/ domingo 10 de octubre de 2021

 ¿Qué le espera entonces a México y específicamente a Chihuahua para mejorar sus condiciones de seguridad?

Por: Brenda Ríos

El día 8 de octubre se llevó a cabo una reunión de alto nivel sobre seguridad entre México y Estados Unidos. Al escribir esta columna se sabía que los temas (como de costumbre) no llegaban al fondo de los problemas fundamentalmente graves que vivimos los mexicanos: Tráfico de Armas, Drogas, Gente y Dinero. Y lo que es peor aún, se orquestan estas reuniones para redes sociales en Palacio Nacional que lejos están de dar voz a las víctimas de tanta violencia y corrupción.

En pocas palabras… los temas reales y aquellos que los sufren ni invitados son. Pero empiezan a aclararse las cosas, el nuevo gobierno en Estados Unidos y en Chihuahua, así como en la sucesión presidencial empiezan a dar señales de que vienen cambios o jaloneos en múltiples frentes; incluyendo en materia de “seguridad”. Por ejemplo, sabemos que existe una orden del presidente de no tocar a los altos mandos del narcotráfico y no porque lo hemos sentido en el día a día, sino porque confirmado que es real, además que esas órdenes se extienden a no aceptar apoyo en recursos humanos, materiales o económicos de ninguna agencia norteamericana de las muchas que existen exclusivamente para ello firmados por gobiernos anteriores e incluidos en la Iniciativa Mérida que data desde mediados del 2000.

Hemos visto claramente que los mexicanos estamos solos en medio de una guerra donde cada día toman más fuerza y valor los malos. Se vivió con el “Culiacanazo”, la masacre de mujeres y niños en La Mora, el control político en más y más municipios del estado, y como los números no mienten… con el más alto número de muertes y desaparecidos jamás visto en México en lo que va de esta administración. Ahora lo confirmamos con los programas internacionales incluidos en la Iniciativa Mérida, que siendo etiquetados en presupuestos de agencias norteamericanas no pueden llegar porque el mismo presidente dio instrucciones a las áreas de inteligencia que no tienen permitido recibirlos.

¡Las dependencias nacionales no tienen permiso siquiera de firmar algún apoyo para fortalecer las instituciones de seguridad y transferir ese apoyo a las fuerzas estatales vía programas federales! Ahora nos enteramos que hasta a los agentes de la DEA (Agencia Antidrogas) norteamericanos no se les extienden o aprueban sus visas para poder operar en nuestro país.

Poco probable que el presidente Lopez Obrador vaya a modificar su estrategia, la visita reciente de varios dictadores latinoamericanos a México durante la cumbre de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) y sus discursos encabezados por el del presidente Lopez Obrador dejan en claro que la relación bilateral México – Estados Unidos, seguirá fría y sufrirá su peor deterioro en décadas… y como siempre los mexicanos seremos los más afectados. Salvo que algún miembro del gabinete presidencial logre cambiar este rumbo o entablar negociaciones directas con el gobierno norteamerciano no veremos un cambio de rumbo.


¿Qué le espera entonces a México y específicamente a Chihuahua para mejorar sus condiciones de seguridad?

Lo primero fue el cambio de gobierno estatal, que pinta tener mayores intenciones de trabajar en dicha materia y coordinarse mucho mejor a lo largo de espectro. Segundo, existe una enorme oportunidad para que la gobernadora Maru Campos active de inmediato una estrategia de acercamiento con los Estados Unidos de manera directa y busque un lugar de liderazgo en el “norte” que permita directamente construir una relación bilateral para enfrentar al crimen organizado transnacional de manera coordinada y beneficiándose de los miles de millones que no se han podido etiquetar a los organismos mexicanos directamente, y que (según fuentes dentro de la Defensa de Estados Unidos) se podrían perder de manera indefinida si no se utilizan de manera rápida y efectiva.

Por último, es importante que aun con las diferencias políticas en los diferentes regiones del estado la gobernadora logre penetrar políticamente cada una y se convierta en una política de influencia y sensibilidad; los alcaldes (particularmente de municipios pequeños) requieren de cobijo urgente ante el vacío de poder que sintieron sus regiones por los últimos cinco años.

De la misma manera atención inmediata y directa real a las organizaciones de víctimas que abundan en el estado. Esto permitirá construir relaciones duraderas que impacten en el reflejo de seguridad regional en zonas y áreas sociales que actualmente se encuentran prácticamente abandonadas. Lo anterior, dependerá de igual manera de que los funcionarios de primer nivel de esta administración puedan y quieran formar parte de esta misma estrategia. Sólo el tiempo lo dirá.


