El arzobispo Constancio Miranda Weckmann celebró en la Catedral Metropolitana de Chihuahua la sagrada eucaristía en el primer domingo de Cuaresma del año 2021, de manera presencial y aforo controlado, con medidas de prevención de contagio y adaptada a la nueva realidad, con transmisión vía digital.
Durante su homilía, se refirió a las tentaciones a las que estuvo expuesto Jesús, luego de la cuarentena que vivió en el desierto, y refirió que es precisamente al final de la cuarentena cuando la condición humana se encuentra más débil; sin embargo, guiados por el Espíritu Santo, se puede vencer a caer en ese tipo de deseos, con las armas de la oración, el ayuno, la penitencia y obras de caridad.
“La cuaresma conmemora 40 días que pasó en el desierto, como preparación a los años de predicación, oración, ayuno y penitencia, al cabo de los cuales fue tentado por satanás. Todos somos tentados, la tentación no es el pecado, pecado es hacerle caso a ese deseo. Nos muestra las tentaciones de Jesús en el desierto, que vence al demonio y al pecado”, afirmó.
Al finalizar, ante la imagen de la Virgen de Nuestra Señora de Regla, que se encuentra a un costado del hermoso altar de mármol, el arzobispo Miranda guio el rezo de Salve, para pedir la intercesión de que libre a todos los ahí reunidos y a los fieles que siguieron la transmisión de la misa, de la pandemia del Covid.
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