Entre tumbas de tierra, cemento, piedra, granito y mármol, de los panteones de Guadalupe Victoria y Siglo XIX, se entremezclan pesadas lápidas de cantera labrada con más de doscientos años de antigüedad, firmes al paso del tiempo, conservando las tumbas de quienes habitaron el pueblo de San Pablo, hoy Meoqui, destacando una en particular por la inscripción que precisa que la señora Marcos Licón de Chavarría falleció a la edad de 150 años.
Más de medio centenar de lápidas de cantera que datan de los años 1800 y principios de 1900 se han conservado en los panteones del Seccional de Guadalupe Victoria y cabecera municipal en Meoqui, este último denominado Siglo XIX, lugares en donde se pueden admirar trabajos con detalles labrados y otras más con tan solo la inscripción y cruces delineadas.
La lápida de cantera de la señora Marcos Licón se muestra sencilla, sobria, solo la inscripción y tres cruces surcan la piedra, una al centro en la parte superior con D y P a sus costados y dos cruces más a los lados en la parte inferior, apunta que falleció el 13 de abril, al parecer de 1903, a los 150 años de edad.
En su tumba se puede leer textual y en letras mayúscula lo siguiente: “LA SA MARCOS LICON DE ChABARRIA FALLECIO EL 13 DE ABRIL DE 1903 A LOS 150 AÑOS DE EDAD SU ESPOSO E HIJOS LE CONSAGRAN UN RECUERDO”.
Existen tumbas de adultos y niños con más de 200 años de antigüedad en los panteones de Meoqui, que se conservan a pesar de las inclemencias del tiempo y los años, pero también hay dos lápidas rescatadas, una de ellas con más de 300 años de antigüedad, se trata de la piedra labrada de Fray Andrés Ramírez, fundador del pueblo de San Pablo, hoy Meoqui, quien falleció en 1718 y la segunda la lápida del Teniente Coronel Esteban Melga, padre del Niño Héroe de Chapultepec, Agustín Melgar, mismas que serán exhibidas en Presidencia Municipal este jueves.
