La Comisión Nacional de Pesca y Acuacultura (Conapesca) ha relacionado al Clinostomum complanatum como el microorganismo que contrajeron peces de las aguas de la presa Chihuahua y para lo cual se lanzó una alerta para su consumo humano, cuyo origen proviene de las heces y huevos de las aves migratorias infestadas y consumidoras de pescado; en humanos causaría náuseas, diarrea, además que se han reportado casos de pacientes enfermos que manifiestan dolor agudo en intestinos, faringe, garganta y ojos, que se agudizan al comer el alimento crudo.
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Hasta hace una semana la bacteria no se había presentado en Chihuahua en los registros actuales, sin embargo a nivel nacional se ha descubierto en 20 estados y en 92 especies de peces. En un estudio reciente de la zona norte del país se encontró un 80% de peces infestados, y sólo el 20% de los infestados presentaron signos de enfermedad.
También se ha descubierto que los huéspedes del virus son aves como anás o anátidas, garzas y pelícanos que se asientan en el cuerpo de agua.
Según lo expuesto por la directora de Conapesca, Rocío Sánchez, dicho parásito ha sido considerado de riesgo moderado para la población humana y para la salud del ecosistema, por lo que se recomienda no consumir carne de pescado contaminada, así como evitar desechar las vísceras a cuerpos de agua u otros espacios.
“La alerta es general, no sólo por el pescado de este lugar, sino todo aquel que no tenga control sanitario; es un problema estacional dado por la abundancia de aves migratorias y disminuye en cuanto se retiran”, abundó.
Entre tanto, la funcionaria se pronunció por realizar un seguimiento específico y hacer un diagnóstico puntual de lo que está sucediendo.
Cabe hacer notar que el hallazgo de parásitos se obtuvo tras un muestreo de especies de peces en el cuerpo de agua, en el cual se hallaron en zonas del esófago, garganta y ojos, en sus primeros estadios larvarios infectan caracoles, de los cuales emergen larvas móviles que penetran la pared corporal de peces, donde pasan a la siguiente fase de su desarrollo, alojándose principalmente en la musculatura, mesenterios y branquias, finalmente, el parásito adulto se aloja en el aparato digestivo de aves piscívoras, las que liberan huevos por medio de sus heces contaminando los cuerpos de agua.
La investigación sobre la presencia de parásitos en peces de agua dulce en Chihuahua es muy escasa, no obstante se sabe que la prevalencia es alta en ecosistemas naturales y que la intensidad de la infección se eleva por causas propias del estado metabólico de los peces, así como ambientales.
El incremento de aves como consecuencia del paso de migraciones puede ser un factor que desencadene la exacerbación de la infestación, siendo un evento temporal que disminuye en cuanto se reduce la población de aves acuáticas migrantes, afirma Sánchez.
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