/ viernes 13 de mayo de 2022

Amarás tu profesión: Luis Alfonso Rivera, una vida entregada a la enseñanza de la abogacía

Conoce la historia del decano de la UACh, quién comparte sus vivencias dentro de la universidad y su vida profesional

Un día lo invitaron a dar clases como maestro adjunto en la Facultad de Derecho… y 55 años después helo aquí: con 7 libros publicados, Decano de su Alma Mater y con una vida dedicada a enseñar el arte de la abogacía a sus alumnas y alumnos: es el Maestro Luis Alfonso Rivera Soto, quien es una leyenda en la Facultad de Derecho y una institución de la docencia en Chihuahua.

“Ingresé a la Facultad por invitación de Mauro Antonio Rodríguez, cuando era Presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado (STJE); con él empecé como maestro adjunto en la materia de Derecho Penal”, recuerda el condecorado docente, y añade que al retirarse su antecesor, él tomó la titularidad de la materia, pasando a convertirse en Maestro categoría Hora Clase.

Foto: Alberto Hierro | El Heraldo de Chihuahua

Ahí comenzó su ejemplar historia, en la que fue desarrollándose hasta convertirse en Maestro de Tiempo Completo, y además, con el paso de los años, no solo dedicó su tiempo al alumnado en los salones de clase, sino que además, fue Consejero Universitario, Consejero Técnico y Asesor de la Facultad de Derecho, entregándose de diversas formas a los menesteres de la Universidad.

Especialista en Derecho Penal, también dio clases como Seminario de Cultura Jurídica, Ética Profesional, Introducción al Estudio del Derecho Penal y Teoría del Delito; además, se especializó en la redacción en la carrera de la abogacía, de lo cual trata uno de sus 7 libros publicados. También se enfocó en el estudio de los delitos en contra de la vida, delitos en contra de la libertad y la seguridad sexual, así como delitos en contra del patrimonio.

La editorial Flor de Arena, de la Universidad Autónoma de Chihuahua, publicó en el 2004 su “Anecdotario de la abogacía”, donde relato algunos pasajes de su vida como abogado, como docente y como académico.

Además, fue defensor de oficio en materia penal adscrito a los Juzgados, en donde llegó a ser Jefe de defensores de oficio, aunque como litigante también llevó asuntos civiles, laborales, familiares y de amparo.

La importancia de ser UACh

Para el Mtro. Rivera Soto, la UACH es una institución extraordinaria para todos los chihuahuenses no solo por ser formadora de profesionistas que manejan tanto la cuestión jurídica como la cuestión moral y profesional, sino por ser un instrumento de democratización de la educación universitaria y por traer al alcance de las familias chihuahuenses el que sus hijos e hijas puedan estudiar una carrera universitaria sin importar sus capacidades económicas.

“La UACH nació en la época del gobernador Óscar Soto Máynez, cuando se vio la necesidad de crear la Universidad de Chihuahua porque los egresados de las preparatorias tenían que irse a México, Guadalajara o Monterrey y esto significaba un gasto muy grande para las familias y la llegada de la institución, fue un gran apoyo para formar a la comunidad chihuahuense en el camino de la academia”, comentó el catedrático.

Desde su nacimiento, la Universidad se forjó el camino de la excelencia, comenta, pero lamenta que en los últimos tiempos haya tenido “un bache”, en el que se bajaron los niveles axiológicos; sin embargo, como respuesta, los directores, alumnos y maestros han ido colaborando para llegar a alcanzar un lugar de respeto por parte de la comunidad estatal sobre todo un equilibrio para competir con las universidades privadas como La Salle, la URN, la Universidad de Durango, que son muy poderosas y muy estructuradas, sin embargo, “la UACH tiene una mejor formación estructural desde sus raíces”, aseveró.

Para el Maestro Rivera soto, la UACh tiene solo un camino que seguir: el camino del perfeccionamiento, para lo cual hay que revisar los programas de estudio, hay que capacitar concienzudamente a los maestros y establecer una nueva imagen del egresado de la Universidad, en particular, del egresado de la Facultad de Derecho.

“En la actualidad encontramos que el abogado debe ser un joven que en primer lugar, debe tener conocimientos de derecho y de justicia; pero desde el punto de vista genérico, el abogado joven debe tener un principio de honestidad, de justicia y de moral para servir a los demás sin que esto quiera decir que no va a cobrar, hay que ser modestos, pero justos para cobrar”, aconsejó.

