Un grupo aproximado de sesenta migrantes pernoctó de nueva cuenta en un Oxxo que se encuentra sobre el boulevard Juan Pablo II, aledaño a Ferromex, con la esperanza de que el personal del Instituto Nacional de Migración y de la empresa ferroviaria les permitan ingresar a los patios a fin de subir a uno de los trenes que conduce a Ciudad Juárez.
Pese a que la noche del viernes el número de migrantes que se encontraba en el lugar era mayor y de que a medianoche arribaron otras treinta personas, aproximadamente, este sábado permanecían en el lugar poco más del medio centenar.
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A decir de los migrantes, desconocen si el resto inició su camino a la frontera a pie o por medio de alguna plataforma digital de transporte, pero igualmente reconocieron que ya eran menos.
Agregaron que, algunos, principalmente los que viajan solos, tienen mayor posibilidad de saltar a los trenes cuando inician su movimiento, mientras que los que llevan a su familia y niños pequeños, les es imposible esa opción, pues por seguridad de los mismos esperan a que los trenes estén detenidos para subir.
Es preciso recordar que hay algunos migrantes que tienen ya nueve días durmiendo a la intemperie y no han tenido la oportunidad de poder avanzar hacia la frontera, toda vez que personal de la Guardia Nacional, del Instituto Nacional de Migración y de Ferromex, se mantienen custodiando las entradas impidiendo que puedan ingresar.
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Por lo anterior, reiteran los señalamientos al gobierno de México, pues dicen que es de los pocos países en los que más han batallado para que los dejen avanzar hacia su destino, tan es así que en las centrales camioneras no se les concede venderles boletos para su pasaje, por lo que la única opción es el tren.
Respecto a las plataformas digitales de transporte, comentan que no se han acercado choferes a ofrecer el servicio, pero tienen conocimiento de que les piden mil 500 pesos por persona para trasladarlos hasta Ciudad Juárez.
Por otra parte, con el objetivo de aminorar el sufrimiento y las adversidades a las que se enfrentan los migrantes, la familia Mendoza se mantiene constantemente llevando alimento y ropa a fin de evitar alguna enfermedad, ya que se encuentran durmiendo en casas de campaña a las afueras de la tienda de autoservicio.
Con el apoyo de parientes y amigos, la familia Mendoza compra los insumos necesarios para prepararles comida y entregarles a los migrantes. Igualmente, les han llevado ropa, principalmente a los infantes, que son los más vulnerables ante las bajas temperaturas que se registran en la entidad.