Una sociedad donde sus ciudadanos trabajadores y productores no son escuchados al hacer las leyes que ellos mismos han de obedecer, no es una democracia, sino una dictadura.


Los que pretenden que el gobierno sea de los hombres y no de las leyes, en realidad desean estar oprimidos, pues todo queda sujeto al estado de ánimo, a los caprichos, a la prepotencia del gobernante en turno. Por medio del temor y el odio convierten a los ciudadanos en viles esclavos, que o son aduladores o son ahogados en sangre.


El candidato que pretende saber mejor que nosotros cómo educar a nuestros hijos, curar a nuestros enfermos, cultivar nuestro campo, cuidar a nuestros viejos, conducir nuestras empresas y que para colmo promueve la ilegalidad en el comercio permitiendo productos pirata así como vendedores ambulantes ilegales, no será otra cosa que la desgracia para el país.


La única forma de remediar las injusticias es oponernos decididamente a ellas. De nada nos sirve solamente indignarnos y comentarlo en reuniones de café. Si hemos de indignarnos, al menos vamos haciéndolo con unión y acción.


Licenciado en Administración de Empresas. Director de Reingeniería Humana.

mgongorah@hotmail.com