Las mujeres, hemos hecho nuestro presente a base de esfuerzo, mucho trabajo y dedicación.
La voluntad política de los gobiernos, de las organizaciones de la sociedad civil y de la lucha individual de cada mujer, nos ha permitido hacer frentes que nos colocan en una situación de derecho para alcanzar progreso y bienestar.
Nuestro país se adhirió a la Convención Americana sobre los Derechos Humanos en el año 1981, lo cual nos legitima y reconoce que podamos armónicamente llevar a cabo acciones internacionales, que a pesar de la multiculturalidad, podemos aplicarlas en nuestro país, estado o municipio. A este documento internacional sumamos la Convención Sobre Todas las Formas de Discriminación en Contra de la Mujer, la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia, también conocida como Convención Belém do Pará.
Las mujeres hoy participamos en la vida política, social, económica y familiar con éxito, pero desafortunadamente no todas las mujeres tienen acceso a ello, ante esto las mujeres requerimos de las mujeres.
La responsabilidad es de todas, apoyar a una mujer que se encuentra en una situación de vulnerabilidad es una tarea humanamente heroica de conquista y plenitud de los derechos humanos. Lo importante es no permitir que nadie se quede atrás.
La lucha y la conquista de espacios todavía se torna complicado, pero estoy segura que con mayor legislación en la protección de la mujer, en temas como: la violencia política y violencia institucional contribuirán en disminución de casos de deserción en alcanzar metas y sobre todo en casos de salud, ya que somos humanas, fuertes sí, pero este tipo de acciones contribuyen a que desgastemos nuestras fuerzas vitales que nos permiten seguir adelante.
Las mujeres salimos a trabajar para ganarnos la vida, el respeto a nuestros derechos humanos en la vida pública debe ser una tangible realidad y hoy es todavía una tarea pendiente en la agenda política de los gobiernos.
Las garantías de protección a nuestros derechos humanos que establece el artículo primero de la Constitución federal, son los medios jurídicos para obtener justicia y acciones de no repetición.
Por todo esto, insisto, ¡las mujeres requerimos el apoyo de otras mujeres!
¡Me siento orgullosa de ser hija de estas hermosas tierras norteñas!