/ miércoles 19 de junio de 2019

Disfrazado "interés social" de los fraccionadores

Se crean fraccionamientos con el máximo de ganancias sin importar la calidad

Las zonas habitacionales en Chihuahua han mantenido un desarrollo cerrado, aislado y discontinuo de la taza urbana al ser generadas bajo procesos masivos de construcción y privatización, ocasionando efectos negativos en la sustentabilidad social, económica y ambiental de la ciudad, lo que propicia un alto grado de marginación y pobreza en las zonas de la periferia, de acuerdo con el Instituto Municipal de Planeación (IMPLAN).

Dicho órgano técnico de consulta del Municipio en lo relacionado al diseño, elaboración y evaluación de los proyectos de desarrollo urbano, precisó que tan solo en el periodo 2002-2007, fueron aprobadas mil 944 hectáreas en las zonas periféricas para fraccionamientos habitacionales, de los cuales, el 64% fue para casas de interés social. Con los estudios realizados en el 2016, se concluyó el 14.25% de los fraccionamientos y colonias en la ciudad son destinados a este tipo de viviendas.

Para el Instituto, esta condición es un reflejo de la política pública para dotación de vivienda bajo financiamiento público a través de INFONAVIT, FOVI o crédito bancario, lo cual satisface las necesidades de la población dentro de un rango de ingreso que percibe 3 o más salarios mínimos mensuales, “sin embargo existe necesidad de vivienda enfocada a los estratos inferiores los cuales no son actualmente sujetos a financiamiento bajo los esquemas habituales”.

De acuerdo con el IMPLAN, en la ciudad de Chihuahua existen zonas que no han logrado consolidarse para brindar las actividades que los habitantes necesitan, siendo el sur la más vulnerable, pues sus habitantes se ven obligados a pasar la mayor parte de su tiempo fuera del área donde habitan, en consecuencia a esta situación se desarrollan conflictos en la evolución económica y social de la zona.

En el caso de la zona norte, donde se encuentran las colonias de Vistas del Norte, Riberas de Sacramento y Francisco Villa, no existen desarrollos de industria y comercio que detonen en la zona la actividad y servicios suficientes para cubrir y satisfacer las necesidades de los habitantes, sobre todo en el ramo de empleo, pues los habitantes deben trasladarse grandes distancias para cubrir la necesidad de empleo.

En la ciudad, el 33.9% de las viviendas son de un nivel socioeconómico bajo, siendo este porcentaje familias que tienen cubierta la mínima infraestructura necesaria del hogar, y que aspiran, en primer lugar, a adquirir bienes y servicios que hagan la vida más práctica y sencilla; el segundo segmento más pobre con un porcentaje de 18.1%, en donde se encuentran 47 mil 446 familias, cuentan con una propiedad que carece de los servicios y bienes satisfactorios.

Para lograr un fortalecimiento se requiere de una adecuada planificación urbana y el impulso de inversiones con incentivos que permitan el desarrollo de la economía urbana, tomando en cuenta que las líneas de transporte de alta capacidad deben circular desde y hacia la centralidad para promover el fortalecimiento del flujo económico.

Pese a las malas noticias que representa la expansión de la mancha urbana para las autoridades, y a las recomendaciones del IMPLAN, estas se ven en la imposibilidad de frenar a los desarrolladores de vivienda, pues la periferia de la ciudad es susceptible para establecer casas de interés social dentro del mismo Plan de Desarrollo Urbano vigente, y aunque la actual administración se encuentra trabajando para frenar la situación a través de modificaciones legales, aún queda mucho por hacer para resolver las problemáticas en la vida de los chihuahuenses que habitan en estas zonas.

