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Minerva Tavárez Mirabal, mejor conocida como Minou Mirabal, afirmó que para lograr un cambio significativo contra la violencia de género es necesario medir de forma distinta, redirigiendo la atención sobre los victimarios, es decir, cuántos están en prisión y cuántos han sido beneficiados por la impunidad que rodea a los crímenes contra las mujeres.
Así lo afirmó durante la entrevista exclusiva para El Heraldo de Chihuahua, durante su visita a la ciudad en el marco de las actividades por el 8M, fecha emblemática que enarbola la lucha de los derechos de las mujeres, al igual que el 25 de noviembre, Día Internacional de la Erradicación de la Violencia hacia las Mujeres y que se declaró conmemorativa por los asesinatos de su madre, Minerva Mirabal, y sus tías Patria y María Teresa.
“Hasta ahora hemos puesto el énfasis en mirar el número de víctimas que hay y ha llegado el momento en que debemos mirar a los victimarios, cuántos están guardando prisión, cuántos no han sido beneficiados por la impunidad que rodea siempre el crimen de violencia hacia las mujeres. Hay que contarlos, hay que estrujarlo en la cara de nuestra sociedad esa impunidad; porque la impunidad es el mayor de los crímenes que se cometen también contra la construcción pacífica de sociedad. Sin justicia no es posible que haya ninguna democracia”, afirmó Minou Mirabal.
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En ese sentido subrayó la necesidad de cuestionar cuántos de esos asesinos de mujeres están presos hoy, dónde están, en cuáles cárceles, cuántos años están cumpliendo y cómo se aplica la ley.
“No basta con defender a las mujeres. Si hay justicia, entonces la justicia tiene que servir precisamente para eso, para evitar que los problemas se solucionen por otras vías que son generalmente violentas también. La responsabilidad que tenemos quienes aspiramos a gobernar nuestros países es brindar a la sociedad las vías de una justicia formal para combatir estos crímenes, y que la gente sienta que lo que conviene es condenar, es buscar soluciones por vías más pacíficas”, aseveró.
En ese sentido, quien fue vicecanciller de República Dominicana, diputada al Congreso Nacional y presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores y de Cooperación Internacional, sostuvo que la democracia está siendo muy acosada, y expuso la necesidad de revisar el concepto de democracia que se ha impuesto a nivel internacional.
“Como si bastará con celebrar elecciones cada cuatro años y es evidente que eso no es suficiente. Hay un papel que nosotras las mujeres tenemos que jugar con nuestra propia experiencia, con nuestro acercamiento, con nuestras visiones distintas con respecto a los problemas que afectan a la sociedad. Hay que hacerlo desde la política, por eso es tan importante la participación política”, refirió quien también fue presidenta del Fondo Fiduciario para las Víctimas de la Corte Penal Internacional en La Haya, Holanda.
Las Mirabal
Con motivo de la conmemoración del 8 de Marzo, Minou Mirabal visita por primera vez la ciudad de Chihuahua también para recordar la historia de las hermanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal —su mamá y sus tías—, quienes a costa de su vida se convirtieron en una bandera de lucha para las mujeres, no sólo latinoamericanas, sino de todo el mundo.
“Minerva era mi madre, María Teresa y Patria eran mis tías, y fueron asesinadas el 25 de noviembre de 1960 por una de las dictaduras más cruentas de las tantas que padeció nuestro continente, por ser opositoras a ese régimen, por luchar por la libertad, la democracia y los derechos humanos. Junto a mi padre, mi madre fue una de las principales organizadoras del movimiento antidictadura más grande que se articuló durante esos 30 años de régimen, dos son héroes nacionales, que junto a mis tías fueron perseguidos y encarcelados”, compartió, al tiempo que señaló a las dictaduras como lo más horrible que le puede pasar a un pueblo.
Relató que luego de los asesinatos, durante los homenajes de cada año eran perseguidos y agredidos con bombas lacrimógenas, pero cada vez la conmemoración se fue nutriendo más. En principio era exclusivamente nacional, pero en 1981, en el Primer Congreso Feminista de mujeres en Bogotá propusieron que se dedicara esa fecha para tratar de hacer conciencia sobre el tema terrible de la violencia.
La fecha se empezó a conocer con la publicación en 1994 del libro En el tiempo de las mariposas, de Julia Álvarez, pero cinco años después trascendió cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la asumió como una conmemoración internacional a petición de 101 países.
