Luego de que sin ninguna explicación, el exboxeador chihuahuense José Luis “Piluyo” Juárez fuera despojado de lo que más ama, su labor como entrenador, este lunes 9 de julio será reinstalado, aunque en condiciones muy distintas a las que realizaba cuando fue separado de su cargo.
El licenciado Jesús Enrique Pacheco, quien lleva batalla legal contra el Instituto Chihuahuense del Deporte, informó del acuerdo que se llegó con esta institución, en el cual se comprometieron a reinstalarlo, hecho que ocurrirá este lunes, aunque será en las oficinas del ICHD y no en el gimnasio "Christian Bejarano", de donde fue “sacado” hace ya más de un año.
El drama que vive José Luis bien podría ser uno más del montón de los que al final no pasa nada y se quedan en el olvido. Sin embargo, la historia del "Piluyo" es otra muy diferente, que merece ser analizada y expuesta a la opinión pública, tanto así que ya hay demandas legales de por medio hechas por el exboxeador, quien considera su despido como una verdadera injusticia por parte del director del ICHD, Juan Pedro Santa Rosa.
“Pensamos que el reinstalarlo es un escape legal, se tomará como de buena fe, la reinstalación en un lugar que no es en el que él se desempeñaba, vanos a esperar cuáles son las actividades que sean señaladas para que se desarrolle”, señaló Pacheco.
“Más de un año después, este lunes, a las 11:30 horas, será reinstalado luego de que el pasado 19 de junio hayan comparecido tanto Juan Pedro Santa Rosa, como Javier Porras, director del ICHD y encargado de Recursos Humanos, respectivamente, quienes negaron todo se trató de conciliar, sin embargo, decidieron continuar con el juicio”, añadió.
SIMPLEMENTE CAMBIARON LOS CANDADOS DEL GIMNASIO
José Luis Juárez recuerda cómo el 22 de febrero de 2017, como de costumbre, llegó al gimnasio antes de las cinco de la tarde para dirigir un día más las labores de entrenamiento con sus pupilos. "Me encontré con una sorpresa. La puerta principal tenía un nuevo candado.
“Fui a la parte de atrás pensando ingresar por otra entrada y también estaba asegurada con una cadena y otro candado del cual no tenía llave. Se me hizo extraño porque nadie me avisó. Luego al indagar, simplemente me dijeron que ya no podría entrar al gimnasio porque era orden del director del ICHD, Juan Pedro Santa Rosa. Estaba sorprendido, por lo pronto allí me quedé esperando a los muchachos para decirles que no nos dejarían entrar por ahora y que al día siguiente pasaría al ICHD para pedir una explicación". Ante la situación, Juárez dijo que los días siguientes acudió, a diario, a las oficinas del ICHD para pedir audiencia con Santa Rosa. “Yo era el primero que llegaba, lo veía entrar y se pasaba de largo, recibía a otras personas y a mí me ignoraba. Por lo pronto mis muchachos y yo decidimos seguir trabajando afuera del gimnasio, sin ningún tipo de equipamiento, a un lado de una cancha de futbol rápido”. Así estuvieron toda la semana. Después de tantas evasivas de Pedro Santa Rosa, “Piluyo” acude a Recursos Humanos y es ahí donde le informan que por órdenes del director (Santa Rosa) estaba despedido.
"Pregunté que cuál era la causa de mi despido y Javier Porras me dice que a él no le informaron nada, que sólo me dijeran a mí que estaba despedido y que me iban a dar mi finiquito".
LE OFRECIERON DOS QUINCENAS POR MÁS DE 12 AÑOS DE TRABAJO
"Por más de 12 años trabajando, me ofrecían dos quincenas de sueldo. Por supuesto que le dije que no iba a firmar porque no estaba de acuerdo". “Por esos días, se celebraba la Olimpiada Estatal Juvenil de Boxeo en Aldama. Yo tenía algunos muchachos peleando y dos de ellos ganaron medalla. En la premiación, claro, estaba Juan Pedro Santa Rosa, pero yo no quise abordarlo, yo no, pero mis muchachos que iban a recibir medalla aprovecharon y le dijeron que podrían haber ganado el oro si hubieran entrenado en el gimnasio y no afuera como tuvieron que hacerlo. Los papás de esos muchachos le hacen el mismo reclamo y es cuando Santa Rosa se baja muy enojado para reclamarme que por qué le mandé a esa gente. Yo le digo que ellos fueron por su propia voluntad y porque además tienen toda la razón. Oh, ¿no es cierto que habrían obtenido mejor lugar si entrenan en el gimnasio?, le dije, y también le hice ver que toda la semana lo busqué para que me diera una explicación y jamás me recibió. En fin, me dijo que me esperaba el lunes para hablar; fui el lunes y no me recibió, la secretaria me dice que el martes y cuando voy el martes me recibe con todos lo de Comunicación Social. Me tenían rodeado”.
