/ lunes 9 de mayo de 2022

Adolescentes: riesgos y proyecto de vida

Por: Marco Bonilla

Me preguntaba una vecina de Vistas Cerro Grande el pasado miércoles 4 de mayo durante mi visita para la atención de gestiones: “¿Alcalde, por qué los políticos solamente se fijan en lo bueno y no ponen atención a lo malo que pasa?”. Le respondí que el gobierno municipal tiene servidores públicos que hablan de todo lo bueno y trabajan para solucionar lo malo; la señora se refería especialmente al tema de seguridad, a hechos lamentables como el robo y la privación de la vida de personas inocentes a manos de grupos delictivos.

Tenemos plena conciencia de esta realidad, nos conduele el panorama social que vivimos a nivel global, la pérdida de valores y códigos para las relaciones humanas saludables, y desde esa empatía y con la convicción de un mejor presente para un mejor futuro, desarrollamos acciones que fortalecen la cultura de la prevención y la formación de nuevas generaciones de jóvenes a través del acompañamiento a niños y adolescentes para el impulso de habilidades de análisis y resiliencia.

¿Cuáles son los datos estadísticos a tener en cuenta? En el último censo poblacional Chihuahua capital registró, en edad de 0 a 4 años, una población de 66,476 niños; en una edad de 5 a 9 años, una población de 70,977 niños; en edad de los 10 años a los 15 años, una población de 72,428 niños y adolescentes, y en el rango de 15 a 19 años de edad, una población de 76,594, lo que nos da una población total entre los 0 y los 19 años de 286,475 niños y adolescentes. Teniendo en cuenta que el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) considera adolescentes a las personas de entre los 10 y los 19 años de edad, y que Chihuahua capital llega casi al millón de habitantes, hablamos de más de una cuarta parte del total, de ese tamaño es la presencia e importancia de las Niñas, Niños y Adolescentes (NNA) en nuestro municipio.

Desde el DIF Municipal, de la mano de mi esposa Karina Olivas, con la visión y perspectiva de familia que implementamos en todo el gobierno municipal, arrancamos el programa “Proyecto de Vida”, en el que se trabajarán estrategias para el apoyo de menores en sus procesos de aprendizaje y desarrollo integral. Buscamos con esto activar y potenciar los talentos de los NNA a través de un guía que les acompañará en el trazado de una hoja de trabajo para la vida y el cumplimiento de los objetivos iniciales, formando así nuevos agentes de cambio para los contextos directos de los que ellos forman parte.

Con esta misma visión, de NNA en la ruta hacia la competitividad, se convocó a las primeras mesas temáticas sobre “Riesgos en la Adolescencia”, un ejercicio definido por mi esposa, presidenta del DIF Municipal, como “un proceso de diálogo, análisis, intercambio y reflexión grupal e individual, que nos permitirá conocer cuáles son algunas de las causas o factores que generan situaciones de riesgo y vulnerabilidad, contextos de marginación o deserción social”.

Una asistencia copiosa por parte de representantes de OSC, sector productivo, maestros de nivel medio superior, servidores públicos y adolescentes, fue la que se registró para la generación de conocimiento en temas como: embarazo en la adolescencia, adicciones, suicidio, malnutrición, problemas emocionales, y ausencia de proyecto de vida en la adolescencia.

Este ejercicio no termina aquí, después del procesamiento de la información recabada vienen tres encuentros más, uno para la elaboración de materiales como guías de seguimiento y agendas focalizadas, un segundo encuentro para la definición de los procesos de intervención, y uno más para la presentación del proyecto final.

En todos los espacios que tengo oportunidad de decirlo, me gusta reforzar el argumento de ¿por qué elegí el concepto de “competitividad” como el eje de mi trabajo como presidente de Chihuahua capital? El primer punto es que la competitividad nos incluye a todos, nadie queda fuera de ella. Porque podemos ser competitivos en nuestros hogares, como padres o madres de familia; ser competitivos en la escuela como estudiantes o educadores; ser competitivos como empresarios o emprendedores, incluso los líderes espirituales buscan la competitividad como un elemento que va de la mano con el crecimiento moral de sus seguidores.

Ser competitivos es ser los mejores y competir con los mejores, sabiendo que la competencia es saludable para el desarrollo de las sociedades, porque la competitividad nos mueve. Primero, para ser la capital de la competitividad, sus familias, su gobierno, su sector productivo, académicos, intelectuales, artistas, hombres y mujeres de letras, organizaciones de la sociedad civil (OSC), estamos llamados a serlo desde nuestras trincheras, y eso los chihuahuenses en la capital lo tenemos claro.

Capital segura, capital competitiva, capital familiarmente sostenible, capital amiga de la niñez, son tan sólo algunas de las características que le dan base a todo lo bueno que se está haciendo; lo comentaba también en otro espacio de opinión, que esto se logra gracias a que reconocemos que la competitividad es un proceso dinámico para el que es necesario tener bien establecida una meta y objetivos intermedios.

Chihuahua capital transita hoy la ruta hacia la competitividad, y lo hace con políticas y acciones para la prevención, atendiendo problemáticas desde la raíz, y poniendo en manos de niños y adolescentes nuevas herramientas que les permitan mejorar sus contextos para abonar lo mejor de cada una y cada uno a favor de la capital que da norte a México.

