/ sábado 14 de mayo de 2022

Antes que se nos olvide | Candil de la calle…

Por: Carlos A. Esparza Deister

No dudo de las buenas intenciones del presidente López Obrador para lograr un México mejor, en algunos aspectos va por buen camino, sin embargo, todavía falta mucho por hacer, pero él piensa que con lo hecho en su administración, México ya es el gigante del bienestar social de la región, que incluso puede ayudar a países pobres. Como es sabido, hace algunos días fue a Centroamérica, durante su visita, presumió sus programas sociales, como si ya fueran un rotundo éxito y quienes reciben esa ayuda monetaria del gobierno federal (no de López Obrador, lo recalco, porque hace unos días en la fila del banco me tocó un señor, que llegó a la caja diciendo: “Vengo por el dinero que me da mi presidente”, no es así, ese dinero sale de los impuestos que aportamos todos). tuvieran una vida plena, sin problemas, ciertamente, el apoyo es de utilidad, pero no es algo que marque diferencia. Pues bien, en El Salvador se comprometió a duplicar los recursos del programa Jóvenes Construyendo el Futuro, para evitar que los salvadoreños emigren. Está bien que ayude a países más pobres que el nuestro, pero si no ha podido disminuir la pobreza en el propio, cómo quiere ayudar a otras naciones. Así mismo en Guatemala, hizo el compromiso de afiliar en el IMSS a los guatemaltecos que trabajan en México, esto es muy humano de su parte, sin embargo, todos sabemos que el servicio del IMSS es deficiente, para empezar ni siquiera surten las recetas completas, primero deberían darle no una “manita de gato”, sino un “zarpazo de tigre” al IMSS y luego entonces sí, que afilien a los 25 mil guatemaltecos. A Cuba también llevó regalitos y dijo que contrataría a 500 médicos de esa nación, porque presuntamente hay un déficit en México, obviamente los doctores mexicanos levantaron la voz, pues consideran que con esa acción los relegan aún más, así mismo, mencionaron que no hay carencia de médicos.

Para rematar, hace unos días en su Mañanera, respondiendo a la pregunta de una reportera, comentó que no iría a la Cumbre de las Américas, organizada por el presidente Biden, porque Venezuela, Nicaragua y Cuba, no habían sido invitados. Emergiendo nuevamente como el defensor de los desprotegidos, señaló también que nadie tiene derecho a llamar a los presidentes de esas naciones, torturadores o matones. Claro, el presidente puede ser solidario con ellos, sin embargo, por qué no defiende con ese mismo ímpetu a los periodistas, que en este año ya van nueve asesinados. Así mismo, por qué no levanta la voz por todas las mujeres que son violentadas diariamente o por los miles de hombres y mujeres desaparecidos, o por la inseguridad brutal que hay en el país, donde las masacres se multiplican por todas las regiones, que, por cierto, prometió terminarían en cuanto llegara a la presidencia.

López Obrador es un hombre idealista, reitero, quiero pensar que, con buenas intenciones para México, sin embargo, aún está lejos de lograr todo lo que prometió. No puede lanzar campanas al vuelo, porque se está viendo como un triste “Candil de la calle, oscuridad de su casa”.


Sígame en Face: Antes que se nos Olvide

esparzadeister@gmail.com


Por: Carlos A. Esparza Deister

No dudo de las buenas intenciones del presidente López Obrador para lograr un México mejor, en algunos aspectos va por buen camino, sin embargo, todavía falta mucho por hacer, pero él piensa que con lo hecho en su administración, México ya es el gigante del bienestar social de la región, que incluso puede ayudar a países pobres. Como es sabido, hace algunos días fue a Centroamérica, durante su visita, presumió sus programas sociales, como si ya fueran un rotundo éxito y quienes reciben esa ayuda monetaria del gobierno federal (no de López Obrador, lo recalco, porque hace unos días en la fila del banco me tocó un señor, que llegó a la caja diciendo: “Vengo por el dinero que me da mi presidente”, no es así, ese dinero sale de los impuestos que aportamos todos). tuvieran una vida plena, sin problemas, ciertamente, el apoyo es de utilidad, pero no es algo que marque diferencia. Pues bien, en El Salvador se comprometió a duplicar los recursos del programa Jóvenes Construyendo el Futuro, para evitar que los salvadoreños emigren. Está bien que ayude a países más pobres que el nuestro, pero si no ha podido disminuir la pobreza en el propio, cómo quiere ayudar a otras naciones. Así mismo en Guatemala, hizo el compromiso de afiliar en el IMSS a los guatemaltecos que trabajan en México, esto es muy humano de su parte, sin embargo, todos sabemos que el servicio del IMSS es deficiente, para empezar ni siquiera surten las recetas completas, primero deberían darle no una “manita de gato”, sino un “zarpazo de tigre” al IMSS y luego entonces sí, que afilien a los 25 mil guatemaltecos. A Cuba también llevó regalitos y dijo que contrataría a 500 médicos de esa nación, porque presuntamente hay un déficit en México, obviamente los doctores mexicanos levantaron la voz, pues consideran que con esa acción los relegan aún más, así mismo, mencionaron que no hay carencia de médicos.

Para rematar, hace unos días en su Mañanera, respondiendo a la pregunta de una reportera, comentó que no iría a la Cumbre de las Américas, organizada por el presidente Biden, porque Venezuela, Nicaragua y Cuba, no habían sido invitados. Emergiendo nuevamente como el defensor de los desprotegidos, señaló también que nadie tiene derecho a llamar a los presidentes de esas naciones, torturadores o matones. Claro, el presidente puede ser solidario con ellos, sin embargo, por qué no defiende con ese mismo ímpetu a los periodistas, que en este año ya van nueve asesinados. Así mismo, por qué no levanta la voz por todas las mujeres que son violentadas diariamente o por los miles de hombres y mujeres desaparecidos, o por la inseguridad brutal que hay en el país, donde las masacres se multiplican por todas las regiones, que, por cierto, prometió terminarían en cuanto llegara a la presidencia.

López Obrador es un hombre idealista, reitero, quiero pensar que, con buenas intenciones para México, sin embargo, aún está lejos de lograr todo lo que prometió. No puede lanzar campanas al vuelo, porque se está viendo como un triste “Candil de la calle, oscuridad de su casa”.


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