LA EXPLICACIÓN
"Me dice Santa Rosa que deciden despedirme porque no ven trabajo, que tengo muy poca gente. Le explico que hay poca gente (entre 25 o 30) como cada año por esas fechas, algunos se retiran, pero luego regresan hasta conformar un grupo de más de 60. Incluso les propuse hacer promoción para invitar a más jóvenes y deciden darme otra oportunidad. Trabajé duro, visité escuelas, invité a los jóvenes y volvimos a tener un grupo de más de 60. Sin embargo, al poco tiempo deciden que esto no funciona y que estoy despedido. En Recursos Humanos del ICHD me insisten que acepte dinero, hasta 140 mil y sueldos caídos, pero yo los he rechazado, yo sólo quiero mi trabajo, el dinero se va y yo quiero seguir haciendo lo que me gusta, tener al final una pensión y que me paguen los meses caídos que ya son muchos", dice Piluyo.
DESPEDIDO "POR ABANDONO DE TRABAJO"
"Ya los demandé, lo hice en diciembre del año pasado y la persona que lleva mi caso, el licenciado Jesús Pacheco, me decía que cuál era la causa del despido. No sé, no veo ninguna causa. Cuando él solicita la causa de mi despido al ICHD, le dicen que fue por abandono de trabajo. Que porque yo había faltado tres días al trabajo, ¿cómo?, si ellos me cambiaron los candados y aún así yo estuve trabajando afuera toda esa semana, de lunes a viernes y hasta el domingo que estuvimos en el torneo de Aldama. Respecto a las demandas, Piluyo dice que ya van dos audiencias y no tiene respuesta. También habló con Cuarón y le prometió que iba a hablar con Pedro Santa Rosa y tener una respuesta en 15 días. Pasaron los 15 días, un mes y hasta la fecha, nada. Me fui a Derechos Humanos, les dejé mi demanda, y me regresaron una respuesta llena de incoherencias, que no procedía mi demanda".
“Piluyo” cree que su demanda, tarde que temprano, procederá. Que tendrá paciencia y que es el consejo que le da su abogado. "Mi abogado me dice que tengo todas las de ganar, que tarde que temprano se dará el fallo a mi favor porque no hay nada que justifique mi despido. Yo sólo pido que se me reinstale en mi trabajo como coordinador del gimnasio, que me paguen salarios caídos y que se me respete". Respecto a Santa Rosa, comenta que no lo conocía. "Dicen que era un gran deportista, que un gran saltador de garrocha o no sé qué, pero ahora sólo veo una persona déspota al frente del ICHD, donde hay mucha cochinada. Con mucha gente que se queda por años, que agarran un hueso y ya no lo quieren soltar, porque igual todos saben que hay mucha cochinada". José Luis afirma haber hablado con la gente que pensó lo iban a ayudar. Desde Pablo Cuarón, pasando por Miguel Riggs a quien considera como "un hipócrita de primera" y hasta llegar al gobernador Javier Corral. "Estuve más de tres horas esperando a que terminara de jugar golf en el San Francisco. Un miembro de su seguridad que me conoce me hizo el favor de decirle si me podía atender unos minutos y sí, cuando salió Corral, subió a su auto, me hizo una seña y fui con él. Le plantee mi situación y me dijo que lo vería. Fue todo, ya nunca supe si hizo algo por mí".
LE ECHAN A PERDER SUS BATAS Y PANTALONCILLOS Y DESTRUYEN SU PREMIO TEPORACA
Algo triste y penoso para él es el hecho de, ya estando fuera del gimnasio, sin permitirle entrar, una persona de la limpieza lo contacta y le dice que vaya por unas bolsas que dejaron en una bodega del gimnasio. Esas bolsas contenían las preciadas batas y los pantaloncillos que ‘Piluyo’ utilizó en sus tiempos de boxeador y que hacían lucir las paredes del gimnasio como un recuerdo de los grandes momentos que vivió. Para su dolor, las bolsas permanecieron todo el tiempo en esa bodega, cuyo techo se goteó durante las lluvias dejando un charco permanente, por lo que el agua hizo su labor y dejó las prendas echadas a perder. Así las dejaron, nadie las puso a secar luego de dos semanas bajo esas condiciones. Fueron más de una docena de uniformes y uno de ellos se perdió. Alguien se lo llevó. Asimismo, cuando pidió permiso para sacar otras cosas, encontró la estatuilla del Teporaca de Bronce que ganó en 1995, todo desarmado.
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