Por otro lado, indicó que la UACh debe salir al exterior para relacionarse con otras universidades, tanto nacionales como extranjeras, para así poder contribuir a la investigación, al diálogo y a la estructuración de ideas y formas de atender las problemáticas de la vida actual.

En su opinión, los puntos fuertes de la Universidad que la llevan por buen rumbo, son precisamente las y los maestros que están en continua capacitación, pues ya no solo hay maestros con licenciatura, sino que hay muchos con maestrías y doctorados.

“Ser maestro es un verdadero privilegio y los mejores maestros deben de ser los de la Facultad de Derecho; en la actualidad creo que tenemos un gran equipo de trabajo con respecto a los maestros que se han ido profesionalizando, pero insisto: la Universidad tiene la necesidad de salir de su situación doméstica y penetrar al campo social para resolver la problemática que se está planteando actualmente, que haya una comunicación y retro-alimentación con catedráticos y especialistas nacionales y extranjeros para enriquecer la enseñanza universitaria en Chihuahua”, comentó.

Foto: Alberto Hierro | El Heraldo de Chihuahua

Alumno nuevo, maestro nuevo

El profesor recuerda que, en sus 55 años como maestro de la Facultad de Derecho, ha visto cómo las generaciones han ido cambiando y cómo antes, el profesor era un personaje y tenía una autoridad incuestionable ante los alumnos; sin embargo, hoy los alumnos tienen un sentido más combativo, de debate, de cuestionamiento, pero también de gran compañerismo, de reflexión, de análisis y asegura que esto, obliga al maestro a renovarse y a adaptarse a las nuevas necesidades de sus alumnos, lo cual enriquece la enseñanza de la abogacía.

“Había algo que era el Magister dixit, y que significa que lo que dijo el maestro no tiene cuestionamiento, pero hoy no, hoy los jóvenes discuten, colaboran, cooperan, opinan y esto enriquece mucho la formación de los jóvenes, porque salen de la legalización del pensamiento y llegan a la profesionalización del pensamiento”, comentó el Maestro.

Agregó que la Universidad debe irse adaptando rápidamente a cómo van los tiempos, a las necesidades de la sociedad, pues éstas cambian constantemente, así como actualizarse en el uso de los avances tecnológicos y reflexiona sobre su propia experiencia, a raíz de la pandemia y las limitaciones de la modalidad virtual de la enseñanza:

“Para mí fue muy difícil adaptarme al sistema tecnológico porque mi formación fue tradicional; poco a poco logré vencer algunos aspectos, pero desde luego no con la facilidad con que los maestros y alumnos manejan los sistemas tecnológicos y de comunicación social”, comentó.

Sin embargo, su dificultad confesa para lidiar con la tecnología no lo hace obsoleto y por el contrario, fortalece sus consejos y su visión de crecimiento y arrojo hacia el futuro prometedor de la Universidad, en la cual confía que la planta docente irá aumentando su calidad y su capacidad, enriqueciéndose mediante el diálogo y el intercambio de ideas y experiencias con sus colegas de otras universidades, tanto nacionales como extranjeras.

Su mayor orgullo

“He tenido muchos alumnos, y he tenido alumnos muy brillantes, como el Subprocurador Víctor Anchondo Paredes, una persona muy valiosa; pero sin duda, mi mayor orgullo fue haber tenido a mis propios hijos como alumnos, a Luis Alfonso y Juan Alejandro Rivera Campos, de quienes dirigí sus tesis, lo cual fue una extraordinaria oportunidad, pues tuve la dicha de cumplir aquel mandamiento de Eduardo Couture que dice:

‘Ama a tu profesión. Trata de considerar la abogacía de tal manera que el día en que tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle que se haga abogado’, y fue este mi mayor orgullo“.

El maestro de hoy

Actualmente el Maestro Rivera Soto es asesor de sus nietos que también estudian en la UACH, e imparte las materias de Introducción al Derecho Penal y Teoría del delito. “Todavía me siento con ánimo para continuar elaborando pequeños apuntes para la formación de los muchachos; la única ventaja que tienen mis libros, es que han sido escritos con mucha vocación para los alumnos”, dice con sobrada modestia, uno de los precursores de la enseñanza de la abogacía en Chihuahua, y que seguramente una gran cantidad de abogadas y abogados chihuahuenses tienen en sus recuerdos y sus apuntes, en su práctica legal, sus consejos y sus enseñanzas.