En espera de las modificaciones al Plan de Desarrollo Urbano (PDU) no entran en vigor, la Dirección de Desarrollo Urbano se ve limitada a emitir recomendaciones a las constructoras para que lleven a cabo sus proyectos dentro de la mancha urbana. De acuerdo con el subdirector de la dependencia, Juan Carlos Chaparro Valenzuela, antes de que se termine el 2019 se deben de tener los instrumentos necesarios para crear incentivos reales para que sectores dentro de la mancha urbana sean más atractivos en relación costo-beneficio para el desarrollador de viviendas.

“La intención de modificar el PDU y dar respuesta a tratar de mitigar estos efectos, es precisamente con la orientación de resolver esta que no solamente le perjudica al propietario del crédito, sino también a la ciudad…mientras más compacta tengamos la ciudad, todos los servicios públicos se van a eficientar de mejor manera”, dijo Chaparro.

En Chihuahua se tiene un porcentaje de 36 habitantes por hectárea, un número mucho más bajo que en otras ciudades, lo que deja en claro que la expansión de la mancha urbana no fue controlada en sus inicios ocasionando que el problema no pueda revertirse.

Para tratar de mitigar los conflictos, una de las medidas de la administración es terminar de completar la estructura vial, asegurando una comunicación entre los pobladores de los sectores más alejados y el centro de la ciudad con ayuda de los mismos desarrolladores de vivienda, a quienes condicionan la pavimentación para llevar a cabo su proyecto de construcción.

Otra de las especificaciones para las desarrolladoras es dar el 5% del territorio comprado para áreas de equipamiento y el 6% para áreas verdes al municipio. De esta forma, se ha pretendido crear avances en el aseguramiento de una vida digna a la población que se ve obligada a adquirir su patrimonio en zonas lejanas, sin que hasta la fecha se obtengan buenos resultados. Si se implanta un fraccionamiento donde no hay educación básica, los pobladores deben de solicitar a Servicios Educativos del Estado de Chihuahua una evaluación, quienes a su vez deberán de pedir un espacio de equipamiento al departamento de Propiedad Inmobiliaria de la Dirección de Desarrollo Urbano y Ecología.

Con 61.4 se califica la calidad de vivienda en Chihuahua

Chihuahua se encuentra dentro de los diez estados con menor calificación por parte de la evaluación de resultados realizada por el Infonavit, ubicándose 22 puestos debajo de Quintana Roo, la entidad con la mejor calificación.

La calidad de vivienda en el estado, durante el primer trimestre del 2019, fue de 61.4, por debajo de la media nacional que se ubica en 64.7, de acuerdo con los datos presentados en la página “Indicador de Evaluación de Desarrolladores”, en donde se presenta una lista conformada por 28 desarrolladores de vivienda.

Dentro del indicador se encuentran las constructoras chihuahuenses que han trabajado como desarrolladoras de casas de interés social, en donde se les califica por calidad de vivienda, satisfacción del cliente y asignación de créditos, resaltando las siguientes empresas por tener un menor desempeño.

“Nevarez Bejarano Zaydee” es la desarrolladora con la peor calificación, ocupando el último puesto con una calidad de vivienda de 42.00, en una escala de 100, muy por debajo de la media estatal. Seguida por “Residencial Atlas Sapi De Cv”, con una calidad de vivienda de 55.1, además de una satisfacción promedio del acreditado de 64.1, mientras que la media estatal se ubica en 73.2.

“Constructora E Inmobiliaria Mils, S.A. De C.V.” se encuentra en tercer lugar de los peor calificados, con un promedio de 73.4 general, y de 43.1 en calidad de vivienda. “Inmobiliaria San Uriel, S.A. De C.V” cuenta también con una calidad de vivienda muy baja, con solo 47.1, seguida de Estructuras Y Construcciones Parra Sa De Cv, con 49.6.

La lejanía y falta de conexión viable entre la vivienda y los centros de trabajo y esparcimiento, ocasionan problemáticas de desigualdad social y pobreza. Esta existencia de familias que carecen de una vivienda digna, aisladas de fuentes de empleo, estudio y asistencia social, aumenta la vulnerabilidad y los factores de violencia doméstica; además de problemas de salud, trastornos mentales y adicciones que propician entornos inseguros para el desarrollo de una sociedad sana, dejando de lado el interés por el desarrollo de complejos habitacionales dignos y velando, principalmente, por el interés propio de desarrolladores de vivienda que buscan el beneficio económico.

