/ miércoles 10 de enero de 2024

Fraseario | 2024, año que pondrá a prueba a las democracias

Según los cálculos de la agencia AFP, el 2024, casi la mitad de la población mundial está convocada a acudir a las urnas para ejercer su derecho a voto.

La cifra precisa refiere que el 49% de la población del planeta podrá ir a las urnas para ejercer su derecho al voto durante las distintas jornadas electorales (presidenciales, legislativas o locales) que, a lo largo de este año, se llevarán a cabo en más de 70 países.

De esos 70 países, alrededor de 30 (incluyendo a México) tendrán elecciones presidenciales y, de esos 30 países, en 20 también habrá comicios legislativos nacionales.

En el caso específico de México, según el INE, el Proceso Electoral 2023-2024 será el más grande que ha tenido México dado que, en esta ocasión, se celebrarán elecciones federales y la concurrencia de las 32 entidades federativas que integran la República mexicana.

Además, dentro de lo histórico del actual proceso electoral en México, resalta el hecho de que, por primera vez, son dos mujeres las que encabezan la contienda por la Presidencia de la República y, por ende, México tendrá, por primera vez, una presidenta de la República.

Pero bueno, el asunto es que este año habrá una importante serie de procesos electorales a lo largo y ancho del territorio mundial que, sin duda alguna, serán decisivos no sólo para las democracias de los países en proceso electoral, sino para el futuro de todas las democracias del mundo.

Y es que como bien lo han advertido los expertos en estos temas, esta nueva “megaronda de elecciones” en el mundo será una prueba de fuego para las instituciones democráticas. “Es muy probable que esta ola electoral hará aún más visible la tendencia al deterioro en la calidad de la democracia, aún en democracias consolidadas”, dice Kevin Casas-Zamora, secretario general del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral.

Para Casas-Zamora, el balance general de la temporada electoral, lejos de ser beneficiosa para el status quo de la democracia moderna, podría ser “muy adversa a ella” por varios motivos: los comicios se llevarán a cabo en un contexto internacional perturbado por el conflicto entre Rusia y Ucrania y la guerra de la Franja de Gaza, la creciente desigualdad social en las sociedades occidentales, el nacimiento de nuevas potencias geopolíticas que ofrecen alternativas a los valores democráticos establecidos y, además, por el peligro de la desinformación potenciada por la inteligencia artificial generativa.

Así, queda claro por qué el 2024 es el año que pondrá a prueba a las democracias. El 2024 es, sin duda alguna, un año crítico y decisivo para la democracia a nivel mundial, y por supuesto para la democracia mexicana que cada vez está más amenazada y mutilada.

Siendo pues el 2024 un año electoral crucial y decisivo para el devenir de la democracia, actuemos en consecuencia, antes de que sea demasiado tarde.

A modo de resumen reflexivo, finalizo citando lo dicho alguna vez por la académica y política taiwanesa, Tsai Ing-wen: La democracia no es sólo una elección, es nuestra vida diaria.

Según los cálculos de la agencia AFP, el 2024, casi la mitad de la población mundial está convocada a acudir a las urnas para ejercer su derecho a voto.

La cifra precisa refiere que el 49% de la población del planeta podrá ir a las urnas para ejercer su derecho al voto durante las distintas jornadas electorales (presidenciales, legislativas o locales) que, a lo largo de este año, se llevarán a cabo en más de 70 países.

De esos 70 países, alrededor de 30 (incluyendo a México) tendrán elecciones presidenciales y, de esos 30 países, en 20 también habrá comicios legislativos nacionales.

En el caso específico de México, según el INE, el Proceso Electoral 2023-2024 será el más grande que ha tenido México dado que, en esta ocasión, se celebrarán elecciones federales y la concurrencia de las 32 entidades federativas que integran la República mexicana.

Además, dentro de lo histórico del actual proceso electoral en México, resalta el hecho de que, por primera vez, son dos mujeres las que encabezan la contienda por la Presidencia de la República y, por ende, México tendrá, por primera vez, una presidenta de la República.

Pero bueno, el asunto es que este año habrá una importante serie de procesos electorales a lo largo y ancho del territorio mundial que, sin duda alguna, serán decisivos no sólo para las democracias de los países en proceso electoral, sino para el futuro de todas las democracias del mundo.

Y es que como bien lo han advertido los expertos en estos temas, esta nueva “megaronda de elecciones” en el mundo será una prueba de fuego para las instituciones democráticas. “Es muy probable que esta ola electoral hará aún más visible la tendencia al deterioro en la calidad de la democracia, aún en democracias consolidadas”, dice Kevin Casas-Zamora, secretario general del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral.

Para Casas-Zamora, el balance general de la temporada electoral, lejos de ser beneficiosa para el status quo de la democracia moderna, podría ser “muy adversa a ella” por varios motivos: los comicios se llevarán a cabo en un contexto internacional perturbado por el conflicto entre Rusia y Ucrania y la guerra de la Franja de Gaza, la creciente desigualdad social en las sociedades occidentales, el nacimiento de nuevas potencias geopolíticas que ofrecen alternativas a los valores democráticos establecidos y, además, por el peligro de la desinformación potenciada por la inteligencia artificial generativa.

Así, queda claro por qué el 2024 es el año que pondrá a prueba a las democracias. El 2024 es, sin duda alguna, un año crítico y decisivo para la democracia a nivel mundial, y por supuesto para la democracia mexicana que cada vez está más amenazada y mutilada.

Siendo pues el 2024 un año electoral crucial y decisivo para el devenir de la democracia, actuemos en consecuencia, antes de que sea demasiado tarde.

A modo de resumen reflexivo, finalizo citando lo dicho alguna vez por la académica y política taiwanesa, Tsai Ing-wen: La democracia no es sólo una elección, es nuestra vida diaria.