Trayectoria

Egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Chihuahua

Maestría en la Universidad de Barcelona

Secretario de la Escuela de Derecho

Secretario General de la UACh

Maestro de tiempo completo de la UACh

Director interino dos veces de la Facultad de Derecho

Procurador General de Justicia del Estado (1980)

Director de la Oficina Estatal de Profesiones

Un día lo invitaron a dar clases como maestro adjunto en la Facultad de Derecho… y 55 años después helo aquí: con 7 libros publicados, Decano de su Alma Mater y con una vida dedicada a enseñar el arte de la abogacía a sus alumnas y alumnos: es el Maestro Luis Alfonso Rivera Soto, quien es una leyenda en la Facultad de Derecho y una institución de la docencia en Chihuahua.

“Ingresé a la Facultad por invitación de Mauro Antonio Rodríguez, cuando era Presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado (STJE); con él empecé como maestro adjunto en la materia de Derecho Penal”, recuerda el condecorado docente, y añade que al retirarse su antecesor, él tomó la titularidad de la materia, pasando a convertirse en Maestro categoría Hora Clase.

Foto: Alberto Hierro | El Heraldo de Chihuahua

Ahí comenzó su ejemplar historia, en la que fue desarrollándose hasta convertirse en Maestro de Tiempo Completo, y además, con el paso de los años, no solo dedicó su tiempo al alumnado en los salones de clase, sino que además, fue Consejero Universitario, Consejero Técnico y Asesor de la Facultad de Derecho, entregándose de diversas formas a los menesteres de la Universidad.

Especialista en Derecho Penal, también dio clases como Seminario de Cultura Jurídica, Ética Profesional, Introducción al Estudio del Derecho Penal y Teoría del Delito; además, se especializó en la redacción en la carrera de la abogacía, de lo cual trata uno de sus 7 libros publicados. También se enfocó en el estudio de los delitos en contra de la vida, delitos en contra de la libertad y la seguridad sexual, así como delitos en contra del patrimonio.

La editorial Flor de Arena, de la Universidad Autónoma de Chihuahua, publicó en el 2004 su “Anecdotario de la abogacía”, donde relato algunos pasajes de su vida como abogado, como docente y como académico.

Además, fue defensor de oficio en materia penal adscrito a los Juzgados, en donde llegó a ser Jefe de defensores de oficio, aunque como litigante también llevó asuntos civiles, laborales, familiares y de amparo.

La importancia de ser UACh

Para el Mtro. Rivera Soto, la UACH es una institución extraordinaria para todos los chihuahuenses no solo por ser formadora de profesionistas que manejan tanto la cuestión jurídica como la cuestión moral y profesional, sino por ser un instrumento de democratización de la educación universitaria y por traer al alcance de las familias chihuahuenses el que sus hijos e hijas puedan estudiar una carrera universitaria sin importar sus capacidades económicas.

“La UACH nació en la época del gobernador Óscar Soto Máynez, cuando se vio la necesidad de crear la Universidad de Chihuahua porque los egresados de las preparatorias tenían que irse a México, Guadalajara o Monterrey y esto significaba un gasto muy grande para las familias y la llegada de la institución, fue un gran apoyo para formar a la comunidad chihuahuense en el camino de la academia”, comentó el catedrático.

Desde su nacimiento, la Universidad se forjó el camino de la excelencia, comenta, pero lamenta que en los últimos tiempos haya tenido “un bache”, en el que se bajaron los niveles axiológicos; sin embargo, como respuesta, los directores, alumnos y maestros han ido colaborando para llegar a alcanzar un lugar de respeto por parte de la comunidad estatal sobre todo un equilibrio para competir con las universidades privadas como La Salle, la URN, la Universidad de Durango, que son muy poderosas y muy estructuradas, sin embargo, “la UACH tiene una mejor formación estructural desde sus raíces”, aseveró.

Para el Maestro Rivera soto, la UACh tiene solo un camino que seguir: el camino del perfeccionamiento, para lo cual hay que revisar los programas de estudio, hay que capacitar concienzudamente a los maestros y establecer una nueva imagen del egresado de la Universidad, en particular, del egresado de la Facultad de Derecho.

“En la actualidad encontramos que el abogado debe ser un joven que en primer lugar, debe tener conocimientos de derecho y de justicia; pero desde el punto de vista genérico, el abogado joven debe tener un principio de honestidad, de justicia y de moral para servir a los demás sin que esto quiera decir que no va a cobrar, hay que ser modestos, pero justos para cobrar”, aconsejó.

Por otro lado, indicó que la UACh debe salir al exterior para relacionarse con otras universidades, tanto nacionales como extranjeras, para así poder contribuir a la investigación, al diálogo y a la estructuración de ideas y formas de atender las problemáticas de la vida actual.