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Dicho órgano técnico de consulta del Municipio en lo relacionado al diseño, elaboración y evaluación de los proyectos de desarrollo urbano, precisó que tan solo en el periodo 2002-2007, fueron aprobadas mil 944 hectáreas en las zonas periféricas para fraccionamientos habitacionales, de los cuales, el 64% fue para casas de interés social. Con los estudios realizados en el 2016, se concluyó el 14.25% de los fraccionamientos y colonias en la ciudad son destinados a este tipo de viviendas.

Para el Instituto, esta condición es un reflejo de la política pública para dotación de vivienda bajo financiamiento público a través de INFONAVIT, FOVI o crédito bancario, lo cual satisface las necesidades de la población dentro de un rango de ingreso que percibe 3 o más salarios mínimos mensuales, “sin embargo existe necesidad de vivienda enfocada a los estratos inferiores los cuales no son actualmente sujetos a financiamiento bajo los esquemas habituales”.

De acuerdo con el IMPLAN, en la ciudad de Chihuahua existen zonas que no han logrado consolidarse para brindar las actividades que los habitantes necesitan, siendo el sur la más vulnerable, pues sus habitantes se ven obligados a pasar la mayor parte de su tiempo fuera del área donde habitan, en consecuencia a esta situación se desarrollan conflictos en la evolución económica y social de la zona.

En el caso de la zona norte, donde se encuentran las colonias de Vistas del Norte, Riberas de Sacramento y Francisco Villa, no existen desarrollos de industria y comercio que detonen en la zona la actividad y servicios suficientes para cubrir y satisfacer las necesidades de los habitantes, sobre todo en el ramo de empleo, pues los habitantes deben trasladarse grandes distancias para cubrir la necesidad de empleo.

En la ciudad, el 33.9% de las viviendas son de un nivel socioeconómico bajo, siendo este porcentaje familias que tienen cubierta la mínima infraestructura necesaria del hogar, y que aspiran, en primer lugar, a adquirir bienes y servicios que hagan la vida más práctica y sencilla; el segundo segmento más pobre con un porcentaje de 18.1%, en donde se encuentran 47 mil 446 familias, cuentan con una propiedad que carece de los servicios y bienes satisfactorios.

Para lograr un fortalecimiento se requiere de una adecuada planificación urbana y el impulso de inversiones con incentivos que permitan el desarrollo de la economía urbana, tomando en cuenta que las líneas de transporte de alta capacidad deben circular desde y hacia la centralidad para promover el fortalecimiento del flujo económico.

Pese a las malas noticias que representa la expansión de la mancha urbana para las autoridades, y a las recomendaciones del IMPLAN, estas se ven en la imposibilidad de frenar a los desarrolladores de vivienda, pues la periferia de la ciudad es susceptible para establecer casas de interés social dentro del mismo Plan de Desarrollo Urbano vigente, y aunque la actual administración se encuentra trabajando para frenar la situación a través de modificaciones legales, aún queda mucho por hacer para resolver las problemáticas en la vida de los chihuahuenses que habitan en estas zonas.

En espera de las modificaciones al Plan de Desarrollo Urbano (PDU) no entran en vigor, la Dirección de Desarrollo Urbano se ve limitada a emitir recomendaciones a las constructoras para que lleven a cabo sus proyectos dentro de la mancha urbana. De acuerdo con el subdirector de la dependencia, Juan Carlos Chaparro Valenzuela, antes de que se termine el 2019 se deben de tener los instrumentos necesarios para crear incentivos reales para que sectores dentro de la mancha urbana sean más atractivos en relación costo-beneficio para el desarrollador de viviendas.

