/ domingo 19 de diciembre de 2021

“Pesa más una gota de interés que un galón de idealismo” 

Por: Brenda Ríos

Esta semana analizaba lo difícil que es salir adelante en un país donde todo está dado para no hacerlo y abrirte paso es verdaderamente una odisea… precisamente en estos días requerí un trámite de alta de empleados para una de mis empresas y tuve que acudir al IMSS, verdaderamente que le hacen la vida imposible a uno, pareciera consigna, llevaba toda mi documentación y aun así estuve desde las 8 de la mañana a las 2 de la tarde y no lo logré, tuve que regresar al día siguiente porque se les “cayó el sistema” y el problema no son los trámites, el tema es cómo el sistema funciona para ponerle trabas a la gente que busca salir adelante en la legalidad, emprendedores incluso claudican su intento por abrir su empresa y registrarse legalmente porque de plano a veces no pueden porque la lista de requisitos es interminable.

América Latina es considerada la región más complicada para hacer negocios y México aparece en el tercer lugar por su legislación con cambios constantes, su burocracia y cantidad de trámites que son incontables. México ocupa el no muy loable número 64 lugar en “Doing Business” análisis respecto a los demás países del mundo, si consideramos que para iniciar un negocio ocupa aún un peor el lugar el número 107, se puede entender que tenemos mucho que avanzar en la materia. Peor aún, seguimos en descenso en instituciones como la recaudación de impuestos como el SAT en el cual hoy en día es casi imposible iniciar y exitosamente cerrar algún trámite sin acudir al penoso uso de conexiones políticas, de negocios o mordidas. Vamos de mal en peor, ¿o será que como mexicanos nos hemos acostumbrado tanto a el modus operandi de nuestro gobierno que ya lo vemos como algo normal?

Cual sea la contestación a esta situación siento que más allá de una respuesta, creo es más imperante enfocarnos en cuál pudiera ser la solución. Qué necesitamos hacer como ciudadanos para lograr comenzar un cambio real hacia un país que más allá de ponerle obstáculos a sus ciudadanos les ponga simples medidas, donde inspire en ellos emprender un camino hacia superarse como personas y aumentar el nivel de vida de sus familias sin la necesidad de seguir en esta normalidad de “corrupción e ineficiencia”. Una vez tuve la oportunidad de entablar un diálogo con un activista que me comentó una simple cosa mientras hablábamos de los distintos puntos de vista de cómo solucionar los males que acontecen a México, me dijo: “Pesa más una gota de interés que un galón de idealismo” y “el gobierno nunca ha sido la solución, sino la sociedad civil organizada”. Así que me pregunto, ¿será que vivimos tan acostumbrados a las formas de México, que tiene solución sólo desde la corrupción o los compadrazgos o al fuera de la ley? Será que tiene razón mi amigo y la única solución a esta situación será una sociedad civil organizada y que solucione sus propios problemas desde un cambio de abajo hacia arriba y no como siempre reitera nuestro presidente “las escaleras se barren de arriba hacia abajo”, ¿o será que necesitamos ya ver otras alternativas fuera de lo convencional?

Entre todas estas preguntas me encuentro como mexicana, madre, esposa, hermana, hija y empresaria preguntándome y actuando sobre dichas conclusiones luchando cada día, pareciera contracorriente para seguir creciendo en un México que pareciera no quiere ver en mí ese crecimiento. Mi conclusión evoluciona cada día sobre todas estas cuestiones pero lo que jamás cambia ni cambiará es algo muy simple: México es mi hogar, es la tierra que me vio nacer y me verá morir, México no es sus políticos, ni es todo aquello que nos limita a salir adelante, México es y siempre será ese lugar donde no dejaré de luchar por salir adelante, México será algún día todo su potencial y en el camino sólo podemos seguir luchando por cambiar de raíz sus males y en el ínter disfrutar y apoyarnos mientras tengamos vida.


Por: Brenda Ríos

Esta semana analizaba lo difícil que es salir adelante en un país donde todo está dado para no hacerlo y abrirte paso es verdaderamente una odisea… precisamente en estos días requerí un trámite de alta de empleados para una de mis empresas y tuve que acudir al IMSS, verdaderamente que le hacen la vida imposible a uno, pareciera consigna, llevaba toda mi documentación y aun así estuve desde las 8 de la mañana a las 2 de la tarde y no lo logré, tuve que regresar al día siguiente porque se les “cayó el sistema” y el problema no son los trámites, el tema es cómo el sistema funciona para ponerle trabas a la gente que busca salir adelante en la legalidad, emprendedores incluso claudican su intento por abrir su empresa y registrarse legalmente porque de plano a veces no pueden porque la lista de requisitos es interminable.

América Latina es considerada la región más complicada para hacer negocios y México aparece en el tercer lugar por su legislación con cambios constantes, su burocracia y cantidad de trámites que son incontables. México ocupa el no muy loable número 64 lugar en “Doing Business” análisis respecto a los demás países del mundo, si consideramos que para iniciar un negocio ocupa aún un peor el lugar el número 107, se puede entender que tenemos mucho que avanzar en la materia. Peor aún, seguimos en descenso en instituciones como la recaudación de impuestos como el SAT en el cual hoy en día es casi imposible iniciar y exitosamente cerrar algún trámite sin acudir al penoso uso de conexiones políticas, de negocios o mordidas. Vamos de mal en peor, ¿o será que como mexicanos nos hemos acostumbrado tanto a el modus operandi de nuestro gobierno que ya lo vemos como algo normal?

Cual sea la contestación a esta situación siento que más allá de una respuesta, creo es más imperante enfocarnos en cuál pudiera ser la solución. Qué necesitamos hacer como ciudadanos para lograr comenzar un cambio real hacia un país que más allá de ponerle obstáculos a sus ciudadanos les ponga simples medidas, donde inspire en ellos emprender un camino hacia superarse como personas y aumentar el nivel de vida de sus familias sin la necesidad de seguir en esta normalidad de “corrupción e ineficiencia”. Una vez tuve la oportunidad de entablar un diálogo con un activista que me comentó una simple cosa mientras hablábamos de los distintos puntos de vista de cómo solucionar los males que acontecen a México, me dijo: “Pesa más una gota de interés que un galón de idealismo” y “el gobierno nunca ha sido la solución, sino la sociedad civil organizada”. Así que me pregunto, ¿será que vivimos tan acostumbrados a las formas de México, que tiene solución sólo desde la corrupción o los compadrazgos o al fuera de la ley? Será que tiene razón mi amigo y la única solución a esta situación será una sociedad civil organizada y que solucione sus propios problemas desde un cambio de abajo hacia arriba y no como siempre reitera nuestro presidente “las escaleras se barren de arriba hacia abajo”, ¿o será que necesitamos ya ver otras alternativas fuera de lo convencional?

Entre todas estas preguntas me encuentro como mexicana, madre, esposa, hermana, hija y empresaria preguntándome y actuando sobre dichas conclusiones luchando cada día, pareciera contracorriente para seguir creciendo en un México que pareciera no quiere ver en mí ese crecimiento. Mi conclusión evoluciona cada día sobre todas estas cuestiones pero lo que jamás cambia ni cambiará es algo muy simple: México es mi hogar, es la tierra que me vio nacer y me verá morir, México no es sus políticos, ni es todo aquello que nos limita a salir adelante, México es y siempre será ese lugar donde no dejaré de luchar por salir adelante, México será algún día todo su potencial y en el camino sólo podemos seguir luchando por cambiar de raíz sus males y en el ínter disfrutar y apoyarnos mientras tengamos vida.