Arzobispo preside misa de Resurrección

Invita a los feligreses a que la sigan en la transmisión vía Facebook

Paloma Sánchez | El Heraldo de Chihuahua

  · domingo 12 de abril de 2020

Foto: Paloma Sánchez | El Heraldo de Chihuahua

El arzobispo Constancio Miranda Weckmann presidió la celebración del Domingo de Resurrección del Señor Jesús, en la que exhortó a todos los que siguieron la transmisión vía Facebook Live en la página de Notidiócesis, que proclamen la alegría de Jesús Resucitado como fe central de la Iglesia Católica.

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"Cristo está vivo, está es la gran verdad que llena de contenido nuestra fe. Jesús que murió en la cruz, ha resucitado, ha triunfado de la muerte, del poder de las tinieblas de dolor y de la angustia. El tiempo de Pascua es tiempo de alegría que no se limita a esta época del año litúrgico, que se instala en todo momento en el corazón de los cristianos, porque Cristo está vivo", afirmó Monseñor Miranda.

El arzobispo dentro de su homilía expresó que Jesús no es una figura que pasó, que existió en un tiempo y se fue, dejándonos un recuerdo maravilloso. "Cristo está vivo, su resurrección nos revela que Dios no abandona a los suyos; y como testimonios en la Vigilia Pascual dejamos encendido el cirio pascual, la llama que nos alumbra", dijo.

En las peticiones, dedicó la santa misa por todos los que siguieron la transmisión como participantes; por los sacerdotes, las religiosas; los seminaristas; todos y cada uno de los miembros de la Iglesia Particular de la Arquidiócesis de Chihuahua, para que pronto puedan estar reunidos en torno de los altares; y por los difuntos para que el Señor los tenga en el Cielo.

Para finalizar, el arzobispo Miranda realizó la consagración a la Santísima Virgen de Guadalupe, como todos los obispos en América Latina, al consagrar a las familias a su corazón maternal para cumplir fielmente la voluntad del Padre, en el marco de la contingencia por el Covid-19.

"Madre nuestra desde siempre, no te canses de visitarnos, consolarnos, sostenernos y liberarnos de los peligros que nos acechan. Con este ofrecimiento de consagración queremos acogerte que tu presencia entre nosotros haga reverdecer el desierto de nuestras soledades y brillar el sol de nuestra tinieblas. Que todas nuestras familias gocen la alegría de tu presencia, te alaben y te bendigan siempre reflejando en nuestros corazones el rostro amoroso de tu hijo Jesús", dijo.


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