/ miércoles 27 de febrero de 2019

Se aprueba la Guardia Nacional

Está visto que hay un porcentaje un tanto reducido de opositores al nuevo gobierno, eso sí muy activo, que se ha opuesto no a una de sus iniciativas, sino a todo lo que piense, promueva o haga, llámese la cancelación del nuevo aeropuerto, el combate a la corrupción, al huachicoleo, la disminución del sueldo de AMLO y los funcionarios, el tren Maya o la creación de una Guardia Nacional.

En lo referente a la creación de la Guardia Nacional, la mayoría de ellos le apostaba al fracaso, sobre todo algunos de sus voceros que operan en los medios radiofónicos y televisivos, quienes abrigaban la esperanza de que Morena no dispondría de los votos suficientes en el Senado para aprobar por sí solo la creación de la llamada Guardia Nacional.

Al respecto, dice uno de estos voceros opositores: “Yo la traía mal, nunca vi la posibilidad de que el Senado y menos por unanimidad, aprobara la Guardia Nacional, ni que Morena se atreviera a sacar una corporación contraria a la visión de AMLO”.

El hecho es que estos opositores se equivocaron en varios sentidos, en primer lugar al pensar que la iniciativa no se aprobaría, en segundo lugar, al dar por sentado que Morena se mantendría en una postura cerrada y no haría concesiones a la oposición y, en tercer lugar, al creer que Morena actuó en el Senado en contra de AMLO y que éste no estaba conforme con tal decisión. Lo otro es que AMLO estuvo siempre al tanto de la negociación a través de Zoé Robledo, subsecretario de Gobernación.

Al final ocurrió que el acuerdo que todos consideraban imposible se concretó el jueves y se logró por unanimidad pues en él votaron 127 senadores, cero votos en contra y cero abstenciones.

El acuerdo se logró mediante un arduo trabajo de Ricardo Monreal, excelente operador político, coordinador de los senadores de Morena, quien cedió en lo necesario a la oposición y consiguió su apoyo a la iniciativa.

La nueva corporación tendrá un mando civil y estará adscrita a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, el presidente dispondrá la incorporación de elementos de la Policía Militar y Naval y tendrá una operación temporal de cinco años con miras a la formación de una policía eficaz y el retiro de los militares a sus cuarteles.

La unanimidad alcanzada en este acuerdo por todas las fuerzas políticas es digna de aplauso, sobre todo en este momento en que el país está tan confrontado. Las fuerzas armadas han obtenido por fin el sustento jurídico para su actuación en tareas de seguridad pública e iniciado el camino de regreso a sus cuarteles. Los principales ganadores somos los mexicanos porque nació con toda la legitimidad posible una policía nacional con posibilidades de devolvernos la tranquilidad, todo ello ganado mediante el diálogo político y el acuerdo en bien de todos.

Está visto que hay un porcentaje un tanto reducido de opositores al nuevo gobierno, eso sí muy activo, que se ha opuesto no a una de sus iniciativas, sino a todo lo que piense, promueva o haga, llámese la cancelación del nuevo aeropuerto, el combate a la corrupción, al huachicoleo, la disminución del sueldo de AMLO y los funcionarios, el tren Maya o la creación de una Guardia Nacional.

En lo referente a la creación de la Guardia Nacional, la mayoría de ellos le apostaba al fracaso, sobre todo algunos de sus voceros que operan en los medios radiofónicos y televisivos, quienes abrigaban la esperanza de que Morena no dispondría de los votos suficientes en el Senado para aprobar por sí solo la creación de la llamada Guardia Nacional.

Al respecto, dice uno de estos voceros opositores: “Yo la traía mal, nunca vi la posibilidad de que el Senado y menos por unanimidad, aprobara la Guardia Nacional, ni que Morena se atreviera a sacar una corporación contraria a la visión de AMLO”.

El hecho es que estos opositores se equivocaron en varios sentidos, en primer lugar al pensar que la iniciativa no se aprobaría, en segundo lugar, al dar por sentado que Morena se mantendría en una postura cerrada y no haría concesiones a la oposición y, en tercer lugar, al creer que Morena actuó en el Senado en contra de AMLO y que éste no estaba conforme con tal decisión. Lo otro es que AMLO estuvo siempre al tanto de la negociación a través de Zoé Robledo, subsecretario de Gobernación.

Al final ocurrió que el acuerdo que todos consideraban imposible se concretó el jueves y se logró por unanimidad pues en él votaron 127 senadores, cero votos en contra y cero abstenciones.

El acuerdo se logró mediante un arduo trabajo de Ricardo Monreal, excelente operador político, coordinador de los senadores de Morena, quien cedió en lo necesario a la oposición y consiguió su apoyo a la iniciativa.

La nueva corporación tendrá un mando civil y estará adscrita a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, el presidente dispondrá la incorporación de elementos de la Policía Militar y Naval y tendrá una operación temporal de cinco años con miras a la formación de una policía eficaz y el retiro de los militares a sus cuarteles.

La unanimidad alcanzada en este acuerdo por todas las fuerzas políticas es digna de aplauso, sobre todo en este momento en que el país está tan confrontado. Las fuerzas armadas han obtenido por fin el sustento jurídico para su actuación en tareas de seguridad pública e iniciado el camino de regreso a sus cuarteles. Los principales ganadores somos los mexicanos porque nació con toda la legitimidad posible una policía nacional con posibilidades de devolvernos la tranquilidad, todo ello ganado mediante el diálogo político y el acuerdo en bien de todos.

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