"El Señor en el evangelio nos pide permanecer en su amor. Jesús nos ama con el mismo amor con el que lo ama su Padre", manifestó el Arzobispo Don Constancio Miranda Weckmann.
Durante la eucaristía dominical, el obispo destacó que el amor de Cristo es hasta la entrega total, al exceso de sacrificar su vida por sus hijos, y que así es como se le debe amar a Él.
"El amor conlleva sacrificio. No hay ningún amor sin dolor", agregó ante decenas de fieles congregados este día en la Catedral Metropolitana.
En este sentido, señaló que el Espíritu Santo viene a ser nuestro maestro en el arte del amor; "este Espíritu Santo nos va guiando hasta el verdadero amor, hasta que en nosotros allá una entrega total como la de su hijo".
"Este amor provoca una alegría que no se agota. El Cristiano es una persona positiva, que busca siempre el lado bueno de las cosas", abundó el Arzobispo de Chihuahua.
Finalmente, pidió a los fieles convertirse en apóstoles de la alegría, lo que -dijo-, podrá hacerse con la ayuda del Espíritu Santo, argumentando que por cuenta propia será difícil debido a la carga de tristezas, miedos, angustias.