Desde enfermeras y empleadas de farmacias, hasta conductoras de Uber, todas, sin excepción alguna, luchan día tras día por llevar comida a sus hogares y a pesar de que la mayoría de ellas no se apartó al cien por ciento de sus familias, temen salir pues nunca saben si regresarán contagiadas.
Rosario López, enfermera del Instituto Mexicano del Seguro Social, asegura que el tomar la decisión de separarse y no ver más a sus dos hijas ha sido lo más difícil que ha hecho, ya que el siquiera pensar que por culpa de ella podrían resultar contagiadas le causa gran temor.
A pesar de que este Día de las Madres será diferente para todas las familias mexicanas, ya que las celebraciones se realizarán de manera virtual, es importante reconocer la labor de aquellas que están al frente de esta pandemia luchando por lo que más aman y demostrando que son mamás de roble.
Un beso, un abrazo y una caricia de mamá resulta ser el combo perfecto para cualquier malestar, una sonrisa de ella tiene la dosis necesaria para sobrepasar los malos tiempos; sin embargo, por la pandemia que hoy se vive a nivel mundial, algunas madres tuvieron que tomar la decisión de separarse de su familia por el miedo a contagiar a lo que más aman: sus hijos.
“Me invade la tristeza, la nostalgia y la impotencia… por primera vez en la vida me tuve que separar de mis hijas y lo más triste por ser yo el riesgo para ellas y para mi familia. Es el dolor más grande tener que rechazar un abrazo suyo, un beso, mantener la distancia y todo por temor que pueda llevarles algo, quizás ellas no lo entenderán, pensarán que soy egoísta, mala madre, que lo hago por no estar con ellas, quizá sí, no soy la mejor mamá del mundo, pero esto que hago hoy, con todo el dolor de mi corazón es por el inmenso amor que tengo hacia ellas y mi familia y porque tengo temor que les llegue a pasar algo… jamás me lo perdonaría que fuera por mi culpa. Hoy me tocó estar de este lado, haciendo frente a esta situación y sé que todos los que estamos aquí y están pasando lo mismo Dios nos dará la dicha de volver a disfrutar a nuestra familia”.
“Me siento muy orgullosa de ser mamá de dos pequeños, pero también siento un enorme miedo al tener que salir todos los días a trabajar, porque la gente no toma su distancia, no se cuida ni cuida de los demás, si todos tomaran conciencia de la gravedad de la situación ninguna madre de familia tendría miedo de salir, cuídense y cuiden de los demás”.
“¿Qué me genera salir a trabajar en esta pandemia? Me genera una gran tristeza por ver a toda la gente con ese pánico cubriendo sus rostros y lavando sus manos debido al riesgo que este virus representa para todos nosotros. Dejar a mi pequeño hijo al cuidado de mi madre, quien está dentro de los grupos vulnerables, me genera temor y más aún, porque sé que puedo llevar el virus a mi hogar ya que es un riesgo latente tanto para mí como para mi familia. Sé que tener un empleo representa una bendición para poder darle a mi hijo y a mi madre el sustento de cada día”.
“Dicen que es fácil ser madre soltera, pero es muy difícil cuando tengo que sacarla en la mañana para llevarla al cuidado de otras personas mientras yo tengo que trabajar, es difícil porque crece cada minuto, pero ella hace que saque fuerza de donde pienso que no tenía y ver su sonrisa, es mi mayor pago”.
“Ser madre es tener el corazón rebosante de amor las 24 horas. Antes de ser mamá creía ser muy feliz, pero ahora sé que mi vida sin mi hija sería la más aburrida. Ser mamá llena mis días, mi alma y mi corazón. Es difícil no estar el tiempo suficiente con mi hija por mi trabajo, pero es satisfactorio el tiempo que estamos juntas”.
“Dios me mandó a un ser extremadamente maravilloso y único, mi hijo, el cual me ha enseñado a ser una mejor persona, a ser más responsable y a valorar más la vida. Por circunstancias de la vida, Dios me mandó a tres bendiciones más, a mis sobrinos, a los cuales he criado acompañada de mi madre y quien es por quien más temo en esta temporada de contingencia, pues además de ser de avanzada edad, y el tener que salir todos los días a trabajar la pone en riesgo”.
“Hablando de mi experiencia al trabajar en el Hospital Central del Estado, que fue denominado como hospital donde atienden a pacientes con Covid-19, y aunque yo soy personal administrativo no dejo de sentir miedo. Sin embargo al formar parte del personal que labora en un hospital entiendo que se tiene que seguir adelante a pesar del miedo a contagiarme de ese virus y todavía mi miedo más grande: contagiar a quien más amo, aunque los administrativos no somos personal que estamos en primera línea del contagio sí estamos expuestos de manera indirecta al tener trato directo con doctores, con papeles que pudieran haber estado en lugar de contagio, al recorrer los mismos pasillos que recorre el personal médico y algunas veces los pacientes, esto me ha llevado a experimentar el miedo de manera más cercana y el rechazo por parte de personas, incluso familiares, que creen que los puedes contagiar, que aunque lo entiendo y es normal no deja de doler un poco, además de que no pueda ver a quien más amo, que un beso a mis hijos o mi hermosa nieta se vuelva peligroso y es muy triste, pero contrario a eso es muy gratificante cuando te das cuenta que los pacientes mejoran, que hay una suma de esfuerzos y que aunque mi contribución es como un granito de arena en inmenso mar me siento bien con eso y doy gracias a Dios por tener un trabajo y que estoy en un hospital como trabajador y no como paciente”.