/ martes 13 de febrero de 2024

El estrés hídrico permea el país 

Pareciera ser que México se seca, esta expresión está en dichos y en conversaciones de algunos atribulados productores de temporal, percibiendo también que el horizonte de lluvias se ve lejano y, es que, en consonancia con esas versiones, del primero de enero al cuatro de febrero de este año del 2024, se presentó un 41.4 por ciento menos lluvia, que la precipitada en ese período regularmente, conforme a información atribuida al Servicio Meteorológico Nacional, ahondando con esto, la prolongada sequía que prevalece en prácticamente todo el país.

Una muestra de las consecuencias de la ausencia atípica de lluvias, más la inoperancia pública y la insustentabilidad de los productores, es la situación que prevalece en el Lago de Chapala, el más grande de México, que tiene una capacidad de almacenamiento de 7,897 millones de metros cúbicos (casi el triple de la capacidad de la presa La Boquilla, en el estado de Chihuahua, que es de 2 mil 846.7 millones de metros cúbicos), el cual tiene una superficie total de 114,659 hectáreas y, que abastece de agua a la zona metropolitana de Guadalajara, actualmente sufre los estragos de la intensa sequía prevaleciente, ya que en este inicio de año se encuentra a menos de la mitad de su capacidad, es decir, en un 45% de su aforo.

Aunado a lo anterior, de acuerdo con información de la UNAM, las aguas residuales no tratadas de los centros de población y la industria de una parte importante de Jalisco y Michoacán, los agroquímicos y los desechos de la ganadería, son conducidos hacia los ríos tributarios del Lago de Chapala, constituyéndose en la principal problemática que impacta en el detrimento de este lago; la situación esta complicada, ya que las administraciones públicas correspondientes tienen dificultades para sanear el agua, debido a la inexistencia o mal funcionamiento de las plantas de tratamiento de aguas residuales.

Lo que sucede con el deterioro del Lago de Chapala y la carencia de agua en el sistema Cutzamala que dota de agua a la Ciudad de México, son reflejo, con otras dimensiones, pero mismas carencias, afectaciones por contaminantes y falta de mecanismos de sustentabilidad, de lo que acontece en muchas partes del país.

Ante lo anterior, el panorama actual nos muestra que las regiones centro y norte del país están viviendo escasez de agua debido al aumento de las sequías, por tanto, en México, la disponibilidad de agua, impactada también por el aumento de la población, nos arroja que la disponibilidad promedio anual per cápita de agua, pasó de 10 mil metros cúbicos en 1960, a 4 mil M3 en el año de 2012 y se estima que para el 2030 descienda debajo de los tres mil metros cúbicos por habitante al año, todos estos datos teniendo como fuente al Banco mundial.

En lo que está por venir este año en nuestro país, las predicciones climáticas de acuerdo con algunos meteorólogos, indican que comienza un cambio del fenómeno meteorológico El Niño – La Niña, una transición hacia la Niña en la segunda mitad del 2024, lo cual estaría ocasionando que en este 2924 podrían suceder más lluvias en Asia y tiempos más secos en el Continente Americano. Es decir, un panorama no muy alentador

Todo lo anterior puede ocasionar estrés y posibles conflictos entre sectores, actualmente en México el 76% se dedica al sector agropecuario, 15% al abastecimiento público, 5% a la industria abastecida y 4% a las termoeléctricas. Como se resolverán las afectaciones y dirimirán estas problemáticas, una alternativa es el desarrollo sustentable.

Posdata. El Desarrollo sustentable es aquel que satisface las necesidades del presente, sin comprometer las capacidades de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades.

pravilacota11@gmail.com

@PR_Avila

Economista, Profesor de Asignaturas en la Facultades de Economía Internacional y Contaduría y Administración de la Universidad Autónoma de Chihuahua.

Lic. en Economía, Docente de la FCA De La UACh

Pareciera ser que México se seca, esta expresión está en dichos y en conversaciones de algunos atribulados productores de temporal, percibiendo también que el horizonte de lluvias se ve lejano y, es que, en consonancia con esas versiones, del primero de enero al cuatro de febrero de este año del 2024, se presentó un 41.4 por ciento menos lluvia, que la precipitada en ese período regularmente, conforme a información atribuida al Servicio Meteorológico Nacional, ahondando con esto, la prolongada sequía que prevalece en prácticamente todo el país.

Una muestra de las consecuencias de la ausencia atípica de lluvias, más la inoperancia pública y la insustentabilidad de los productores, es la situación que prevalece en el Lago de Chapala, el más grande de México, que tiene una capacidad de almacenamiento de 7,897 millones de metros cúbicos (casi el triple de la capacidad de la presa La Boquilla, en el estado de Chihuahua, que es de 2 mil 846.7 millones de metros cúbicos), el cual tiene una superficie total de 114,659 hectáreas y, que abastece de agua a la zona metropolitana de Guadalajara, actualmente sufre los estragos de la intensa sequía prevaleciente, ya que en este inicio de año se encuentra a menos de la mitad de su capacidad, es decir, en un 45% de su aforo.

Aunado a lo anterior, de acuerdo con información de la UNAM, las aguas residuales no tratadas de los centros de población y la industria de una parte importante de Jalisco y Michoacán, los agroquímicos y los desechos de la ganadería, son conducidos hacia los ríos tributarios del Lago de Chapala, constituyéndose en la principal problemática que impacta en el detrimento de este lago; la situación esta complicada, ya que las administraciones públicas correspondientes tienen dificultades para sanear el agua, debido a la inexistencia o mal funcionamiento de las plantas de tratamiento de aguas residuales.

Lo que sucede con el deterioro del Lago de Chapala y la carencia de agua en el sistema Cutzamala que dota de agua a la Ciudad de México, son reflejo, con otras dimensiones, pero mismas carencias, afectaciones por contaminantes y falta de mecanismos de sustentabilidad, de lo que acontece en muchas partes del país.

Ante lo anterior, el panorama actual nos muestra que las regiones centro y norte del país están viviendo escasez de agua debido al aumento de las sequías, por tanto, en México, la disponibilidad de agua, impactada también por el aumento de la población, nos arroja que la disponibilidad promedio anual per cápita de agua, pasó de 10 mil metros cúbicos en 1960, a 4 mil M3 en el año de 2012 y se estima que para el 2030 descienda debajo de los tres mil metros cúbicos por habitante al año, todos estos datos teniendo como fuente al Banco mundial.

En lo que está por venir este año en nuestro país, las predicciones climáticas de acuerdo con algunos meteorólogos, indican que comienza un cambio del fenómeno meteorológico El Niño – La Niña, una transición hacia la Niña en la segunda mitad del 2024, lo cual estaría ocasionando que en este 2924 podrían suceder más lluvias en Asia y tiempos más secos en el Continente Americano. Es decir, un panorama no muy alentador

Todo lo anterior puede ocasionar estrés y posibles conflictos entre sectores, actualmente en México el 76% se dedica al sector agropecuario, 15% al abastecimiento público, 5% a la industria abastecida y 4% a las termoeléctricas. Como se resolverán las afectaciones y dirimirán estas problemáticas, una alternativa es el desarrollo sustentable.

Posdata. El Desarrollo sustentable es aquel que satisface las necesidades del presente, sin comprometer las capacidades de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades.

pravilacota11@gmail.com

@PR_Avila

Economista, Profesor de Asignaturas en la Facultades de Economía Internacional y Contaduría y Administración de la Universidad Autónoma de Chihuahua.

Lic. en Economía, Docente de la FCA De La UACh