La master en Psicoterapia Breve y Estratégica, Roxana Polanco, afirmó que la manera en que las pacientes enfrentan la enfermedad de cáncer de mama, está relacionada con la efectividad del tratamiento.
Es necesario que lleven a la par del tratamiento físico, atención psicológica, pues en muchos casos se cree que por haber detectado cáncer, van a morir irremediablemente.
"Porque muchas veces libramos la pérdida de la salud, pero no lo emocional y hay que empezar por decir que el cáncer no es sinónimo de muerte, porque el diagnóstico no significa que la persona vaya a morir ". "Lo que hacemos es ver este proceso desde el comienzo, un proceso de miedo, de dolor, de terror".
➡️ Recibe las noticias directo a tu celular. Suscríbete aquí a nuestro canal de WhatsApp
La master afirmó que el autoestima se empieza a deteriorar una vez que empieza el tratamiento y todo lo que tiene que ver con los efectos colaterales, como la pérdida de cabello, o las náuseas, "es muy común que después de esto, vienen las ganas de no continuar".
En este contexto, afirmó que aunque la estadística muestra que las tasas de muerte por este tipo de cáncer son altas, justamente para erradicarlo, hay que tratar la enfermedad.
"Lo que busca una persona que llega a terapia es alguien que lo escuche sin juicios, sin crítica y sin 'pobretear', porque muchas veces relacionamos el término cáncer con la muerte, y aunque la estadística nos dice que las cifras son altas, más aquí en Chihuahua, la detección temprana permite actuar a tiempo".
Señaló que las pacientes se enfrentan a pensamientos como decir "'a mi no me tocaba', o ¿por qué a mi? Si soy muy joven, o quiero ver a mis hijos crecer, todavía tengo cosas que quiero hacer a futuro'".
La especialista agregó que entonces la persona atraviesa por distintas etapas, primero la negación: "negarlo y decir que todo está bien; luego buscamos una segunda opinión y si en esta segunda opinión nos corroboran el diagnóstico, a lo mejor llega un proceso de 'negociación'".
Explicó que esta negociación ocurre por ejemplo, cuando la persona empieza a hacer una especie de trato o pacto con santos, con la vida, sin embargo, muchas veces este pacto no permite que la persona decida empezar un tratamiento.
"Hacemos cualquier tipo de pacto para evitar el proceso médico, vamos con la vecina que nos dice que tomando unas hierbas, y/o menjurjes nos vamos a sentir mejor".
En este sentido, agregó que cuando se han agotado todos los recursos que forman parte de esa negación y negociación, la persona puede entrar depresión y manifestarse de distintas maneras, ya sea con tristeza o irritabilidad.
Añadió que incluso muchas personas utilizan la enfermedad para hacer lo que quieren sin que se les cuestione.
"Pasamos de una depresión a una resignación, y a una aceptación que puede tardar meses, días, o años, dependiendo de la resiliencia de cada persona".
Agregó que en terapia 'tratamos de trabajar con la actitud, en este caso, cuando vemos a las personas enfrentar este proceso es indispensable (tratarlo)".
Añadió que puede darse una actitud pesimista "cuando ellos mismos de desahucian, o con personas que están apegadas al tratamiento y a una actitud positiva".
En estos casos (de actitud positiva), señaló, lo que ocurre es que hay una relación entre el sistema nervioso central y el sistema autónomo, y uno va a estar dirigiendo al otro; si están acordes, por ejemplo, el torrente sanguíneo va a funcionar correctamente, y esto permite una mejor asimilación del tratamiento, y esto puede tratarse en terapia.
Agregó que para enfrentar el "shock" se debe pasar a una recuperación, hay que aceptarlo, librar el proceso médico, psicológico, tanatológico, pero la angustia puede llegar por el miedo de volver a enfrentarlo.
Para esto, es que se trabaja de manera profesional, con técnicas, terapia cognitiva conductual, meditación, ejercicios de atención plena.
"La llegada del cáncer puede ser esa oportunidad de volver a nacer, de vivir como si fuera el último día", puntualizó.