Tendrá Chihuahua laboratorio nacional de Citometría de Flujo

Chihuahua será sede del Laboratorio Nacional de Citometría de Flujo, en unas semanas, en la Facultad de Medicina y Ciencias Biomédicas, lo que permitirá contar con investigación de todo tipo de células, incluso ya iniciaron con una colaboración para estudiar toxinas de alacrán y ver sus beneficios en los seres humanos.

El laboratorio tiene un gran potencial en áreas como biomedicina, inmunología, biología molecular, bioquímica, genómica y toxicología, además les dará servicio a los equipos investigadores de Coahuila, Durango y Chihuahua.

El doctor Gerardo Pavel Espino Solís, profesor e investigador de la Facultad de Medicina y Ciencias Biomédicas, aseguró que este Laboratorio Nacional de Citometría favorecerá la colaboración académica, la formación de recursos humanos y la capacitación de especialistas y alumnos, además de promover colaboraciones científicas con instituciones a lo largo del país y consolidar las existentes con el objetivo de incentivar proyectos interinstitucionales e interdisciplinario.

La citometría de flujo es una técnica que permite obtener información sobre poblaciones celulares a partir de un estudio individualizado de un gran número de células.

UN ANHELO HECHO REALIDAD

El laboratorio nacional es una unidad de investigación especializada que ofrece servicios de alta calidad, ya que los procesos tienden a certificarse como un requerimiento del Conacyt, organismo que emite convocatorias para la apertura de estos centros de desarrollo científico.

Actualmente México cuenta con 66 laboratorios nacionales que se concentran en CDMX y Morelos, polos de desarrollo científico. En Chihuahua sólo hay un laboratorio nacional, como lo es el Cimav, un centro Conacyt creado en 2006. El laboratorio de Citometría será el primero nacional en una institución pública estatal como es la Universidad Autónoma de Chihuahua.

El doctor Espino Solís recordó que el Laboratorio Nacional de Citometría de Flujo se estableció en el 2015 en el Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México con el apoyo de Conacyt, y ahora en el 2018, la Facultad de Medicina y Ciencias Biomédicas abre una sede.

El doctor perteneciente al Sistema Nacional de Investigadores relató que no ha sido sencillo que Chihuahua se convierta en sede del laboratorio nacional. Todo inició cuando regresó de Estados Unidos de una estancia doctoral, su línea de investigación requería de un citómetro, pero en el estado no se tiene acceso a esa tecnología, sólo se cuenta con uno en el laboratorio de los Servicios de Salud que se usa en cuestiones de HIV.

Al ver la problemática decidió hablar con uno de sus asesores de doctorado, Leopoldo Flores Romo, a quien le comentó su intención de participar en la convocatoria Infraestructura del Conacyt con la finalidad de adquirir un citómetro. La recomendación de su mentor fue que pidiera una carta a la doctora Gloria Soldevila, directora del Laboratorio Nacional de Citometría de Flujo de la UNAM, para que su propuesta se robusteciera.

La respuesta de la doctora Soldevila fue negativa, para la carta, pero le propuso que se uniera a ellos y abriera una sede nacional en Chihuahua. Era una magnífica oportunidad para la comunidad, no sólo científica, sino para quienes pudieran beneficiarse de los resultados de las investigaciones.

Gerardo Espino se dirigió con el doctor Luis Carlos Hinojos, director de la Facultad de Medicina y Ciencias Biomédicas, a quien le planteó la situación, obtuvo el apoyo incondicional y desde entonces se abocaron a lograr el aval del rector Luis Alberto Fierro.

La siguiente etapa era participar en la siguiente convocatoria de Conacyt, bajo la propuesta de Gloria Soldevila, es decir, los recursos serían para consolidar el laboratorio nacional e incluir a Chihuahua como sede nacional.

El proyecto se logró y se autorizaron 3.5 millones de pesos para Oaxaca, Chihuahua y Ciudad de México. La sucursal se abre en la Facultad de Medicina y Ciencias Biomédicas para dar acceso a todos los grupos de investigación de la zona norte, que contarán con tecnología de punta con citómetros de última generación paramétricos.

El centro favorecerá la colaboración académica, así como la publicación de artículos científicos.

LA CITOMETRÍA

La citometría de flujo permite detectar, de manera simultánea, diversas características físicas de células individuales.

El doctor ejemplificó con la ayuda de unos chocolates de colores cómo la sangre es una mezcla heterogénea, pero la citometría permite que con flujos de láser ver en la célula el tamaño, la fluorescencia y su complejidad.

Separó los chocolates por colores y aunque su ejemplo fue burdo, explicó que eso hace el citómetro para analizar las características de la célula o partícula.

Las aplicaciones que tiene son muy variadas, ya que se puede identificar marcadores celulares en la superficie de las células, antígenos, fenotipo, detectar moléculas intracelulares, activaciones de células, monitoreo de concentraciones intercelulares de calcio, concentraciones de activación, fosforilación de proteínas, hacer citometría de bacterias o levadura, esta última por ejemplo para los que fabrican cerveza les sirve para saber qué tan sana es su levadura. Además de análisis de DNA, tamaño del genoma, ver cromosomas, expresión génica y separación de células por mencionar algunas.

El doctor Espino Solís señaló que tienen una colaboración con el Instituto de Biotecnología de la UNAM para monitorear toxinas de alacrán. Se dieron a la tarea de colectar alacranes en Ojinaga y Jiménez, los mandaron a Cuernavaca, les están haciendo secuenciación masiva de DNA de la glándula con la que pican, lo que buscan es identificar todos los genes que codifican para toxinas y ver si tienen una aplicación benéfica.

Una de las alumnas, incluso se fue a Ensenada a realizar una investigación con tiburones estudiando su DNA, proyecto científico que participará en el Concurso de Jóvenes Investigadores.

Los investigadores que hagan uso del equipo deberán pagar por hora. Pues se requiere pagar el mantenimiento y consumibles. La coordinadora del laboratorio en Chihuahua será Mayela Espinoza, egresada de la segunda generación de la carrera de Biomedicina, quien en este momento se encuentra en la Ciudad de México recibiendo la capacitación necesaria para la operación del equipo.

Del 24 al 26 de octubre se va a realizar el Curso Fundamental de Citometría de Flujo para quienes deseen usar el equipo. El 24 de octubre se proyecta la presentación oficial de este laboratorio.

El curso será teórico para 50 personas, con un costo de 750 pesos si es miembro de la UACh, a externo será el mil 500; el práctico tendrá cupo para 15 personas. El curso teórico-práctico tiene un costo de 3 mil 500 para la UACh y 4 mil 500 para externos.

El doctor Gerardo Pavel Espino Solís agradeció la intervención y conjunción de esfuerzos para que este laboratorio fuera una realidad.