“La intención de modificar el PDU y dar respuesta a tratar de mitigar estos efectos, es precisamente con la orientación de resolver esta que no solamente le perjudica al propietario del crédito, sino también a la ciudad…mientras más compacta tengamos la ciudad, todos los servicios públicos se van a eficientar de mejor manera”, dijo Chaparro.

En Chihuahua se tiene un porcentaje de 36 habitantes por hectárea, un número mucho más bajo que en otras ciudades, lo que deja en claro que la expansión de la mancha urbana no fue controlada en sus inicios ocasionando que el problema no pueda revertirse.

Para tratar de mitigar los conflictos, una de las medidas de la administración es terminar de completar la estructura vial, asegurando una comunicación entre los pobladores de los sectores más alejados y el centro de la ciudad con ayuda de los mismos desarrolladores de vivienda, a quienes condicionan la pavimentación para llevar a cabo su proyecto de construcción.

Otra de las especificaciones para las desarrolladoras es dar el 5% del territorio comprado para áreas de equipamiento y el 6% para áreas verdes al municipio. De esta forma, se ha pretendido crear avances en el aseguramiento de una vida digna a la población que se ve obligada a adquirir su patrimonio en zonas lejanas, sin que hasta la fecha se obtengan buenos resultados. Si se implanta un fraccionamiento donde no hay educación básica, los pobladores deben de solicitar a Servicios Educativos del Estado de Chihuahua una evaluación, quienes a su vez deberán de pedir un espacio de equipamiento al departamento de Propiedad Inmobiliaria de la Dirección de Desarrollo Urbano y Ecología.

Con 61.4 se califica la calidad de vivienda en Chihuahua

Chihuahua se encuentra dentro de los diez estados con menor calificación por parte de la evaluación de resultados realizada por el Infonavit, ubicándose 22 puestos debajo de Quintana Roo, la entidad con la mejor calificación.

La calidad de vivienda en el estado, durante el primer trimestre del 2019, fue de 61.4, por debajo de la media nacional que se ubica en 64.7, de acuerdo con los datos presentados en la página “Indicador de Evaluación de Desarrolladores”, en donde se presenta una lista conformada por 28 desarrolladores de vivienda.

Dentro del indicador se encuentran las constructoras chihuahuenses que han trabajado como desarrolladoras de casas de interés social, en donde se les califica por calidad de vivienda, satisfacción del cliente y asignación de créditos, resaltando las siguientes empresas por tener un menor desempeño.

“Nevarez Bejarano Zaydee” es la desarrolladora con la peor calificación, ocupando el último puesto con una calidad de vivienda de 42.00, en una escala de 100, muy por debajo de la media estatal. Seguida por “Residencial Atlas Sapi De Cv”, con una calidad de vivienda de 55.1, además de una satisfacción promedio del acreditado de 64.1, mientras que la media estatal se ubica en 73.2.

“Constructora E Inmobiliaria Mils, S.A. De C.V.” se encuentra en tercer lugar de los peor calificados, con un promedio de 73.4 general, y de 43.1 en calidad de vivienda. “Inmobiliaria San Uriel, S.A. De C.V” cuenta también con una calidad de vivienda muy baja, con solo 47.1, seguida de Estructuras Y Construcciones Parra Sa De Cv, con 49.6.

La lejanía y falta de conexión viable entre la vivienda y los centros de trabajo y esparcimiento, ocasionan problemáticas de desigualdad social y pobreza. Esta existencia de familias que carecen de una vivienda digna, aisladas de fuentes de empleo, estudio y asistencia social, aumenta la vulnerabilidad y los factores de violencia doméstica; además de problemas de salud, trastornos mentales y adicciones que propician entornos inseguros para el desarrollo de una sociedad sana, dejando de lado el interés por el desarrollo de complejos habitacionales dignos y velando, principalmente, por el interés propio de desarrolladores de vivienda que buscan el beneficio económico.

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