San Judas Tadeo, el santo de las causas imposibles, es uno de los íconos religiosos más amados y venerados en la actualidad. Sin embargo, comparte su nombre de pila con una de las figuras más nefastas del cristianismo, Judas Iscariote, quien se convirtió en un símbolo de la traición y la alevosía.
No te preocupes si alguna vez te causó sorpresa o confusión escuchar el nombre de este santo. Ya que su homónimo malvado es incluso más conocido. Y los problemas por llamarse de la misma manera comenzaron para el santo desde los primeros años de su ministerio.
De acuerdo a la tradición, ambos pertenecieron a los primeros discípulos de Cristo, es decir a los 12 Apóstoles. Y ahí terminan las similitudes, ya que es bien conocido el trágico destino de Judas Iscariote, quien entregó a Jesús de Nazaret ante el Sanedrín judio a cambio de 30 monedas de plata, lo cual dio paso a su martirio y crucifixión. Después de esto, la culpa habría llevado a Iscariote a suicidarse.
Ante esto, cuando el apóstol Juan escribió su evangelio, al momento de hacer referencia a Judas Tadeo, se ve obligado a aclarar “no el Iscariote”. Otros relatos bíblicos prefieren aludir al santo simplemente como Tadeo, para evitar confusiones.Mientras que en el libro de los Hechos de los Apóstoles, que narra precisamente acontecimientos de la vida de los primeros discípulos después de la Pasión de Cristo, se hace mención de San Judas, como Judas de Santiago, lo que indicaba que San Judas era hermano menor del apóstol Santiago.
A su vez, Judas Tadeo y Santiago eran sobrinos nietos de San Joaquín y Santa Ana, padres de María. Por lo cual Judas Tadeo era sobrino de María y José, y primo de Jesús. Y esta es una de las razones por las que se trata de un santo muy venerado, al considerarse pariente de Cristo.
Ministerio y martirio de Judas Tadeo
Historias de santos, conocidas como hagiografías, narran que Judas viajó a predicar al oriente a lado del apóstol Simón. Juntos realizaron un largo viaje hacia Persia, durante el cual Judas tenía la comisión de llevar al rey de Persia una imagen milagrosa del rostro de Cristo conocida como el Mandylion.
Esta misión de Judas quedó grabada en la iconografía típica del santo, en forma del medallón dorado que porta en el pecho, siendo este una representación del rostro de Jesús.
Durante estos viajes, Judas y Simón fueron atajados por dos magos o sacerdotes paganos, Zaroes y Arfaxat, quienes intentaron forzar a los apóstoles para que adoraran a sus dioses. Al negarse los apóstoles fueron perseguidos por una turba instigada por los magos, y ambos fueron asesinados. A Simón lo partieron a la mitad con una sierra. Y a Judas le aplastaron la cabeza y luego se la cortaron con un hacha. Tal arma aparece en algunas representaciones del santo.
A partir de ahí, Judas se ganó su lugar en el santoral cristiano, volviéndose el santo de las causas imposibles, probablemente a causa de la inmensa travesía que enfrentó en su labor de llevar el cristianismo hacia el oriente.