Por: Brenda Ríos

El día 8 de octubre se llevó a cabo una reunión de alto nivel sobre seguridad entre México y Estados Unidos. Al escribir esta columna se sabía que los temas (como de costumbre) no llegaban al fondo de los problemas fundamentalmente graves que vivimos los mexicanos: Tráfico de Armas, Drogas, Gente y Dinero. Y lo que es peor aún, se orquestan estas reuniones para redes sociales en Palacio Nacional que lejos están de dar voz a las víctimas de tanta violencia y corrupción.

En pocas palabras… los temas reales y aquellos que los sufren ni invitados son. Pero empiezan a aclararse las cosas, el nuevo gobierno en Estados Unidos y en Chihuahua, así como en la sucesión presidencial empiezan a dar señales de que vienen cambios o jaloneos en múltiples frentes; incluyendo en materia de “seguridad”. Por ejemplo, sabemos que existe una orden del presidente de no tocar a los altos mandos del narcotráfico y no porque lo hemos sentido en el día a día, sino porque confirmado que es real, además que esas órdenes se extienden a no aceptar apoyo en recursos humanos, materiales o económicos de ninguna agencia norteamericana de las muchas que existen exclusivamente para ello firmados por gobiernos anteriores e incluidos en la Iniciativa Mérida que data desde mediados del 2000.

Hemos visto claramente que los mexicanos estamos solos en medio de una guerra donde cada día toman más fuerza y valor los malos. Se vivió con el “Culiacanazo”, la masacre de mujeres y niños en La Mora, el control político en más y más municipios del estado, y como los números no mienten… con el más alto número de muertes y desaparecidos jamás visto en México en lo que va de esta administración. Ahora lo confirmamos con los programas internacionales incluidos en la Iniciativa Mérida, que siendo etiquetados en presupuestos de agencias norteamericanas no pueden llegar porque el mismo presidente dio instrucciones a las áreas de inteligencia que no tienen permitido recibirlos.

¡Las dependencias nacionales no tienen permiso siquiera de firmar algún apoyo para fortalecer las instituciones de seguridad y transferir ese apoyo a las fuerzas estatales vía programas federales! Ahora nos enteramos que hasta a los agentes de la DEA (Agencia Antidrogas) norteamericanos no se les extienden o aprueban sus visas para poder operar en nuestro país.

Poco probable que el presidente Lopez Obrador vaya a modificar su estrategia, la visita reciente de varios dictadores latinoamericanos a México durante la cumbre de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) y sus discursos encabezados por el del presidente Lopez Obrador dejan en claro que la relación bilateral México – Estados Unidos, seguirá fría y sufrirá su peor deterioro en décadas… y como siempre los mexicanos seremos los más afectados. Salvo que algún miembro del gabinete presidencial logre cambiar este rumbo o entablar negociaciones directas con el gobierno norteamerciano no veremos un cambio de rumbo.


¿Qué le espera entonces a México y específicamente a Chihuahua para mejorar sus condiciones de seguridad?

Lo primero fue el cambio de gobierno estatal, que pinta tener mayores intenciones de trabajar en dicha materia y coordinarse mucho mejor a lo largo de espectro. Segundo, existe una enorme oportunidad para que la gobernadora Maru Campos active de inmediato una estrategia de acercamiento con los Estados Unidos de manera directa y busque un lugar de liderazgo en el “norte” que permita directamente construir una relación bilateral para enfrentar al crimen organizado transnacional de manera coordinada y beneficiándose de los miles de millones que no se han podido etiquetar a los organismos mexicanos directamente, y que (según fuentes dentro de la Defensa de Estados Unidos) se podrían perder de manera indefinida si no se utilizan de manera rápida y efectiva.

Por último, es importante que aun con las diferencias políticas en los diferentes regiones del estado la gobernadora logre penetrar políticamente cada una y se convierta en una política de influencia y sensibilidad; los alcaldes (particularmente de municipios pequeños) requieren de cobijo urgente ante el vacío de poder que sintieron sus regiones por los últimos cinco años.

De la misma manera atención inmediata y directa real a las organizaciones de víctimas que abundan en el estado. Esto permitirá construir relaciones duraderas que impacten en el reflejo de seguridad regional en zonas y áreas sociales que actualmente se encuentran prácticamente abandonadas. Lo anterior, dependerá de igual manera de que los funcionarios de primer nivel de esta administración puedan y quieran formar parte de esta misma estrategia. Sólo el tiempo lo dirá.