Con más de 45 años de historia ubicado en el periférico Lombardo Toledano y carretera Palestina, el Balneario Joaquín Amaro o Robinson como otros le conocían, un lugar emblemático de la ciudad de Chihuahua si de centros recreativos se habla, hoy en día se encuentra en ruinas.
Además de acumular escombro y basura, sus tres albercas circulares se caen a pedazos; sus baños y vestidores aún se pueden apreciar erguidos, así como algunos árboles frondosos que provocan regresar a los recuerdos tan solo con caminar por sus pasillos.
Don Mariano Valenzuela en una de sus visitas a Cuernavaca se trajo el proyecto y el nombre de Joaquina Amaro se debe a la gran amistad que el dueño tenía con el general que ocupo el puesto de secretario de la defensa nacional, y fue el primero que en su concepto que funciono en la capital, ya que aunque existían albercas públicas o en el esquema de clubes no había de admisión general con árboles, jardines y trampolines.
A pesar de que fue precursor de este concepto Don Mariano no tenía el interés de hacer dinero sino de que los chihuahuenses tuvieran un sitio en el que las familias de todas las clases sociales se divirtieran en sus nueve albercas una de ellas asignada a sus toboganes.
Su construcción llevo tres años y sus herederos mencionan que el señor Valenzuela estuvo pendiente de toso hasta de la adquisición de los trampolines y albercas por lo que una vez inaugurado fue escenario de clavadistas.
Así pues desde el año 1974 se abre el balneario Joaquín Amaro característico lugar a donde familias, parejas y grupos de amigos acudían para darse un chapuzón en el verano, ahí se entrenaron clavadistas, se llevaron a cabo festividades, eventos especiales y como olvidar el tradicional Día del Estudiante donde se llenaba hasta el tope con jóvenes de toda la ciudad.
Hoy día el lugar luce tétrico, aunque aún conserva en su entrada su fachada de piedra, pero la taquilla se transformó en un dormitorio para consuetudinarios, luego al ingresar y comenzar a avanzar en sus pasillos se pueden apreciar tres de las albercas emblemáticas ya deterioradas.
Las áreas de asadores y jardines ya no son más que montones de escombros y hierba crecida, los antiguos vestidores ya sin techo solo están aún de pie sus paredes con azulejo, y la gran mayoría de las bardas que lo protegían ya se vinieron abajo.
Solo destaca una parte de esta propiedad que fue rescatada por gobierno del estado donde hasta el día de hoy además del centro recreativo para policías del Estado, se hayan también los despachos del Fiscal Peniche y del Secretario García Ruiz.
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