Por: Marco Bonilla

Me preguntaba una vecina de Vistas Cerro Grande el pasado miércoles 4 de mayo durante mi visita para la atención de gestiones: “¿Alcalde, por qué los políticos solamente se fijan en lo bueno y no ponen atención a lo malo que pasa?”. Le respondí que el gobierno municipal tiene servidores públicos que hablan de todo lo bueno y trabajan para solucionar lo malo; la señora se refería especialmente al tema de seguridad, a hechos lamentables como el robo y la privación de la vida de personas inocentes a manos de grupos delictivos.

Tenemos plena conciencia de esta realidad, nos conduele el panorama social que vivimos a nivel global, la pérdida de valores y códigos para las relaciones humanas saludables, y desde esa empatía y con la convicción de un mejor presente para un mejor futuro, desarrollamos acciones que fortalecen la cultura de la prevención y la formación de nuevas generaciones de jóvenes a través del acompañamiento a niños y adolescentes para el impulso de habilidades de análisis y resiliencia.

¿Cuáles son los datos estadísticos a tener en cuenta? En el último censo poblacional Chihuahua capital registró, en edad de 0 a 4 años, una población de 66,476 niños; en una edad de 5 a 9 años, una población de 70,977 niños; en edad de los 10 años a los 15 años, una población de 72,428 niños y adolescentes, y en el rango de 15 a 19 años de edad, una población de 76,594, lo que nos da una población total entre los 0 y los 19 años de 286,475 niños y adolescentes. Teniendo en cuenta que el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) considera adolescentes a las personas de entre los 10 y los 19 años de edad, y que Chihuahua capital llega casi al millón de habitantes, hablamos de más de una cuarta parte del total, de ese tamaño es la presencia e importancia de las Niñas, Niños y Adolescentes (NNA) en nuestro municipio.

Desde el DIF Municipal, de la mano de mi esposa Karina Olivas, con la visión y perspectiva de familia que implementamos en todo el gobierno municipal, arrancamos el programa “Proyecto de Vida”, en el que se trabajarán estrategias para el apoyo de menores en sus procesos de aprendizaje y desarrollo integral. Buscamos con esto activar y potenciar los talentos de los NNA a través de un guía que les acompañará en el trazado de una hoja de trabajo para la vida y el cumplimiento de los objetivos iniciales, formando así nuevos agentes de cambio para los contextos directos de los que ellos forman parte.

Con esta misma visión, de NNA en la ruta hacia la competitividad, se convocó a las primeras mesas temáticas sobre “Riesgos en la Adolescencia”, un ejercicio definido por mi esposa, presidenta del DIF Municipal, como “un proceso de diálogo, análisis, intercambio y reflexión grupal e individual, que nos permitirá conocer cuáles son algunas de las causas o factores que generan situaciones de riesgo y vulnerabilidad, contextos de marginación o deserción social”.

Una asistencia copiosa por parte de representantes de OSC, sector productivo, maestros de nivel medio superior, servidores públicos y adolescentes, fue la que se registró para la generación de conocimiento en temas como: embarazo en la adolescencia, adicciones, suicidio, malnutrición, problemas emocionales, y ausencia de proyecto de vida en la adolescencia.

Este ejercicio no termina aquí, después del procesamiento de la información recabada vienen tres encuentros más, uno para la elaboración de materiales como guías de seguimiento y agendas focalizadas, un segundo encuentro para la definición de los procesos de intervención, y uno más para la presentación del proyecto final.

En todos los espacios que tengo oportunidad de decirlo, me gusta reforzar el argumento de ¿por qué elegí el concepto de “competitividad” como el eje de mi trabajo como presidente de Chihuahua capital? El primer punto es que la competitividad nos incluye a todos, nadie queda fuera de ella. Porque podemos ser competitivos en nuestros hogares, como padres o madres de familia; ser competitivos en la escuela como estudiantes o educadores; ser competitivos como empresarios o emprendedores, incluso los líderes espirituales buscan la competitividad como un elemento que va de la mano con el crecimiento moral de sus seguidores.

Ser competitivos es ser los mejores y competir con los mejores, sabiendo que la competencia es saludable para el desarrollo de las sociedades, porque la competitividad nos mueve. Primero, para ser la capital de la competitividad, sus familias, su gobierno, su sector productivo, académicos, intelectuales, artistas, hombres y mujeres de letras, organizaciones de la sociedad civil (OSC), estamos llamados a serlo desde nuestras trincheras, y eso los chihuahuenses en la capital lo tenemos claro.

Capital segura, capital competitiva, capital familiarmente sostenible, capital amiga de la niñez, son tan sólo algunas de las características que le dan base a todo lo bueno que se está haciendo; lo comentaba también en otro espacio de opinión, que esto se logra gracias a que reconocemos que la competitividad es un proceso dinámico para el que es necesario tener bien establecida una meta y objetivos intermedios.

Chihuahua capital transita hoy la ruta hacia la competitividad, y lo hace con políticas y acciones para la prevención, atendiendo problemáticas desde la raíz, y poniendo en manos de niños y adolescentes nuevas herramientas que les permitan mejorar sus contextos para abonar lo mejor de cada una y cada uno a favor de la capital que da norte a México.