/ jueves 30 de junio de 2022

Sobrepoblación de nuestras aulas

Con la llegada de la emergencia sanitaria en el mundo, más de 1,500 millones de estudiantes en el mundo tuvieron que tomar clase por medios alternativos, ya sea internet, radio, televisión, cuadernillos de apoyo, entre otros formatos, y develó, además las grandes desigualdades acumuladas por el sistema.

Luego de que el Banco Mundial, la OCDE, la UNESCO, el Fondo Monetario Internacional advirtieron de los problemas que se han hecho evidentes luego de la emergencia sanitaria, donde particularmente en días pasados el primero expresara en el informe “Dos años después: salvando a una generación” que los niveles de educación retrocedieron al menos una década en América Latina por el impacto de la pandemia y existe el riesgo de que se pierda una generación de estudiantes si los gobiernos no toman medidas urgentes.

En el caso mexicano, aparte de la deserción provocada sobre todo en las y los estudiantes más vulnerables, dejó ver una realidad que normalmente sólo es visible desde la realidad de quien trabaja en un aula: la sobrepoblación de estudiantes en las aulas, lo que impide, por mucho, una posible individualización para el aprendizaje.

Entre los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México ocupa el primer lugar con más alumnos en un aula por cada maestra o maestro que imparte clases en primaria, secundaria y bachillerato o preparatoria, lo cual implica que cada docente debe emplear un mayor tiempo para el aprendizaje de sus estudiantes, con el consiguiente desgaste físico y mental del docente.

El problema no sólo radica en el momento del proceso de enseñanza-aprendizaje, sino que se lleva a la casa en los momentos de evaluación del ciclo escolar, amén de los múltiples elementos que hay que subir a la plataforma digital, donde por supuesto, un día de descarga administrativa por periodo de evaluación no sirve más que para una cuarta o quinta parte en el mejor de los casos.

Muchos de los problemas que se viven en el aula, radican en las decisiones que se toman detrás de un escritorio, donde no son siquiera las autoridades educativas sino las de planeación y de Hacienda quienes establecen los criterios para el número de estudiantes, siendo esta más una decisión de corte administrativa y con poco rigor académico, lo que complica aún más el proceso escolar, provocando dicha sobrepoblación escolar.

Es necesario voltear a ver decisiones más acordes a la realidad escolar que se vive en un aula, donde, por ejemplo, en el caso del estado de Nueva York, aprobó un proyecto de ley, donde el número de estudiantes desde el jardín de infancia al tercer grado (8 años) estaría limitado a 20 niños; de cuarto a octavo grado a 23, y subirían a un máximo de 25 en la secundaria, que es el equivalente en nuestro país de los grados desde preescolar hasta preparatoria.

Esperemos que este llamado a retomar lo realmente importante signifique que se tomen decisiones educativas desde los espacios educativos y pensando en la mejor forma de lograr el aprendizaje de nuestra niñez y juventud.

Dr. Manuel Alberto Navarro Weckmann

Doctor en Gerencia Pública y Política Social

manuelnavarrow@gmail.com

https://manuelnavarrow.com


Con la llegada de la emergencia sanitaria en el mundo, más de 1,500 millones de estudiantes en el mundo tuvieron que tomar clase por medios alternativos, ya sea internet, radio, televisión, cuadernillos de apoyo, entre otros formatos, y develó, además las grandes desigualdades acumuladas por el sistema.

Luego de que el Banco Mundial, la OCDE, la UNESCO, el Fondo Monetario Internacional advirtieron de los problemas que se han hecho evidentes luego de la emergencia sanitaria, donde particularmente en días pasados el primero expresara en el informe “Dos años después: salvando a una generación” que los niveles de educación retrocedieron al menos una década en América Latina por el impacto de la pandemia y existe el riesgo de que se pierda una generación de estudiantes si los gobiernos no toman medidas urgentes.

En el caso mexicano, aparte de la deserción provocada sobre todo en las y los estudiantes más vulnerables, dejó ver una realidad que normalmente sólo es visible desde la realidad de quien trabaja en un aula: la sobrepoblación de estudiantes en las aulas, lo que impide, por mucho, una posible individualización para el aprendizaje.

Entre los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México ocupa el primer lugar con más alumnos en un aula por cada maestra o maestro que imparte clases en primaria, secundaria y bachillerato o preparatoria, lo cual implica que cada docente debe emplear un mayor tiempo para el aprendizaje de sus estudiantes, con el consiguiente desgaste físico y mental del docente.

El problema no sólo radica en el momento del proceso de enseñanza-aprendizaje, sino que se lleva a la casa en los momentos de evaluación del ciclo escolar, amén de los múltiples elementos que hay que subir a la plataforma digital, donde por supuesto, un día de descarga administrativa por periodo de evaluación no sirve más que para una cuarta o quinta parte en el mejor de los casos.

Muchos de los problemas que se viven en el aula, radican en las decisiones que se toman detrás de un escritorio, donde no son siquiera las autoridades educativas sino las de planeación y de Hacienda quienes establecen los criterios para el número de estudiantes, siendo esta más una decisión de corte administrativa y con poco rigor académico, lo que complica aún más el proceso escolar, provocando dicha sobrepoblación escolar.

Es necesario voltear a ver decisiones más acordes a la realidad escolar que se vive en un aula, donde, por ejemplo, en el caso del estado de Nueva York, aprobó un proyecto de ley, donde el número de estudiantes desde el jardín de infancia al tercer grado (8 años) estaría limitado a 20 niños; de cuarto a octavo grado a 23, y subirían a un máximo de 25 en la secundaria, que es el equivalente en nuestro país de los grados desde preescolar hasta preparatoria.

Esperemos que este llamado a retomar lo realmente importante signifique que se tomen decisiones educativas desde los espacios educativos y pensando en la mejor forma de lograr el aprendizaje de nuestra niñez y juventud.

Dr. Manuel Alberto Navarro Weckmann

Doctor en Gerencia Pública y Política Social

manuelnavarrow@gmail.com

https://manuelnavarrow.com