/ miércoles 2 de septiembre de 2020

¡Las mujeres requerimos el apoyo de las mujeres!

Las mujeres, hemos hecho nuestro presente a base de esfuerzo, mucho trabajo y dedicación.

La voluntad política de los gobiernos, de las organizaciones de la sociedad civil y de la lucha individual de cada mujer, nos ha permitido hacer frentes que nos colocan en una situación de derecho para alcanzar progreso y bienestar.

Nuestro país se adhirió a la Convención Americana sobre los Derechos Humanos en el año 1981, lo cual nos legitima y reconoce que podamos armónicamente llevar a cabo acciones internacionales, que a pesar de la multiculturalidad, podemos aplicarlas en nuestro país, estado o municipio. A este documento internacional sumamos la Convención Sobre Todas las Formas de Discriminación en Contra de la Mujer, la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia, también conocida como Convención Belém do Pará.

Las mujeres hoy participamos en la vida política, social, económica y familiar con éxito, pero desafortunadamente no todas las mujeres tienen acceso a ello, ante esto las mujeres requerimos de las mujeres.

La responsabilidad es de todas, apoyar a una mujer que se encuentra en una situación de vulnerabilidad es una tarea humanamente heroica de conquista y plenitud de los derechos humanos. Lo importante es no permitir que nadie se quede atrás.

La lucha y la conquista de espacios todavía se torna complicado, pero estoy segura que con mayor legislación en la protección de la mujer, en temas como: la violencia política y violencia institucional contribuirán en disminución de casos de deserción en alcanzar metas y sobre todo en casos de salud, ya que somos humanas, fuertes sí, pero este tipo de acciones contribuyen a que desgastemos nuestras fuerzas vitales que nos permiten seguir adelante.

Las mujeres salimos a trabajar para ganarnos la vida, el respeto a nuestros derechos humanos en la vida pública debe ser una tangible realidad y hoy es todavía una tarea pendiente en la agenda política de los gobiernos.

Las garantías de protección a nuestros derechos humanos que establece el artículo primero de la Constitución federal, son los medios jurídicos para obtener justicia y acciones de no repetición.

Por todo esto, insisto, ¡las mujeres requerimos el apoyo de otras mujeres!

¡Me siento orgullosa de ser hija de estas hermosas tierras norteñas!

Las mujeres, hemos hecho nuestro presente a base de esfuerzo, mucho trabajo y dedicación.

La voluntad política de los gobiernos, de las organizaciones de la sociedad civil y de la lucha individual de cada mujer, nos ha permitido hacer frentes que nos colocan en una situación de derecho para alcanzar progreso y bienestar.

Nuestro país se adhirió a la Convención Americana sobre los Derechos Humanos en el año 1981, lo cual nos legitima y reconoce que podamos armónicamente llevar a cabo acciones internacionales, que a pesar de la multiculturalidad, podemos aplicarlas en nuestro país, estado o municipio. A este documento internacional sumamos la Convención Sobre Todas las Formas de Discriminación en Contra de la Mujer, la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia, también conocida como Convención Belém do Pará.

Las mujeres hoy participamos en la vida política, social, económica y familiar con éxito, pero desafortunadamente no todas las mujeres tienen acceso a ello, ante esto las mujeres requerimos de las mujeres.

La responsabilidad es de todas, apoyar a una mujer que se encuentra en una situación de vulnerabilidad es una tarea humanamente heroica de conquista y plenitud de los derechos humanos. Lo importante es no permitir que nadie se quede atrás.

La lucha y la conquista de espacios todavía se torna complicado, pero estoy segura que con mayor legislación en la protección de la mujer, en temas como: la violencia política y violencia institucional contribuirán en disminución de casos de deserción en alcanzar metas y sobre todo en casos de salud, ya que somos humanas, fuertes sí, pero este tipo de acciones contribuyen a que desgastemos nuestras fuerzas vitales que nos permiten seguir adelante.

Las mujeres salimos a trabajar para ganarnos la vida, el respeto a nuestros derechos humanos en la vida pública debe ser una tangible realidad y hoy es todavía una tarea pendiente en la agenda política de los gobiernos.

Las garantías de protección a nuestros derechos humanos que establece el artículo primero de la Constitución federal, son los medios jurídicos para obtener justicia y acciones de no repetición.

Por todo esto, insisto, ¡las mujeres requerimos el apoyo de otras mujeres!

¡Me siento orgullosa de ser hija de estas hermosas tierras norteñas!