En Chihuahua Capital, ubicada en el Centro Histórico está la tienda de novias “La Pascualita” llamada así por su famoso maniquí, que lleva el mismo nombre, que ha estremecido por décadas a los chihuahuenses por su aspecto hiperrealista.
Está es una leyenda ya conocida por los ciudadanos, pues no solo la escuchan, también la viven cuando pasan por enfrente de la tienda de novias, ubicada en la avenida Ocampo en esquina con la Guadalupe Victoria.
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La Pascualita llegó a la entonces llamada “La Popular” en los años de 1930, sus facciones, su piel y detalles como sus ojos y sus manos, causaron una gran impresión en los habitantes de la capital, que comenzaron el rumor de que se trataba de una mujer real embalsamada.
En la vitrina donde suele estar expuesta la famosa novia, la acompaña un cartel donde se relata su historia, cuenta como el maniquí y Doña Pascuala Esparza, fundadora de la tienda, tenían un enorme parecido, mismo que engrandeció las leyendas.
Las leyendas cuentan que la hija de la costurera, falleció minutos antes de su boda, a causa de un piquete de un alacrán, y con el dolor de perderla quiso conservarla tan hermosa como siempre, por lo que la embalsamó para exhibirla como una novia para la eternidad.
Otros dicen que esta proviene de París, y que al traerla al pueblo del norte de México un hechicero enamorado la siguió y le encantó, por lo que en las noches cobra vida para buscar un vestido más de su agrado.
A raíz de lo anterior se cuenta que con su belleza deja prendados a los hombres, terminando por quitarles la cordura.
Se cuenta que hay quienes la ven mover la mirada o las manos, ultimas que llaman la atención por parecer que cuentan con huellas dactilares, luciendo siempre un vestido tradicional.
Si bien la Casa de la Pascualita no confirma las leyendas, tampoco las desmiente, lo que deja claro es el gran cariño hacia ella, la cual forma parte importante de la tradición del Estado de Chihuahua.
Lamentablemente y desde hace un tiempo, la famosa novia no se encuentra en su hogar, pues los ojos internacionales han puesto en ella su mirada, por lo que ha hecho diversas giras, sin contar los arreglos que han hecho para seguir manteniendo su estado.
Al regreso de uno de sus viajes, se comenzó a rumorar que habían cambiado a la Pascualita chihuahuense por una replica, que no estaba hecha con el mismo detalle y cuidado que la original.
