Denuncian inminente despojo de 698 hectáreas en Nonoava

La señora María Casimira Morirachi Moro, quien asegura ser la heredera legítima de una porción de alrededor de 698 hectáreas al interior del rancho “Mesa de la Ciénega” localizado en el municipio de Nonoava, acudió a esta casa editora para denunciar que el martes 16 de octubre, un dispositivo de seguridad encabezado por el actual edil panista José Héctor Caro Villalobos, e integrado tanto por elementos de la policía local, estatal, a la subagente del Ministerio Público de dicha región, a un representante de la Comisión Estatal de los Pueblos Indígenas (COEPI), a funcionarios de la Secretaría de Desarrollo Rural, de la Dirección de Fomento Agropecuario, del departamento jurídico de Desarrollo Rural, acudirán a dicho rancho con el propósito de “despojarle” de lo que por ley le pertenece.

Acompañada por su esposo Salvador Sánchez, la mujer de origen tarahumara relató que en torno a dicha propiedad existe un conflicto familiar añejo, que comenzó cuando su abuelo Tranquilino Morirachi decidió heredar a sus tres hijos el mencionado rancho, con la condición de que fuera dividido en partes iguales.

Sin embargo, señaló que fue su padre José Lorenzo Morirachi el único de los tres hermanos que decidió escriturar su herencia, para lo cual acudió a mediados de los años setenta a la ciudad de Cuauhtémoc, donde fueron levantadas las escrituras de propiedad, mismas que María Casimira aún posee y que la acreditan como dueña de una porción de casi 700 hectáreas del rancho, que en total comprende más de dos mil.

Ahora, sus primos Eulogio, Miguel, Lucía y Félix, en presunto contubernio tanto con el comisario ejidal de esa zona, Rubén Moreno Morirachi (quien según el testimonio es hijo de la Sra. Lucía), como con el alcalde José Héctor Caro y diversas dependencias, pretenden llevar a cabo un reparto que no respetará las escrituras de propiedad que María Casimira posee, bajo el argumento de que el rancho Mesa de la Ciénega ahora es propiedad del Gobierno del Estado y este a través de dependencias como la COEPI y Desarrollo Rural es el encargado de realizar el reparto.

“Desde que falleció mi papá en 2005 mis primos se han querido adueñar del predio que él me heredó. Desde entonces no han dejado de perseguirme ni citarme en toda clase dependencias.
En los últimos años de vida de mi papá no dejaron de hostigarlo incluso en su propia casa, acudían para obligarlo a que firmara una cesión de los terrenos y él siempre se negó, hasta que una mañana salió a pastar el ganado, pero su cuerpo fue encontrado sin vida y con marcas de estrangulamiento y lesiones en el cráneo, cerca de la zona donde sus hermanos vivían”, declaró la afectada.

En este sentido, explicó que durante la campaña para reelegirse del actual alcalde de Nonoava, José Héctor Caro Villalobos, sus primos acudieron al candidato para pedirle “apoyo” y poder desalojar a su prima María Casimira, a lo cual este, viendo en ello una ventaja para conseguir más votación prometió que nada más entrando de nuevo a la presidencia, iba a facilitarles lo pedido.

Por ello, ante lo que calificaron como un “inminente despojo”, la pareja pide el apoyo del Gobierno Estatal para frenar el operativo que se estaría llevando a cabo el próximo martes, orquestado, según refirieron, por el alcalde en compañía del comisario ejidal, con el respaldo de la Secretaría de Desarrollo Rural y la COEPI, esta última actuando de manera “completamente parcial” dijeron: “Cuando hemos buscado un acercamiento con la COEPI, se nos cerraron las puertas, están al tanto de la situación y no quieren apoyarnos, pero yo soy tan rarámuri como mis primos, compartimos el mismo apellido”, enfatizó la Sra. María Morirachi.

“Las escrituras fueron registradas en Cuauhtémoc, en la década de los setentas, y ahora señalan que por orden de un juez que está archivada en un expediente van a delimitar el terreno a partes iguales, aunque cuando hemos acudido a solicitar una copia del supuesto expediente siempre nos la han negado, y hasta la fecha no nos han hecho saber qué juez fue el que emitió el fallo”, recalcaron.

Por ello, y pese a que de llevarse a cabo un reparto igualitario del terreno la denunciante recibiría una porción aún mayor a la escriturada, ella asegura que sólo pide que se respete la disposición legal del predio: “no estoy pidiendo más, simplemente que se respete lo que compró mi padre. Me dicen que me conviene porque me tocaría hasta más con ese reparto, pero eso no me interesa, sólo quiero tener lo que mi padre compró con esfuerzo”.