La gruta del diablo en Nombre de Dios 

Historia original, basada en el texto proporcionado por Adrián Berrios

El relato auténtico lo puedes encontrar en Facebook: Crónicas de Terror en Chihuahua

Guiado por la curiosidad, luego de haberse visto influenciado por diversos relatos de conocidos, Tomás decidió investigar por sí mismo lo que aquél oscuro y místico lugar, ubicado frente a la planta de aguas residuales, escondía entre sus ruinas, más allá de la boca de las cavernas que anteriormente fueron usadas por personal minero y que hoy en día, según testimonios de habitantes del ejido Nombre de Dios, son usados por satanistas y ocultistas para practicar rituales oscuros.

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"Temo por mi vida y la FEM no ha tomado mi declaración"

Debido a la creciente delincuencia en Chihuahua, temiendo por su integridad, decidió buscar voluntarios entre sus amigos y conocidos, eligiendo de preferencia a los menos supersticiosos y más corpulentos de ellos. De esta manera Tomás logró convencer a dos viejos conocidos de la adolescencia y a un primo hermano por parte de su madre.

Fijaron una cita, y llegado el día, partieron a media noche hacia aquel lóbrego lugar. Condujeron por alrededor de diez minutos desde casa de Tomás hasta aquel asentamiento abandonado, donde una orden de monjas habitó durante varios años luego de que la minera estadounidense repentinamente abandonara la ciudad bajo turbias circunstancias, a partir de entonces y por años, aquella construcción sirvió como casa de aquellas religiosas que atendían enfermos en el ya inexistente “Hospital Verde”.

A su llegada, la sensación no pudo ser menos que de escalofríos, una inaudita y helada sensación recorrió sus espinas mientras caminaban directo hasta lo que simulaba una boca de lobo en medio del baldío. En aquel lugar que parecía haber servido anteriormente como patio, había una enorme estrella de seis puntas en el piso con una pequeña fuente en el centro.

Según el esotérico Yves Gaël, en su libro Talismanes Revelados, la también conocida como “estrella de David”, simboliza la circulación de la vida entre el Cielo y la Tierra, y viceversa (SIC)… colocado aquí como una especie de sello para evitar la presencia de energías oscuras. Irónico si se lo piensa, pues aquel lugar es conocido por los vecinos por ser un terreno usado por espiritistas para invocar fuerzas oscuras.

A la entrada de la caverna, cuando todos caminaron hacia ella, pudieron ver un cráneo cornudo arrojada en el suelo junto a un montículo de sal; era la cabeza semidescarnada de un cabrío. Previo al momento de su ingreso a aquella caverna, pudieron escuchar el zumbido del viento que emulaba susurros y murmullos emanando de aquella fétida oscuridad.

Mientras se dirigían hacia las tinieblas, murciélagos de ojos brillantes emergieron del interior, haciendo que el olor a muerte en la caverna pareciera que estos eran más bien despavoridas ánimas huyendo del infierno. A falta de un criterio espiritual, o de un instinto funcional, tras varios metros internados en aquella penumbra apenas rota por los rayos de sus linternas, llegaron a lo que parecía ser el final del camino, donde su sorpresa no podría ser descrita con palabra o sensación alguna para aquellos que no han vivido un horror similar.

El cuerpo de aquél macho cabrío que encontraron a la entrada, estaba allí frente a ellos, colgado de las patas de un gancho colocado en el techo y cubierto casi completamente de moscas que, a su vez, brincaban del cuerpo de la cabra hacia las decenas de plumas negras y picos blanquizcos de lo que parecían buitres sacrificados.

Aquella estatua humanoide, con cabeza de chivo, los miraba con ojos de bronce, fríos e inexpresivos, como esperando a que el miedo petrificara por completo sus cuerpos para hacerse de ellos y poder salir libre de aquella que entonces comprendió Tomás, era una prisión… Apenas pudo reaccionar para mirar a sus compañeros que antes se habían colocado a sus espaldas, cuando con el mismo escalofrío que le invadió al llegar a aquél lugar, se apoderó de nuevo él al notar que ninguno de sus fornidos acompañantes seguían allí.

Intentó emular lo que ellos, corriendo a toda prisa para dejar detrás de si el aliento si le era posible, pero su cuerpo entero estaba paralizado. Una oscura nube salida de la nada le golpeó directamente y sintió como si un camión le hubiera pasado por encima. Salió proyectado contra uno de los muros y un ardor en su pecho y espalda le hizo gritar finalmente, saliendo de aquel estado catatónico en el que había caído. Fue entonces cuando de nueva cuenta, sintió unas enormes manos halándole de la camisa y arrastrándole hasta el exterior de la gruta… era Emmanuel, su primo, que al escuchar el alarido, volvió a entrar solo a aquella caverna para liberar a Tomás de lo que allí está prisionero.

Con el ardor aun quemando su pecho, desabotonó su camisa para encontrar, con horrible sorpresa, que tres heridas sanguinolentas se habían abierto en el así como en su espalda… la marca del demonio.

Perdió el sueño durante un par de semanas, hasta que el mismo cansancio le hizo finalmente caer dormido… de aquella experiencia, Tomás conserva aún las marcas que la invisible presencia dejó en su pecho y espalda. De haber sido un poco menos escéptico, habría comprendido antes que aquel lugar es una prisión, donde vivirá eternamente aquél oscuro demonio que, en ocasiones, logra burlar el sello colocado a la entrada para aparecer esporádicamente en sus más infames pesadillas.

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