En su opinión, los puntos fuertes de la Universidad que la llevan por buen rumbo, son precisamente las y los maestros que están en continua capacitación, pues ya no solo hay maestros con licenciatura, sino que hay muchos con maestrías y doctorados.

“Ser maestro es un verdadero privilegio y los mejores maestros deben de ser los de la Facultad de Derecho; en la actualidad creo que tenemos un gran equipo de trabajo con respecto a los maestros que se han ido profesionalizando, pero insisto: la Universidad tiene la necesidad de salir de su situación doméstica y penetrar al campo social para resolver la problemática que se está planteando actualmente, que haya una comunicación y retro-alimentación con catedráticos y especialistas nacionales y extranjeros para enriquecer la enseñanza universitaria en Chihuahua”, comentó.

Foto: Alberto Hierro | El Heraldo de Chihuahua

Alumno nuevo, maestro nuevo

El profesor recuerda que, en sus 55 años como maestro de la Facultad de Derecho, ha visto cómo las generaciones han ido cambiando y cómo antes, el profesor era un personaje y tenía una autoridad incuestionable ante los alumnos; sin embargo, hoy los alumnos tienen un sentido más combativo, de debate, de cuestionamiento, pero también de gran compañerismo, de reflexión, de análisis y asegura que esto, obliga al maestro a renovarse y a adaptarse a las nuevas necesidades de sus alumnos, lo cual enriquece la enseñanza de la abogacía.

“Había algo que era el Magister dixit, y que significa que lo que dijo el maestro no tiene cuestionamiento, pero hoy no, hoy los jóvenes discuten, colaboran, cooperan, opinan y esto enriquece mucho la formación de los jóvenes, porque salen de la legalización del pensamiento y llegan a la profesionalización del pensamiento”, comentó el Maestro.

Agregó que la Universidad debe irse adaptando rápidamente a cómo van los tiempos, a las necesidades de la sociedad, pues éstas cambian constantemente, así como actualizarse en el uso de los avances tecnológicos y reflexiona sobre su propia experiencia, a raíz de la pandemia y las limitaciones de la modalidad virtual de la enseñanza:

“Para mí fue muy difícil adaptarme al sistema tecnológico porque mi formación fue tradicional; poco a poco logré vencer algunos aspectos, pero desde luego no con la facilidad con que los maestros y alumnos manejan los sistemas tecnológicos y de comunicación social”, comentó.

Sin embargo, su dificultad confesa para lidiar con la tecnología no lo hace obsoleto y por el contrario, fortalece sus consejos y su visión de crecimiento y arrojo hacia el futuro prometedor de la Universidad, en la cual confía que la planta docente irá aumentando su calidad y su capacidad, enriqueciéndose mediante el diálogo y el intercambio de ideas y experiencias con sus colegas de otras universidades, tanto nacionales como extranjeras.

Su mayor orgullo

“He tenido muchos alumnos, y he tenido alumnos muy brillantes, como el Subprocurador Víctor Anchondo Paredes, una persona muy valiosa; pero sin duda, mi mayor orgullo fue haber tenido a mis propios hijos como alumnos, a Luis Alfonso y Juan Alejandro Rivera Campos, de quienes dirigí sus tesis, lo cual fue una extraordinaria oportunidad, pues tuve la dicha de cumplir aquel mandamiento de Eduardo Couture que dice:

‘Ama a tu profesión. Trata de considerar la abogacía de tal manera que el día en que tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle que se haga abogado’, y fue este mi mayor orgullo“.

El maestro de hoy

Actualmente el Maestro Rivera Soto es asesor de sus nietos que también estudian en la UACH, e imparte las materias de Introducción al Derecho Penal y Teoría del delito. “Todavía me siento con ánimo para continuar elaborando pequeños apuntes para la formación de los muchachos; la única ventaja que tienen mis libros, es que han sido escritos con mucha vocación para los alumnos”, dice con sobrada modestia, uno de los precursores de la enseñanza de la abogacía en Chihuahua, y que seguramente una gran cantidad de abogadas y abogados chihuahuenses tienen en sus recuerdos y sus apuntes, en su práctica legal, sus consejos y sus enseñanzas.

Trayectoria

Egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Chihuahua

Maestría en la Universidad de Barcelona

Secretario de la Escuela de Derecho

Secretario General de la UACh

Maestro de tiempo completo de la UACh

Director interino dos veces de la Facultad de Derecho

Procurador General de Justicia del Estado (1980)

Director de la Oficina Estatal de Profesiones

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