La capilla dedicada a San Carlos Borromeo, en las inmediaciones de la Quinta Carolina, conserva el vestigio de sus mejores épocas, y continúa siendo utilizada como lugar de culto católico con la celebración de misas; sin embargo, el paso del tiempo, la falta de mantenimiento, y la indolencia de los delincuentes que grafitean sus muros de cantera, han dañado su imagen, que es un referente histórico y cultural, al albergar una de las primeras expresiones del arte plástico en el municipio de Chihuahua.
La capilla se encuentra ubicada a unos metros del casco de la Quinta Carolina, en el norte de la ciudad, que se encuentra en los terrenos dentro del polígono de avenida Dostoievski al norte, y la avenida Monte Everest al este, en las inmediaciones de la colonia Atenas, al norte de la ciudad de Chihuahua.
Las edificaciones religiosas tradicionalmente fueron construidas de cara hacia el oriente, de tal manera se encuentra la capilla a San Carlos Borromeo, a pesar de que la entrada principal de la Quinta, está orientada hacia el sur. Desafortunadamente, la hermosa fachada de cantera, que en la parte superior está fechada con el año de 1908, conserva los pedazos de vidrio quebrados en las ventanas pequeñas superiores, la más alta en forma circular y la segunda, sobre la puerta principal.
La madera de sus tres puertas, una central principal y las dos laterales, se encuentran maltratadas, en las que apenas se advierten raspaduras en su pintura blanca. Las tres a falta de chapas apropiadas, son cerradas con cadenas y candados.
La cantera superior que da forma de dos aguas, para ser coronada al centro por la sagrada cruz que identifica la capilla en su vocación cristiana, conserva sólo algunas de sus piezas. Situación que se repite en algunas secciones de las torres laterales.
Desafortunadamente, en la parte trasera, en el muro oeste, se han pintado signos de graffiti a lo ancho de la capilla; y se extiende en la pared del costado sur, donde además, se encuentran arbustos quemados en puntos específicos, donde sólo quedan las varas ennegrecidas con los rastros del fuego.
El interior permanece limpio y ventilado, donde se conserva la belleza plasmada en sus paredes, de las pinturas originales, plasmadas durante la primera década del siglo XX. Cercano al altar, del lado derecho, permanece el púlpito labrado de madera, que armoniza con el mural de la pared principal del altar, con una escena dedicada al santo patrono de la capilla.
Sus muros y techo, también exhibe pinturas de la época, como se encontraban decoradas las habitaciones de la Quinta Carolina.
De acuerdo con la asociación Misiones Coloniales, el mural es el más antiguo de la ciudad de Chihuahua, por el artista italiano Ettore Serbaroli, firmado por el artista y fechado en 1910.
La capilla es de estilo neoclásico, con trazo rectangular de una nave. En la fachada tiene dos torres, con diseños diferentes en la parte superior, en la que una la de la esquina sureste cuenta con cinco columnas en cada uno de sus cuatro costados; y la de la esquina noreste, fue construida con dos arcos en cada uno de sus cuatro costados.
Actualmente, la capilla de San Carlos Borromeo, pertenece al territorio parroquial de María Madre de Dios, hay servicio de misa cada domingo a las 11:30 horas.