Durante 2022 se registraron 567 muertes violentas asociadas al consumo de drogas en la entidad y de éstas en 172 hubo presencia de psicotrópicos.
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El desglose de muertes indica que en 40 muertes por accidentes se confirmó consumo de psicotrópicos, de igual forma se confirmó la sustancia en 102 homicidios, en 12 suicidios y en 18 eventos de otro tipo, en total 172.
Otras muertes por hechos violentos estuvieron asociadas a otras drogas, como marihuana, alcohol y cocaína.
De acuerdo con el Observatorio Interamericano de Drogas y al Sistema de Vigilancia Epidemiológica de las Adicciones en 2022, fueron 172 eventos en los que se encontró la presencia de este tipo de drogas, aunque no se establece como causa de muerte, sino asociado a la misma.
En cada una de las clasificaciones de fallecimientos en hechos violentos, se señala la presencia de alguna sustancia que habría consumido la persona fallecida, como es el caso de los suicidios.
En este tipo de muertes no se indica si las personas habían consumido una dosis mayor o lo hicieron bajo prescripción médica, ya que se utiliza en tratamientos de depresión e insomnio, y aún así ocurrió la consumación del suicidio.
En el caso de accidentes, tampoco se establece si se consumió en mayor dosis a la que un médico podría recetar, sin embargo, es por ello que constantemente autoridades de Salud y Protección Civil insisten en no conducir cuando se está bajo los efectos de alguna sustancia que produzca efectos secundarios como somnolencia.
Esta indicación se hace incluso cuando los medicamentos no son de tipo controlado, sino también en el caso de aquellos usados para resfrío común o infecciones respiratorias, pues llegan a provocar sueño y disminuyen los reflejos de las personas
En el caso de homicidios, tampoco se establece el porcentaje de uso o la relación específica entre el hecho y el consumo de este tipo de sustancias.
Por otra parte, los medicamentos psicotrópicos más comunes son: Alprazolam, Brotozolam, Camazepam, Clobazam, Clonazepam, entre otros.
El uso de este tipo de fármacos no es algo nuevo, pero en los últimos años aumentó entre población adolescente y jóvenes que comenzaron a tomarlo por ansiedad, insomnio o depresión.
Sin embargo, como cualquier otro, este medicamento debe ser autorizado por un profesional de la salud, en dosis y lapso de tiempo.