Por buen camino
Con respecto al escenario actual del estado de Chihuahua, la dominicana consideró que se va por buen camino en la atención de esta problemática, y aunque quizá no se están dando los resultados esperados, se está construyendo para ver la luz al final del túnel, uno que llegó a ser el más oscuro del país y del mundo con cifras que Mirabal considera escandalosas.
“Lo que se hace en Chihuahua me parece extraordinario y el camino correcto, al pasar de ser uno de los puntos de mayor escándalo a nivel mundial, de mayor indignación con los crímenes —por ejemplo de Ciudad Juárez que conmovieron al mundo— a lograr que se incorporen a trabajar conjuntamente las diferentes instancias de la sociedad, del Estado, por encima de las banderillas políticas o intereses”, precisó la hija del también héroe nacional de República Dominicana, Manolo Tavárez Justo.
En contexto total considera que restan desafíos importantes para las mujeres, como la confluencia de las agendas comunes en aras de una mayor cohesión y romper las barreras en la participación política, que a su vez impacta en en otras áreas sociales como la económica.
“Cada mujer que participa —no importa si tiene o no una conciencia de género y de las responsabilidades que como mujeres tenemos—, siempre está abriendo puertas, siempre está ayudando a crear conciencia de que es posible, de que sí somos capaces de hacer lo que nos toca hacer y de hacerlo bien. Pero, no es posible que vayamos a los puestos de poder a repetir la forma tradicionalmente masculina en que nuestro mundo, nuestra humanidad, ha sido gobernada. Nuestro desafío fundamental es hacerlo, incorporando nuestra manera de tomar decisiones: las mujeres somos constructoras de comunidades”, aseveró.
En ese sentido, destacó que el reto es no hacerlo a la marcha repitiendo conductas negativas, puesto que hay muchas mujeres que al final quedan inmersas en esa forma de actuar. Además, existe el peligro del surgimiento de discursos de odio y de comportamientos amenazantes contra los logros de la humanidad en los últimos años.
“Vivimos en un neoliberalismo que es muy antidemocrático y que amenaza con echar para atrás esos logros. Las posverdades son mentiras que están teniendo una capacidad enorme para crear odio y una cultura que se asienta en el anonimato, que permite impunidad, y la impunidad siempre es capaz de hacer más daño de lo que somos capaces de imaginar y lo estamos viendo”, externó Mirabal, y aseguró que las mujeres juegan un papel determinante para poner freno esta situación.
“A las mujeres nos toca un papel todavía más importante en ese sentido, lo digo convencidísima de que somos las más habilitadas para contrarrestar eso, para construir un mundo más justo, menos extractivista”, añadió.
Abordó que las mujeres durante miles de años estuvieron confinadas al ámbito de lo privado y ahora son la mitad del sector productivo, llegaron al ámbito de lo público y demostraron que sí pueden competir en capacidad, talento y preparación. Por ello, urgió a que haya más mujeres en la política que tengan conciencia de lo que pueden ayudar, y de lo que puede impactar su participación en la construcción de un mundo menos injusto y más pacífico.
“México ha dado un ejemplo para toda Latinoamérica y gran parte del mundo, en la medida en que por primera vez se estableció equidad en los puestos de elección popular. Ahora está dando un grandísimo ejemplo teniendo a dos mujeres aspirando (a la Presidencia de la República), así que va a haber una presidenta mujer en un país tan importante como lo es México para Latinoamérica”, reconoció la dominicana.
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Finalmente, lamentó que pese al escenario antes descrito, México siga siendo un país machista y altamente violento contra las mujeres. Pero exhortó a revertir las cifras negativas en conjunto como sociedad, pues no puede dejarse como una labor exclusiva para la mujer.
“Sigue teniendo una de las más altas tasas de violencia contra las mujeres, de feminicidios, no sé 800 y pico de mujeres asesinadas es una cifra como para poner la piel de gallina a cualquier persona en el mundo, y sin embargo, ahí están esas cifras que hay que cambiar, necesariamente, y que no puede ser esa una labor solo de las mujeres, porque es un problema que afecta a la sociedad en su conjunto, afectan la familia en la base de la sociedad, porque la violencia contra las mujeres tiene una capacidad mayor de reproducción que ninguna otra violencia”, finalizó.
Con información de: Martha G. Nicholson
